Ciudad de México.– Miles de millones de pesos del presupuesto van año con año a las arcas de los partidos políticos, que en su mayoría son dirigidos por una especie de “líderes vitalicios” que se han mantenido al frente de institutos políticos desde hace años.
Es el caso de Dante Delgado en Movimiento Ciudadano, de Alberto Anaya en el Partido del Trabajo, de “Los Chuchos” en el Partido de la Revolución Democrática y de Jorge Emilio González Martínez, quien aún ejerce el control dentro del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), como se evidenció el pasado 2 de junio cuando fue captado mientras celebraba los números que alcanzó de la mano de Morena.
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Esa misma es la ruta que parece buscar Alejandro Moreno Cárdenas, el dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quien una reforma a los estatutos del tricolor le permite ahora poder reelegirse hasta 2032. El lunes, al ser cuestionado sobre estos cambios para perpetuarse en el poder, “Alito”, como se le conoce, evadió tocar el tema, pero las voces críticas dentro del priismo dan por hecho que se mantendría al frente de la presidencia del partido durante 13 años desde 2019.
Lo que está en juego son miles de millones que reciben los partidos en prerrogativas. El financiamiento total de los partidos para sus actividades ordinarias ascendió a 6 mil 609 millones 787 mil 227 pesos. De este monto, Morena, la primera fuerza, recibió 2 mil 46 millones 136 mil 156 pesos; el PAN, la principal fuerza opositora, mil 226 millones 350 mil 365 pesos; el PRI, mil 201 millones 628 mil 530 pesos; Movimiento Ciudadano, 646 millones 345 mil 691 pesos; el Partido Verde, 565 millones 163 mil 795 pesos; el PRD, 472 millones 533 mil 423 pesos, y el PT, 451 millones 629 mil 267 pesos.
ANAYA, EL PLURI ETERNO
Alberto Anaya Gutiérrez ha sido por 33 años el dirigente único del Partido del Trabajo. El “Profe” Anaya, como se le llama, justifica que la dirección Colegiada es quien lo ha mantenido desde su fundación como líder de este satélite de la izquierda. No recibe sueldo al ejercer la dirección de manera honorífica, pero su partido, con 457 mil afiliados y con coaliciones con el PRI, el PAN y el PRD en estados, cuenta con espacios en el Congreso y con financiamiento del INE por más de 400 millones de pesos anuales.
Nunca elegido por voto directo, Anaya ha sido Diputado y Senador por la vía plurinominal entre 1988 y 2024. En su última declaración patrimonial publicada en 2023 reporta un ingreso anual por 1 millón 74 mil pesos como Diputado federal y un menaje de casa por 300 mil pesos desde 2003.
Los padrinos políticos del PT fueron Raúl y Carlos Salinas de Gortari, calificado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador como el “jefe de la mafia del poder”. Pese a ello, ha ido con Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones presidenciales del 2000, tras el fraude del 88, y con López Obrador en el 2006, 2012 y en el 2018.
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Sobre cómo el PT vota para que Anaya Gutiérrez siempre sea el dirigente nacional, el Diputado petista y compañero de bancada del Profe, Benjamín Robles, destacó que los delegados lo eligen en el Congreso nacional por ser “muy sabio” y es “un ícono, el dirigente de izquierda más importante de este país”.
“Son los delegados del Congreso nacional, mujeres y hombres que representan al PT de todo el país, de las 32 entidades quienes tomamos las decisiones. Si se trata de elegir dirigentes, por supuesto que ahí surgen las propuestas. Invariablemente una propuesta que siempre surgirá es la de proponer como uno de los integrantes de la dirección nacional al ‘Profe’ Beto Anaya”, dijo.
DANTE, EL LÍDER MÁXIMO
No es un secreto para nadie que Dante Delgado Rannauro tiene un largo colmillo. Como priista fue un incondicional de Fernando Gutiérrez Barrios, exdirector de la Dirección Federal de Seguridad, y como fundador de Movimiento Ciudadano (antes Convergencia por la Democracia) fue aliado del ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador e impulsor del panista Ricardo Anaya. Actualmente, a sus 73 años, se presenta como la “tercera vía”.
El pasado proceso, fue la primera vez en que Dante contendió solo en una elección presidencial. En este proceso superó los 6 millones de votos, el doble de los alcanzados en 2021 cuando obtuvo el que fue hasta el 2 de junio su mejor resultado. “Obtuvimos más votos que el PAN en nuestras candidaturas para el Senado y para diputaciones locales en 12 estados de la República. Movimiento Ciudadano es un proyecto nacional, estamos creciendo en todo el país y así lo demuestran los resultados del pasado proceso electoral”, celebró en días pasados Delgado en sus redes sociales.
Dante Delgado ha sido el dirigente del partido en 18 de los 25 años de su existencia; y tiene un gran peso en la toma de decisiones y en la selección de candidatos en cada elección presidencial. Fiel a su pragmatismo y astucia para negociar, ha ido en alianza con el PRD en 2000, 2006 y 2012, y luego con el PAN en 2018, y sin el PRIAN en 2024.
