La suerte del sepulturero

febrero 11, 2024
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Ciudad de México.– Dice llevar medio siglo buscando la “revolución”, primero desde grupos guerrilleros en los setenta, y luego a través de partidos de izquierda. Pero al unirse al Pacto por México neoliberal y aliarse con el PRI y el PAN, desdibujó la historia de lucha social del PRD y se quedó solo.

Si las tendencias electorales continúan como en los últimos años, a Jesús Zambrano (Sonora, 1953) le tocará bajar la cortina de un partido que hace 35 años fue clave para la transición democrática y solía luchar contra el statu quo.

Durante la etapa interna del Frente Amplio por México para designar a su aspirante presidencial, en agosto de 2023, Zambrano le pidió a Cházaro “bajar” al Senador Miguel Ángel Mancera y al exgobernador Silvano Aureoles, para que dejaran de descalificar al proceso.

“Tanto Silvano como Mancera habían cumplido con las firmas para el Comité Organizador, pero de manera cuestionada se planteó que no habían pasado a la siguiente etapa nuestros dos precandidatos. Cuando esto sucedió, Zambrano me pidió hablar con Silvano y con Mancera dada mi buena relación con ellos para que ya no siguieran adelante descalificando al proceso”, compartió.

La única explicación de Zambrano para haber aceptado la alianza político electoral con la derecha y con el empresario Claudio X. González es ir contra el “dictadorzuelo”, como califica al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien hace mucho tiempo fue su compañero en una institución que sigue perdiendo militantes mes con mes. Para él, sólo se movieron de la izquierda a la centro-izquierda.

“No fue sencilla la definición que tomamos de ir a una coalición que titulamos Va por México, por primera vez juntos con el PRI, que había sido nuestro enemigo histórico, de ahí surgimos, de una confrontación con el PRI. Cuando vimos lo que estaba pasando, toda la tendencia –a nuestro juicio– autoritaria y equivocada que fue tomando el Gobierno, dijimos aquí está sucediendo una situación extraordinaria y, para situaciones extraordinarias, respuestas extraordinarias”, explicó a Los Periodistas en su oficina del PRD en el año 2022.

En 2012, López Obrador renunció al PRD y les advirtió a los “Chuchos”, Ortega y Zambrano, que se iban a quedar “con el cascarón”. En 2014, uno de sus fundadores, Cuauhtémoc Cárdenas, hizo lo propio por desacuerdos con la dirigencia y falta de autocrítica. Entonces, el partido se quedó sin sus dos únicos candidatos presidenciales.

El último Gobernador perredista, Silvano Aureoles, exigió que sea él, Zambrano Grijalva, quien renuncie a la dirigencia del partido por “imponer” candidaturas para las elecciones de 2024. Incluso la experredista y Alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, lo acusó de ser un borracho y majadero.

“Lo que veo desde fuera es que el PRD ha perdido muchísima presencia. Cuando estaba sentado en la mesa con los tres partidos, estábamos en la discusión para que al PRD le tocaran entre ocho y seis escaños al Senado y hoy terminaron con dos de 32”, lamentó el Diputado Luis E. Cházaro, quien fue amigo de Zambrano durante 17 años y hoy se dice decepcionado de su maestro polític

“EL TRAGABALAS”

Hace 70 años, Chucho Zambrano nació en Empalme, un pueblo costero de Sonora, en una familia conformada por siete hijos y una hija. Entre patas de ganado vivió su infancia, ya que su padre era ganadero en territorio de la tribu yaqui.

En su curriculum, se lee “carrera trunca” en Físico-Matemáticas por la Universidad de Sonora. Si bien desde la secundaria se sentía cómodo entre los cálculos y ganó el primer lugar en un concurso matemático en la prepa, durante su adolescencia comenzó a atraerles los movimientos sociales y se vinculó a las Fuerzas Armadas de la Nueva Revolución, un grupo guerrillero de su natal Empalme.

Era la década de los 70, cuando a nivel nacional surgieron diversos grupos guerrilleros con planteamientos revolucionarios y anticapitalistas después de la represión al movimiento del 68. El Gobierno del PRI autoritario recurrió a los asesinatos, desapariciones y detenciones de los jóvenes integrantes.

Sobreviviente de ello, ya en Culiacán, Sinaloa, Zambrano se unió al grupo guerrillero que reunificó a los que quedaron: La Liga Comunista 23 de septiembre. El objetivo era propiciar un levantamiento armado masivo contra las fuerzas armadas del Gobierno de Luis Echeverría y contra el sector empresarial.

Durante el paro bautizado como “El asalto al cielo” en Sinaloa, secuestraron camiones y asaltaron un banco de armas en una caseta de la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos para hacerse de armamento; impulsar un cambio por la vía armada. En marzo del 74, las fuerzas armadas gubernamentales les cayeron en su escondite y se entregaron.

–No me dispares, cabrón, si ya estamos entregados –gritó un Jesús Zambrano de 20 años con las manos en alto. En medio de la balacera, la bala entró por su boca, rompió su mandíbula y salió por una parte del cuello.

Sobrevivió, de ahí su apodo “El tragabalas”. Pero no se salvó de ser un preso político de la época de la tortura y represión priista. Durante el desmantelamiento de la Liga Comunista 23 de septiembre tras el fallido secuestro y asesinato del empresario Eugenio Garza Sada de Grupo Monterrey, estuvo detenido a mediados de los setenta.

