Ciudad de México.- En 2024 se espera un maratón electoral sin precedentes, pues millones de personas en Latinoamérica serán parte de un fenómeno que se espera marque un récord histórico: este año cerca de mil 300 millones de mujeres en edad de votar tendrán la oportunidad de hacerlo, según datos de ONU Mujeres.
Aunque la misma ONU estima que no se alcanzará la paridad de género en parlamentos hasta el año 2063, aseveró que tendremos que esperar 130 años para ver equidad también a nivel de jefaturas de Estado o de gobierno.
Se estima, según cálculos realizados por The Economist, que irán a las urnas alrededor del mundo al menos unos 2 mil millones de personas, algo nunca antes visto en un solo año. La mitad de la población, unos 4 mil millones, viven en países donde habrá comicios en 2024. Está previsto que ocho países de América Latina celebren comicios presidenciales, mientras otros cuatro tienen agendados el voto popular por municipales, lo que desafiará a las plataformas digitales y redes sociales, por donde pasa buena parte de la discusión pública.
De hecho, Marta Val, integrante del Equipo de Participación Política de ONU Mujeres, en entrevista con una agencia de noticias europea, subrayó que se estima que no se alcanzará la paridad de género en parlamentos hasta el año 2063, mientras que habrá que esperar 130 años para ver equidad también a nivel de jefaturas de Estado o de gobierno.
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Uno de los países que puede “romper ese techo” es México, donde las dos principales aspirantes a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador son mujeres: la oficialista Claudia Sheinbaum y la candidata opositora Xóchitl Gálvez.
“La postulación de mujeres en cualquier país a la posición de más alto rango de liderazgo de gobierno o del Estado es siempre notable, dadas las cifras que venimos arrastrando durante décadas. México va a ser, por supuesto, significativo este año, porque además técnicamente será el primer país de Norteamérica donde una mujer va a ejercer la Presidencia“, señaló Val.
Subrayó que el resultado de las elecciones “sí abre puertas”, y recordó a otras mujeres que en Latinoamérica ejercieron el cargo de presidentas, como la chilena Michelle Bachelet o la brasileña Dilma Rousseff. Más de una docena de países que en 2024 abrirán sus colegios electorales no alcanzan ese 30% de mujeres en el Legislativo, como Estados Unidos, Uruguay o El Salvador.
La representante de Naciones Unidas sitúa a Europa a la cabeza de las regiones donde se registra mayor paridad de género, seguido de América Latina, donde en los últimos años “se ha venido avanzando” en este sentido, aunque de forma dispar. Hay países con paridad, como México; pero otros donde todavía queda mucho por recorrer, como Uruguay o Guatemala, donde no existe realmente una cuota de género,
Están previstas elecciones para elegir a los presidentes en El Salvador, Uruguay, Panamá, República Dominicana, Estados Unidos, México, Venezuela y Puerto Rico. En algunas regiones tienen polémica previa, como en territorio venezolano por la inhabilitación de la candidata opositora, María Corina Machado, para ocupar cargos públicos que le impuso la Contraloría General de la República del gobierno de Nicolás Maduro.
También, está el caso de la inconstitucionalidad de la reelección del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en fórmula con Félix Ulloa, al inscribir el 26 de octubre del 2023 ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) su candidatura a los comicios. Bukele sería el presidente más popular de América Latina, según una encuesta de la ONG Latinobarómetro, que le otorga el 90% de apoyo de los salvadoreños. También, habrá comicios municipales en Brasil, Costa Rica, Chile, Puerto Rico y Perú.
El 2024 tiene indicios de desafiar la nueva moda pospandemia de Covid-19 de que ganen las oposiciones en Latinoamérica. Desde 2019, en 17 de las 18 elecciones del continente perdió el gobierno de turno. Y la excepción es mentirosa, porque en Paraguay lo normal es que gane el Partido Colorado y la verdadera elección se da en las internas, que las ganó Santiago Peña, del bloque opositor al entonces presidente Mario Abdo.
EL CASO BUKELE Y SU REELECCIÓN EN EL PODER
Las elecciones latinoamericanas de 2024 se estrenaron con los comicios generales del 4 de febrero en El Salvador, donde el presidente con licencia, Nayib Bukele, logró un aplastante triunfo, tal y como apuntaban todas las encuestas. Con más de un 84% del respaldo popular, el candidato del gobernante partido Nuevas Ideas contó con un rotundo apoyo. A la enorme distancia en segunda posición llegó Manuel Flores, aspirante del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FLMN), con apenas 139.000 votos.
