Ciudad de México.- Su nombre es Fernando Espino Arévalo. Ingresó a trabajar al Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en 1970 y poco tiempo después, en 1978 fue elegido Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (SNTSTC). Han pasado 45 años y sigue con el control de esa organización, ahora con un cargo ejecutivo.
Al igual que otros líderes sindicales, Espino Arévalo, proveniente de Michoacán, mezcló sus actividades sindicalistas con las partidarias. De acuerdo con su información curricular, desde la década de los 60 era miembro activo del PRI, luego del Partido Verde.
Mientras tuvo sus cargos en la política, se ocupó de distintas tareas dentro del Sindicato como por ejemplo la administración del patrimonio o del “adiestramiento” del Comité de la organización.
Sin embargo, aunque tuvo puestos públicos y desde 2016 los Sindicatos están obligados a rendir cuentas sobre sus ingresos, nóminas, patrimonio y gastos, no hay rastro sobre el patrimonio de Espino Arévalo. Su nombre no aparece ni en los portales de trabajadores de la Ciudad de México ni del Metro.
El líder sindical ha tomado relevancia en las últimas semanas por la crisis que vive el Metro. Luego del accidente del 7 de enero en el que murió una joven estudiante, se han registrado otras fallas que la Jefa de Gobierno calificó como “fuera de lo normal” por lo que solicitó más de 6 mil elementos de la Guardia Nacional para vigilar y prevenir posibles actos intencionales que afectaran el funcionamiento del transporte.
Ya con el despliegue de seguridad, el domingo 15 de enero se registró una separación de vagones en la Estación Polanco de la Línea 7. En conferencia de prensa, el director general del Metro, Guillermo Calderón Aguilera, se centró en explicar que en el fondo el problema no era de mantenimiento, sino los actos anómalos.
Dijo respecto a la separación de los vagones que se debió a la falta de un anillo de seguridad, un tornillo flojo y otro degollado y añadió, sobre el accidente de la Línea 3, que el tren afectado había recibido mantenimiento sistemático el cual, dijo, se realiza cada 10 a 12 mil kilómetros, o 30 días aproximadamente.
“Es decir, estaba en el periodo adecuado de mantenimiento. No es una cuestión de mantenimiento porque se revisan estos elementos de seguridad”, señaló.
El Sindicato del Metro está conformado por trabajadores de la Coordinación de Vías, de los talleres de Material Rodante, a los que se encargan de instalaciones fijas, a los trabajadores de mantenimiento a edificios, talleres y plazas y a los de mantenimiento de estructuras.
Son cerca de 12 mil 400 trabajadores que atienden a más de 5 millones de usuarios diariamente, los 365 días del año.
Espino Arévalo no accedió a otorgar una entrevista a SinEmbargo. La semana pasada habló en el programa radiofónico de Joaquín López-Dóriga y aseguró que las fallas ocurridas en los trenes son por falta de mantenimiento y descartó el sabotaje:
“De acuerdo a la opinión de las y los técnicos que le dan mantenimiento a los trenes, es un asunto 100 por ciento técnico, no hay indicio de que sea algún sabotaje o que sean provocadas a las mismas fallas”.
Agregó que desde hace 24 años no cuentan con la inversión económica suficiente para dar el mantenimiento necesario a los trenes y estaciones, e incluso los trabajadores compran su material para laborar.
LÍDER PÚBLICO Y “FANTASMAL”
Fernando Espino Arévalo inició su carrera en el PRI desde mucho antes de ingresar al STC Metro. En 2006 optó por las siglas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Para entonces, desde ambos partidos fue Diputado federal y local en cuatro ocasiones y en una más como suplente, por lo tanto, ha estado en el congreso desde 1991 hasta el 2012.
De la misma manera ha logrado mantenerse al frente del Sindicato tuvo puestos como “Secretario de capacitación y adiestramiento del Comité Ejecutivo General del STSTC”, luego “Presidente de la Comisión Nacional de Patrimonio Sindical”, “Secretario general del Comité Ejecutivo General del Sindicato” para ser el Presidente del Comité Nacional de Vigilancia.
Más allá de su currículum y sus puestos, se conoce poco del líder sindical. A pesar de las disposiciones de transparencia que han ido avanzando en las organizaciones sindicales, no es posible conocer alguna de sus declaraciones patrimoniales, ni por esa vía ni en sus obligaciones como legislador. Tampoco aparece su sueldo ni su puesto en las nóminas del Metro.
En el portal de transparencia de la Ciudad de México, el Artículo 21 de la Ley en materia establece que debe ser pública la “remuneración mensual bruta y neta de todas las personas servidoras públicas de base o de confianza, de todas las percepciones, incluyendo sueldos, prestaciones, gratificaciones, primas, comisiones, dietas, bonos, estímulos, ingresos y sistemas de compensación, señalando la periodicidad de dicha remuneración, en un formato que permita vincular a cada persona servidora pública con su remuneración”.
En ese mismo apartado vienen las nóminas de 2017 a 2022 y en ninguna aparece el nombre de Espino Arévalo.
Y la opacidad del líder se extiende a todo el Sindicato: no está activo su portal de Obligaciones de Transparencia en la Plataforma Nacional y en su portal web únicamente se encuentra información de la trayectoria de Espino y en el apartado de transparencia, un archivo de Power Point que contiene un organigrama de puestos, sin nombres.
El acercamiento más detallado es el que publicó el periodista Saúl Hernández en la revista EMEEQUIS en 2019.
“[El Sindicato] desembolsa cuatro millones de pesos mensuales para pagar los sueldos de 191 personas. En el listado figuran el propio Espino Arévalo y 15 parientes de primer y segundo grado: tres exesposas, su actual pareja, una hermana, cuatro hijos, tres cuñadas, un primo y dos sobrinos”, puede leerse en el texto.
Detalla Hernández que este grupo de personas ocupaba 13 plazas con los mejores sueldos y éstas fueron creadas el 22 de noviembre de 2018, a dos semanas de que terminara la administración de Miguel Ángel Mancera.
Lee el texto original en SinEmbargo
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