Las brujas, símbolo de ruptura al orden social

noviembre 1, 2023
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Foto: Pixabay.

Ciudad de México.- En latín la palabra ‘bruja’ significa maléfica (maleficae) y en la Edad Media se utilizaba el término para señalar a mujeres que contravenían los órdenes establecidos. Aquellas que eran ancianas solas, económicamente desposeídas, jóvenes solas, y en general, mujeres que rompían el estereotipo social de dedicarse a las labores de cuidado, de atención a la familia y que no contaban con «la protección de algún hombre»; aquellas que no eran madres, ni esposas, ni monjas, eran consideradas una “amenaza” para el orden social y tachadas de brujas.

El concepto de “bruja” denotaba la marginación de la que eran objeto estas mujeres que no encajaban en los cánones establecidos. La situación de estas mujeres era difícil porque muchas de ellas contaban con conocimientos apropiados por la masculinidad y desarrollaban actividades que no estaban permitidas para las mujeres como la medicina, a través del uso de las hierbas, auxiliaban a las mujeres en las labores de parto, hacían herramientas, entre otras actividades y conocimiento que desarrollaron  al haber tenido que enfrentarse a los patrones patriarcales.

Por todo ello, por su simbolismo contestatario y transgresor, grupos feministas han buscado reivindicar la figura de la bruja, denostada, temida y atacada durante siglos, como un símbolo de la mujer fuerte y emancipada.

Durante la segunda ola del feminismo, en la década del sesenta, surgió el Movimiento de Liberación de la Mujer y el W.I.T.C.H (Women’s International Terrorist Conspiracy From Hell), un colectivo feminista de guerrilla que hizo acciones directas y apariciones públicas en diferentes partes de Estados Unidos, como manifestarse en Wall Street vestidas con sombreros puntiagudos y escobas.  

Ya entrado el nuevo siglo, la novela The Witches of BlackBrook, de Tish Thawer, popularizó el lema “Somos las nietas de las brujas que no conseguisteis quemar” y en el 2017 al movimiento Mee too, que acusaba la agresión y el acoso sexual de hombres hacia mujeres, se le llamó una ‘caza de brujas,’ a lo que las feministas respondieron con un “Sí, esto es una caza de brujas. Soy una bruja y voy a cazarte”, “Es el momento de que se asusten. Tenemos que convertirnos en brujas totales”.

A lo largo de la historia la representación de las mujeres ha servido para arrebatarles el poder, desde los griegos y los romanos, silenciar a las mujeres ha sido una constante. En el manifiesto Mujeres y Poder , la historiadora Mary Beard reflexiona sobre cómo la cultura occidental se niega a tomar en serio a las mujeres y las aísla de los centros del poder. Mientras que Silvia Federici, destaca en su obra clásica Calibán y la Bruja (Traficante de Sueños 2010) cómo la caza de brujas contribuyó a destruir el poder social de la mujer y a desvalorizarlas como sujeto y lo peor es que en pleno siglo XXI la caza de brujas continúa.

En el Primer Encuentro Feminista sobre la Caza de Brujas, realizado en España en 2019, Federici señaló “Como en el pasado, es muy conveniente para los poderosos crear sospechas de la existencia de brujas, del enemigo que vive en la comunidad. Así se rompe la solidaridad en un momento fatal, en un momento de gran urgencia donde la solidaridad debería ser total. En la actualidad, hay un incremento de acusaciones de brujería, de matanzas de mujeres, las están quemando vivas como antes, las entierran vivas.

En África, India, Papúa Nueva Guinea, Arabia Saudí están matando mujeres acusándolas de ser brujas, son procesos que se incrementan en la década de los 80 y 90. En Estados Unidos, no hay caza de brujas en sí, pero en la cultura popular, hay toda una cultura mediática que está relanzando la temática de las brujería en formas muy perversas, como si se tratara de un tema de diversión”.

Las cifras confirman esta declaración. ONU Mujeres indica que en el mundo, en 2021, 45 mil mujeres y niñas murieron asesinadas a manos de sus parejas u otros familiares, es decir, en promedio, más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia.

En México, 11 mujeres son asesinadas diariamente y, en comparación con años anteriores, este 2023 registra un incremento de muertes violentas de mujeres a nivel nacional, todos ellos cometidos por el simple hecho de ser mujeres que contradicen las opiniones de un hombre.

Noche de brujas

Hoy es Halloween o ‘Noche de brujas’ y ese mito que ha trascendido a lo largo de siglos se ha relacionado con mujeres de malas intenciones, aspecto repulsivo, dotadas de poderes sobrehumanos y que infunden miedo, lo cierto es que aquellas señaladas de serlo estaban relacionadas con saberes, iban más allá de los conocimientos masculinos estrechamente ligados con la ciencia y el pensamiento universal; estas rebeldes vivieron las consecuencias de trastocar el orden establecido.

La historia de las brujas de Salem se remonta al periodo colonial estadounidense. Los ‘padres peregrinos’, como se les conoció a los primeros pobladores procedentes de Inglaterra y los Países Bajos, fundaron, entre otras colonias, Connecticut, Boston, Springfield y Massachusetts, en ésta última se ubica el poblado de Salem. 

