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Este 14 de febrero, el canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubon emitió una serie de declaraciones en contra de la diplomática Martha Bárcena por asuntos relacionados con su periodo como embajadora de México en Washington. Ella, por su parte, respondió que detrás de estos ataques hay una carga de misoginia, la cual llevó a Ebrard a oponerse a su nombramiento como embajadora del país en Estados Unidos.
Durante una entrevista este 15 de febrero, Martha Bárcena Coqui declaró que Marcelo Ebrard rechazaba la idea de que ella fuera elegida como embajadora en 2018. Por un lado, afirmó que seguramente Ebrard hubiera preferido tener en el puesto a alguien de su confianza y de la confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, la exembajadora también aseguró: “En el fondo yo creo que no querían una mujer. Era la primera mujer embajadora en Washington. Hay mucho de misoginia en esto”. Incluso, agregó que varias personas llegaron a decirle que no entendía de temas de política.
Esta percepción está ligada con estereotipos de género machistas. Tales estereotipos se evidencian, por ejemplo, en el hecho de que por cada diez hombres solo una mujer es citada como fuente en los temas de política dentro de los medios mexicanos.
A pesar de estas ideas misóginas arraigadas en el sistema de política exterior de México, Martha Bárcena logró convertirse en embajadora. Segura de sí misma, en la entrevista de este miércoles afirmó que alcanzó este puesto gracias a su conocimiento como funcionaria pública y diplomática.
Bárcena también se mostró agradecida con el gobierno de López Obrador por haberle dado la oportunidad de desempeñarse como embajadora, respondiendo así a los descalificativos de Ebrard, quien la tachó de “ingrata” para con el gobierno que le dio el puesto.
De igual forma, la diplomática y también maestra en Estudios Internacionales respondió a los supuestos señalamientos según los cuales, ella fue nombrada embajadora solo por ser tía política de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador.
“Mi carrera no se la debo al presidente López Obrador”, dijo al respecto. Reconoció que, si bien su nombramiento fue gracias a la palabra final del presidente, la trayectoria que respaldó esta decisión la construyó por sí misma.
Martha Bárcena recordó que ella entró al servicio exterior hace 21 años, pero que muchas veces le negaron puestos de altos rangos por sus lazos familiares con Obrador y por los artículos de su marido, el periodista y también exembajador Agustín Gutiérrez Canet.
“Si eso es lo que tengo que pasar y el sacrifico que voy a pagar por ir a puestos de segundo nivel, lo hago con gusto”, declaró sobre este asunto, el cual da muestra de la imposición de techos de cristal para las mujeres en la vida política de México. Estos techos existen pese a a la supuesta política exterior feminista predicada por la secretaría a cargo de Marcelo Ebrard.
SRE contradice su supuesta política feminista
Desde 2020, el gobierno actual de México se declaró como una administración con una Política Exterior Feminista. Entre otras cosas, destacó que en la República Mexicana hay un gabinete paritario y recordó las reformas constitucionales en materia de paridad de género.
Sin embargo, las declaraciones de Ebrard y el testimonio de Martha Bárcena frente a ellas dejan ver que no es suficiente con estas medidas para garantizar la no violencia para las mujeres en el ámbito de la política mexicana.
En un documento difundido por el gobierno mexicano en 2020, la igualdad de género es un eje central para la Política Exterior del país. Para trabajar en ello plantea la inclusión de la perspectiva de género en todas las áreas de dicha política, así como la visibilización de los aportes de las mujeres en este campo.
Además, el documento también habla sobre la adopción de mejoras institucionales para eliminar las diferencias estructurales y las brechas de género dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). También habla de emprender acciones para romper el techo de cristal en el organismo y de ofrecer una imagen sin estereotipos sobre las mujeres que colaboran en él.
Las declaraciones de Marcelo Ebrard contradicen estas propuestas plasmadas en papel. Su forma de expresarse de Martha Bárcenas llamándola “ingrata” y aludiendo a un “rencor obsesivo” reproducen estereotipos de género ligados con las mujeres y su supuesta falta de control sobre sus emociones. También violan la supuesta comunicación incluyente establecida como principio de la Política Exterior Feminista y no contribuyen a la visibilización de los aportes de Bárcena en el servicio exterior mexicano.
Además, el hecho de que (de acuerdo con la diplomática) el canciller se haya opuesto a su nombramiento como embajadora impone más techos de cristal de los que supuestamente se busca erradicar. Con esto, la cero tolerancia hacia la violencia en contra de las mujeres dentro de la SRE se desmorona. No existe la congruencia o la coherencia planteada por el gobierno mexicano en este aspecto.
Aun así, discursos como el de Ebrard siguen ocupando espacios en Palacio Nacional, un espacio donde tanto el presidente como otros funcionarios evidencian su falta de perspectiva de género en todo ámbito político nacional.
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