Se trató de una postulación polémica, ya que la Constitución salvadoreña prohíbe a los presidentes buscar un nuevo mandato consecutivo de cinco años, pese a lo cual la Corte Suprema de Justicia lo avaló en 2021 y el Congreso aprobó en noviembre pasado una licencia de seis meses en el cargo pedida por Bukele para abocarse a su campaña.
Bukele fue acusado por críticos de haber concentrado el poder del Estado en su figura, controlando a la Justicia y al Congreso, y de violar derechos humanos para aplastar a las pandillas que sembraban terror en el país, pero esa estrategia de “mano dura” contra el crimen derrumbó la altísima tasa de homicidios que tenía El Salvador y permitió recuperar el control de barrios dominados por pandillas, lo que ha vuelto a Bukele uno de los presidentes más populares del mundo.
Por eso, Bukele podría ser el primer líder latinoamericano en lograr la reelección personal o de su partido en el gobierno durante 2024, algo extraordinario en los últimos tiempos para la región. Paradójicamente, fue con la elección del propio Bukele en 2019 que comenzó una serie de 17 triunfos de la oposición en 19 comicios presidenciales completados hasta ahora.
Las dos excepciones han sido la reelección de Daniel Ortega en Nicaragua en 2021, considerada una “farsa” en Occidente, ya que sus posibles rivales fueron encarcelados, y la victoria en abril del Partido Colorado paraguayo, que solo ha perdido una elección presidencial en 76 años. Sin embargo, en 2024 podría haber otras excepciones a esta regla aparte de la probable reelección de Bukele.
VOTO HISTÓRICO EN MÉXICO
El oficialismo aparece con claras posibilidades de ganar en al menos dos de esos casos. En México, si bien faltan mes y medio para elegir al sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador y mucho puede cambiar, las encuestas de intención de voto dan una holgada ventaja a la exjefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, del partido Morena del mandatario federal y candidata por la coalición Seguimos Haciendo Historia, que también la conforman sus aliados PT y PVEM.
Como su principal rival aparece Xóchitl Gálvez, una senadora con licencia que contra todo pronóstico logró ser candidata de la principal coalición opositora, primero se conoció como Frente Amplio por México, y ya para el registro como candidata presidencial se nombró Fuerza y Corazón por México, formada por los partidos tradicionales PAN, PRI y PRD. En las urnas se renovarán además cargos de senadores, diputados, nueve gubernaturas y otras autoridades locales, con más de 20 mil aspirantes para ocupar esas posiciones.
Hasta el momento es improbable que una tercera opción, que encabezada por Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, tenga chance de alcanzarlas y ganar, pero con el porcentaje que lleva en las encuestas le permite al partido naranja seguir conservando el registro como partido y posibilidades de tener bancadas en las cámaras de Diputados y del Senado, estos comicios podrían ser históricos si consagrasen a la primera mujer electa presidenta en la historia de México.
REELECCIONES EN JUEGO Y ESCENARIOS INDEFINIDOS
Por otro lado, en República Dominicana, el presidente que procura ser reelecto, Luis Abinader, aparece como favorito con más de 50% de intenciones de voto en algunas encuestas para los comicios que lo enfrentarán al exmandatario Leonel Fernández, entre otros candidatos.
Si ninguno obtuviera la mitad más uno de los votos válidos en mayo próximo, habría una segunda vuelta entre los dos primeros el 30 de junio.
El panorama es más complicado para el oficialismo en Panamá y Uruguay, e incierto en Venezuela. Tras recientes protestas masivas por un contrato minero que al final fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema panameña, el expresidente Ricardo Martinelli parece capitalizar parte del descontento con el gobierno de Laurentino Cortizo y se asoma como candidato favorito, según las encuestas.
Sin embargo, una condena reciente contra Martinelli a 10 años de prisión por lavado de dinero podría sacarlo de la disputa electoral, si la Corte Suprema ratificara el fallo, lo cual mejoraría las posibilidades de otros candidatos, como el expresidente Martín Torrijos y Ricardo Lombana contra el actual vicepresidente y postulante oficialista José Carrizo, quien no despega en las encuestas.
En Uruguay, los sondeos de intención de voto dan a la coalición de izquierda Frente Amplio una leve ventaja para recuperar el poder frente a los partidos que integran el gobierno de Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, a quien la Constitución prohíbe la reelección inmediata, pero la situación electoral uruguaya tendrá más claridad después que los partidos nominen a sus candidatos en elecciones internas marcadas para junio.