Al salir de la cárcel, optó por el movimiento social-electoral en vez del armado y cofundó junto con sus compañeros exguerrilleros el Partido Mexicano Socialista en 1987. Después del fraude del 88, caminaron junto al movimiento de Cuauhtémoc Cárdenas que desembocó en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Ya, la guerrilla y todos los radicalismos anteriores habían quedado atrás. Ya no traíamos per se esta idea de lucha contra los patrones, contra los explotadores, contra los opresores. En lugar de comer empresarios, queremos comer y platicar con los empresarios”, dijo Zambrano.

LOS CHUCHOS

Jesús Zambrano ha sido en dos ocasiones presidente nacional del PRD; en 2011-2014 y desde 2020 a la fecha. Su corriente es “Nueva Izquierda”, mejor conocida como “Los Chuchos”, al estar conformada junto con Jesús Ortega, actualmente también desdibujado de la política mexicana.

Cuando “Los Chuchos” no estuvieron de acuerdo con el plantón en avenida Reforma como protesta contra el fraude de 2006, en que el PAN y el sector empresarial manipularon el proceso electoral, se les empezó a llamar “traidores” y así comenzó el distanciamiento con el obradorismo.

“El distanciamiento con Andrés Manuel empezó en 2006 porque ellos pretendieron que el movimiento de resistencia, como protesta electoral, se fuera conformando como un partido de lo que después surgiría Morena y que todo mundo se plegara plenamente a las decisiones y los lineamientos que Andrés Manuel marcaba. Por ejemplo, él tomó la decisión de que se hiciera el campamento en Reforma y, a la ciudad que le había dado más votos, millones de votos en esa elección, la castigó fracturándola a la mitad”, compartió Jesús Zambrano a Los Periodistas desde su oficina del PRD, donde tiene colgada en la pared la imagen del revolucionario Zapata.

En 2012, aunque “Los Chuchos” querían a Marcelo Ebrard como el candidato del PRD, al final tuvieron que abrazar la segunda campaña presidencial de López Obrador. “Nuestra lectura era que quien había ganado las encuestas, y tenía más potencialidades de crecimiento para ganar las elecciones de la República con más positivos a su favor, era Marcelo Ebrard y no Andrés Manuel, quien amenazó con la ruptura y dijo: ‘si no aceptas que yo te gané Marcelo, entonces voy a ser candidato de quien me quiera postular’. Marcelo terminó echándose para atrás y no tuvimos de otra más que ir con Andrés Manuel de nueva cuenta”, evocó Zambrano en aquella entrevista de 2022.

En diciembre de 2012, luego de resultar electo como Presidente el priista Enrique Peña Nieto, el tabasqueño renunció para conformar Morena y el sonorense –que ya había estado coqueteando con el PRI– se entregó al neoliberalismo.

EL ENTREGUISMO

Jesús Zambrano suele culpar al ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador del debilitamiento del PRD tras su renuncia y conformación de Morena, partido que jaló militantes y simpatizantes del Sol Azteca. Pero fue él, y contrario a los principios que fundaron al partido, quien decidió ser uno de los abajo firmantes del Pacto por México peñista para echar andar reformas estructurales de corte neoliberal, en otras palabras, abrir las puertas a la iniciativa privada en sectores clave como el energético.

El académico René Torres-Ruiz, quien ha publicado diversos artículos sobre la historia del PRD, ubica al 2012 como el año de la muerte del partido tanto por la renuncia de López Obrador como por la firma de Zambrano al Pacto por México, “un bandazo ideológico”. No comprende entonces por qué los dirigentes del PRI y PAN, Alejandro Moreno y Marko Cortés, lo siguen teniendo a un lado, si no les aporta nada y desde hace muchos años está silenciado.

“Si le queremos poner una fecha de defunción, donde ya no es un partido progresista que intenta luchar contra el poder, contra el statu quo, diría que es 2012, cuando Andrés Manuel López Obrador todavía contiende por la Presidencia de la República bajo la denominación del PRD, pero en diciembre de ese año anuncia que deja de ser perredista para iniciar una nueva ruta que lo llevará a formar Morena”.

En 2018, en vez de que naturalmente el PRD se aleara con Morena –ambos partidos de izquierda–, terminó de realizar su bandazo ideológico y abrazó al candidato de la derecha, Ricardo Anaya, quien durante su campaña se le llegó a ver con el chaleco amarillo. Aunque aquel julio el Sol Azteca solo tuvo 3 millones de votos (5.5 por ciento de votación), Zambrano cree que no se equivocaron.

“No nos equivocamos. Van a ver lo que va resultar cuando López Obrador sea Presidente de la República, va a acentuar sus rasgos más autoritarios, menos democráticos y va empezar a imponer un conjunto de decisiones como ya lo estamos viendo”, dijo en entrevista con Los Periodistas.

Y a mediados de 2020, fue cuando el empresario Claudio X. González buscó a “Los Chuchos”. Se reunieron para platicar en una oficina de la Ciudad de México. Zambrano lo conocía desde que el magnate dirigía Mexicanos Primero, a favor de la reforma educativa peñista que movilizó a miles de integrantes de la CNTE.

“Él fue a visitarnos ahí, a esas oficinas y nos hizo el planteamiento de que había estado hablando por su lado con el PAN, con el PRI, que en ese momento el PRI estaba en su proceso interno para definir la presidencia nacional del partido”, compartió.

Una vez aceptada y anunciada la coalición electoral, lograron arrebatarle a Morena la mayoría calificada en el Congreso, la cual los guindas buscan recuperar en estas elecciones de 2024. Fuera de eso, el PRD dejó de ser aquel partido fundado en 1989 como una alternativa de izquierda al bipartidismo del PRI y Acción Nacional, y Zambrano será quien apague la luz.

SinEmbargo

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