“Es decir, actualmente él ocupa la dirigencia y para 2024 él habrá estado en 18 de los 25 años como dirigente nacional y eso es inusitado. Otro partido similar sería el PT, solamente, donde Alberto Anaya ha estado toda la vida que tiene existiendo el PT en los órganos directivos”, expuso en una entrevista en marzo pasado el investigador de la UNAM Alberto Espejel, autor del artículo “MC, ¿socialdemócrata por fuera y poco democrático por dentro?”.
Dante Delgado renunció al PRI en 1995 para formar con viejos priistas como Luis Walton su propio partido, Convergencia, un apéndice del obradorismo que ideó desde la cárcel, cuando fue detenido y procesado por el presunto desvío de fondos por 450 millones de pesos, aunque él siempre ha sostenido que fue por sus críticas hacia Ernesto Zedillo. En total pasó un año y tres meses encarcelado en las instalaciones del penal de Pacho Viejo en Coatepec, Veracruz.
Bajo su aval, a inicios de milenio Convergencia fue en alianza con la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas y también con la aspiración a Jefe de Gobierno del DF de Andrés Manuel López Obrador, a quien volvieron a apoyar en 2006 y en 2012, ya como Movimiento Ciudadano.
“EL NIÑO VERDE”
La noche del 2 de junio, Jorge Emilio González Martínez fue captado afuera del Hotel Hilton, donde se instaló la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo. En el video, que rápidamente fue bajado de internet, el Niño Verde celebró que la votación obtenida por el Partido Verde era mayor a la del Partido del Trabajo, el partido que siempre ha ido en alianza con el obradorismo.
En efecto, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el aliado incómodo de Morena, quien para sobrevivir y ganar espacios ha optado desde hace dos décadas por aliarse siempre a un partido más grande que le permita conseguir una buena votación, logró el pasado dos de junio su mejor votación en toda su historia.
Sus votos pasaron de un millón 51 mil 480 con José Antonio Meade a 4 millones 677 mil 057 con Claudia Sheinbaum Pardo. Es decir, incrementó su votación en un 344.80 por ciento, una cifra que nunca antes había visto el partido del tucán, fundado en 1991 por Jorge González Torres, el padre del “Niño Verde”.
”El Verde Ecologista ha sido el único partido en México que ha ganado en cada sexenio de forma ininterrumpida, incluso cuando no consigue la victoria en las urnas”, escriben Paula Sofía Vásquez Sánchez y Juan Jesús Garza Onofre en el La mafia verde (Ariel). Y añaden: “El pragmatismo de González Torres se convirtió en un sello de la casa que inspiraría a muchos otros partidos que, sin poder consolidarse, terminarían viviendo de las fuerzas políticas más grandes sin importar su ideología; de lo que se trataba, al final de cuentas, era de hacer rentable la tan esperada democracia”.
Precisamente ese pragmatismo se ha vuelto una de las marcas familiares del Partido del Tucán, que en 2000 se alió con Vicente Fox y el Partido Acción Nacional (PAN), posteriormente al PRI en tres procesos presidenciales y recientemente a Morena, que le ha dado sus mejores números.
No obstante, además de apostar por el mejor, otra marca ha tenido el partido y su actual líder máximo: el escándalo. Jorge Emilio Gonzalez Martínez ha sido grabado, por ejemplo, en negociaciones para autorizar permisos de construcción irregulares o por la infame fiesta de abril de 2011 en Cancún en donde la modelo Galina Chankova Chanev, víctima de violación, cayó de la terraza del piso 19 de la Torre Emerald Cancún, donde se realizó la celebración.
En fechas recientes, Jorge Emilio Gonzalez Martínez se mantuvo fuera del foco a causa de su salud, no obstante la prensa ha consignado desde tiempo atrás cómo junto a Manuel Velasco y Arturo Escobar de la Vega, el Niño Verde mantiene su liderazgo dentro del Partido Verde.
“LOS CHUCHOS”
José de Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva, conocidos como “Los Chuchos”, han mantenido el control dentro del PRD desde 2008, cuando llegaron a la dirigencia del Sol Azteca en medio de un proceso irregular.
Ese año, Alejandro Encinas y Jesús Ortega contendieron por la presidencia del partido y quien ganó la elección interna fue Encinas. Sin embargo, Ortega se inconformó y Nueva Izquierda, su corriente, acudió al Tribunal Electoral federal para que el tema se resolviera. Al final, quien levantó la mano a Jesús Ortega fue el Tribunal Electoral, no la militancia del partido.
Desde ese momento el partido histórico de la izquierda se alió con la derecha. Ya en el arranque del Gobierno de Enrique Peña Nieto en diciembre de 2012, desde el Castillo de Chapultepec, los dirigentes nacionales Jesús Zambrano (PRD), Gustavo Madero (PAN) y Cristina Díaz (PRI) firmaron el “Pacto por México”, con el fin de aprobar en el Congreso las reformas estructurales, entre ellas, la Energética que culminó en investigaciones por sobornos millonarios para que fuese votada.
Posteriormente en la elección de 2018 decidieron apoyar al candidato de la élite empresarial, el panista Ricardo Anaya, quien regresará a México a través de una pluri en el Senado en medio de señalamientos de haber recibido sobornos para que pasara la Reforma Energética peñista.
Seis años después volvieron a ir con el PAN y además con el PRI en la candidatura fallida de Xóchitl Gálvez que significó para el PRD, pero sobre todo para “Los Chuchos” perder su registro nacional y con ello las prerrogativas correspondientes.
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