Las elecciones internas 2024, que refieren a la primera instancia de votación, se celebrarán el 30 de junio. En esta elección, que no es obligatoria, se determinará cuáles serán los partidos políticos que participen de la siguiente etapa, los que hayan conseguido más de 500 votos, y en ellas, quiénes serán sus candidatos presidenciales. Posteriormente, si ninguno lograse la mitad más uno de los votos en octubre próximo, habría un balotaje entre los dos más votados en noviembre.
Uno de escenarios electorales más indefinidos del año en la región lo presenta Venezuela, donde se espera que el presidente Nicolás Maduro busque ser reelecto en el cargo que ejerce desde hace más de una década, aunque la legitimidad de su segundo mandato fue cuestionada por buena parte de la comunidad, tras unos comicios de 2018 en los que la oposición evitó participar por considerarlos fraudulentos.
Tras largas negociaciones, el gobierno y la oposición acordaron en octubre pasado en Barbados celebrar elecciones durante el segundo semestre de 2024, a cambio de que se levantaran algunas sanciones internacionales a Venezuela impulsadas por Estados Unidos.
Apenas en marzo pasado, la dirigente política venezolana María Corina Machado anunció que le cedió a la historiadora Corina Yoris la candidatura de la oposición de cara a las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio. Machado ganó en 2023 por amplio margen las primarias organizadas por la oposición para escoger al candidato que le disputará la presidencia a Nicolás Maduro.
Pese a ello, no pudo inscribir su postulación ante el Consejo Nacional Electoral debido a una medida de inhabilitación para ocupar cargos públicos que le impuso la Contraloría General de la República. Por esta razón, y ante el inminente vencimiento del plazo para inscribir candidatos del 25 de marzo del 2024, Machado, junto al resto de partidos agrupados en la Plataforma Unitaria acordó que Yoris sea su sustituta en la carrera presidencial.
Con un desmoronamiento económico que ha hecho emigrar a más de siete millones de venezolanos, las encuestas sugerían que Machado podría derrotar al socialismo chavista que lleva 24 años en el poder, y el asunto puede volver a tensar el clima político en un país donde las fuerzas de seguridad han reprimido con dureza protestas antigubernamentales en el pasado.
Dos de las principales figuras políticas de Puerto Rico confirmaron su aspiración a la candidatura por la gobernación de la isla en las elecciones generales de 2024. Se trata del actual gobernador, Pedro Pierluisi, y la comisionada residente en Washington, Jenniffer González.
Recientemente, sin dar nombres específicos, la comisionada residente en Washington, Jenniffer González Colón, alegó que miembros del equipo de su rival primarista a la gobernación de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, la sobornaron para que no aspirara a la máxima posición en el país.
La estadista dijo que el acercamiento era para que aspirara a la reelección para el puesto en la capital federal y desistiera de la contienda primarista. González, quien lleva dos cuatrienios como única representante de Puerto Rico en el Congreso, añadió que “gente que no la querían” fueron los que intentaron comprarla.
En respuesta, Pierluisi catalogó el asunto como “otro bochinche más”. y le recuerda cuando también se puso a hacer acusaciones de cuando servidores públicos estaban siendo discriminados o perseguidos y resultó que no surgió nada concreto, después de hacer esas acusaciones; y ahora viene con eso, realmente sin ningún tipo de datos.
Las declaraciones más recientes de González Colón son prueba de que la temperatura política rumbo a las primarias del próximo 2 de junio en la isla está aumentando. Faltan unos 50 días para que se realicen las primarias tanto del PNP como del Popular Demócratico (PPD), previo a las elecciones generales del 5 de noviembre.
Pierluisi ganó las elecciones de 2020 con 427.016 votos (33,2 %), según datos de la Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico. Carlos Delgado Altieri, del Partido Popular Democrático, culminó en el segundo puesto con 407.817 votos (31,8 %), seguido de Alexandra Lúgaro, del Movimiento Victoria Ciudadana, con 174.402 (13,6 %).
Las elecciones más esperadas en este año será la del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos, cuando se enfrenten el actual presidente Joe Biden, por el Partido Demócrata, y el líder del Partido Republicano y expresidente Donald Trump. Si bien se repetiría la contienda del 2020, las encuestas ya anticipan cómo saldrán los comicios.
Si bien Biden, al ser presidente, no tiene oponentes relevantes en el Partido Demócrata, su nominación estaría asegurada. Mientras que, Trump, también es favorito por amplio margen entre los republicanos, pero hay dudas sobre sus problemas con la Justicia, que todavía no dictaminan que sucederá con el exmandatario.
La agenda electoral de 2024 en América Latina, que incluye además comicios municipales en Brasil, Costa Rica, Chile, Puerto Rico y Perú, modificará el mapa de poder en la región, aunque esta vez quizás menos de lo que aspiran algunos opositores.
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