En 1692 un grupo de siete niñas de entre 9 y 13 años, entre ellas las hijas del pastor del poblado (el reverendo Samuel Parris) y de uno de los hombres más ricos (Thomas Putman), dijeron tener ‘visiones’ y aparentes convulsiones como consecuencia de actos de brujería realizados por algunas mujeres del pueblo, entre ellas, la esclava del reverendo, Tituba, quien provenía de África y frecuentemente contaba historias de su pueblo a las niñas.

Se cree que estas narraciones detonaron la imaginación de las niñas para inventar las historias de brujas y sus rituales, y que después -para evitar los castigos de sus padres-, decidieron continuar las mentiras en un juicio público lleno de pobladores ultra religiosos que sin mayor evidencia y guiados por la Biblia (en el libro del Éxodo 22:18, señala: «No dejarás con vida a ninguna hechicera»), condenaron a la horca a las acusadas.

En total, fueron 19 personas llevadas a la horca, 14 mujeres y cinco hombres, entre indigentes, mujeres de reconocida reputación y fe cristiana, críticas del fanatismo religioso, de carácter fuerte y extrovertido o hermosas que causaban la envidia de sus verdugos. Las acusadas fueron muchas más, se estima que entre 200 y 300 personas, algunas permanecieron presas más de un año, hasta que en un ambiente de histeria colectiva y revueltas sociales, en 1703 el tribunal de Massachusetts rechazó casi todas las ‘supuestas pruebas’ presentadas contras las acusadas. 

En 1711 se autorizó una indemnización para las familias de las ejecutadas injustamente, tal fue el caso de Bridget Bishop, Martha Corey, Sarah Osborne, Sarah Good, Susanna Martin, Rebecca Nurse, John Alden, George Burroughs y Giles Corey, quien murió aplastado por negarse a confesar su brujería.

La creencia en las brujas no se originó en las colonias de la Nueva Inglaterra, provenía de Europa. En Inglaterra llevaban siglos persiguiendo a las acusadas de brujería. Uno de los juicios de brujas más famosos de la historia inglesa fue el de las brujas de Pendle en 1612, en Lancashire, que terminó con la ejecución en la horca de diez mujeres condenadas por brujería.

¿Qué sucedió en realidad en el poblado de Salem?

La segunda teoría más sólida apunta a una intoxicación por hongos en el pan de centeno, cereal con el que se elaboraba el pan en ese entonces y que posee una toxina, la ergotamina, de la que deriva el ácido lisérgico o LSD. La primera teoría es más simple: se debió al puritanismo religioso imperante en aquellos años que combinado con una educación represiva y la histeria colectiva, derivó en uno de los peores momentos en la historia de Estados Unidos.

Otra explicación poco atendida es la económica. Cada vez que el juez Corwin encarcelaba o condenaba a la horca a alguien por brujería, su sobrino confiscaba sus bienes, así el destino de las propiedades de los acusados pasaba a manos del juez. 

Para conocer más sobre la historia de Salem

Existen varias obras de teatro, cine y libros que relatan la historia de Salem. Entre ellos, El crisol (The Crucible) del dramaturgo estadounidense Arthur Miller. La obra llama la atención sobre los peligros de las ideologías y, a manera de alegoría, equipara los juicios de Salem con las audiencias del Joseph McCarthy de los años cincuenta, que pretendían erradicar el comunismo en Estados Unidos. Entre los años 1950 y 1956, el entonces senador denunció y publicó ‘listas negras’ de personas sospechosas de ser comunistas, a lo que sus opositores llamaron una ‘caza de brujas’. La historia ha derivado en varias películas y series disponibles en plataformas digitales. Las producciones de Disney sobre brujas, no tienen ninguna relación con la historia original.

Otra opción son los cuentos narrados en la obra colectiva Los secretos de las brujas de Salem, una publicación de Guadalupe Vera, Maru Diéguez, Sara Jiménez y Gabriela Trejo Rodea, quienes a través de pequeños cuentos novelados, dan voz a las mujeres que fueron acusadas de brujas, para dejar ver al lector el sufrimiento que estaba pasando cada una de las víctimas antes de antes de llegar a la horca.

“El libro habla del miedo y el terror, pero no un terror como el que pensamos de que las brujas salen volando y de todas estas cosas, no, es terror en cuanto a la crueldad y maldad humana que se estaba formando en las nuevas colonias al calor del fanatismo religioso y la ambición económica”, señalaron las autoras en la presentación de la obra en U-Tópicas, la librería-galería especializada en temas feministas, ubicada al sur de la Ciudad de México.

Una historia vergonzosa que afortunadamente tuvo su final cuando señalaron de bruja a la esposa del juez de Inglaterra que entregaría la Carta Real de Massachusetts.

Para las autoras es lamentable que situaciones así sigan sucediendo «ahora no tenemos horcas, pero tenemos redes sociales y otro tipo de linchamientos», concluyeron.

CIMAC Noticias

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