Madres buscadoras, las más incómodas para el gobierno mexicano

marzo 21, 2025
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Ciudad de México.- «Es importante que recuerde, presidenta, que no somos enemigas, ni nos mueve un proyecto político», pronunció una madre buscadora a los pies del Palacio Nacional. 

A sus espaldas, 400 pares de zapatos acompañados de veladoras en memoria del campo de exterminio de Teuchitlán, Jalisco. El momento que atraviesa a México es, por lo menos, coyuntural; la evidencia de un fallo sistémico ya está aquí y se le atravesó a la 4T, siendo la punta de lanza de esta rebelión, las mujeres.

La evidencia de que el gobierno de Sheinbaum pretende aminorar el golpe del Rancho Izaguirre es clara; la huella que deja la violencia se réplica y remonta al momento de la desaparición de los 43 normalistas que marcó el sexenio de Peña Nieto. 

Hoy, este cruento hallazgo es un parteaguas que cimbró el status quo del régimen morenista; la cuestión medular, no fue sólo el tambaleo político, sino la defensiva constante de negar una verdad histórica: Las personas en México desaparecen y las familias cargan con la dolorosa responsabilidad de búsqueda.

Representando a las colectivas buscadoras de todo el país, el pliego petitorio dirigido a la presidenta, refiere que hace 9 meses la población estrechó un voto de confianza; la esperanza de un cambio, sin embargo, denunciaron «pero no nos nombra, parece no escucharnos y no se dirige a nosotras». 

En añadidura, pidieron encarecidamente que no les pidan guardar silencio y mantener bajo el perfil hasta que la Fiscalía General de la República desahogue las pruebas, por el contrario, gritaron en el Zócalo de la Ciudad de México que nunca se les pida que guarden silencio, pues jamás dejarán de buscar a sus seres queridos. Más allá de un falso golpeteo político -como se ha pretendido apuntar-, las buscadoras exigen al gobierno federal reconocer la existencia de una violenta crisis de desapariciones, misma, que hoy se manifiesta en crematorios, fosas clandestinas, reclutamientos del crimen organizado y campos de exterminio. 

«Presidenta, que no la engañen ni se engañe; no pertenecemos a ningún partido político, ni tenemos otras banderas que no sean la verdad, la justicia y la presentación de nuestros seres queridos con vida. Pensamos que es urgente que nos sentemos a dialogar sobre las formas y los mecanismos con usted y el gobierno que encabeza»

Hermanas, madres, tías y abuelas buscadoras: La pesadilla del Estado

Las mujeres buscadoras han sido, desde el episodio de la Guerra Sucia, uno de las piedras más incómodas para el Estado mexicano. Desde la rabia y la no – tregua, han evidenciado desde hace décadas el pobre actuar de las autoridades y su incapacidad para contener las desapariciones forzadas. 

Desde 1978 que surgieron los primeros grupos de buscadoras, estas organizaciones de madres, tías, abuelas y hermanas han sacudido el paradigma de nuestro país. En aquel año, se presentaron 84 madres buscadoras, lideradas por la activista Rosario Ibarra. 

Juntas, formaron el primer Comité de Familiares contra la Represión Política con origen en Monterrey; tenían por objetivo la libertad de las personas presas políticas, la verdad y la devolución con vida de sus seres queridos víctimas de desaparición forzada. 

Este posicionamiento político resulta significativo en nuestro país, no sólo por su disrupción para exponer la colusión del Estado, sino también, por originarse en un momento de tensión pues se realizó un día antes de que el, entonces, presidente José López Portillo presentara su informe de gobierno. 

Y como si la presencia de casi este centenar de mujeres plantadas en un sitio tan importante como la Catedral Metropolitana, no resultara lo suficientemente incómodo para el PRI y sus nexos con el Ejército mexicano, este grupo de buscadoras ingresó al recinto religioso, tomaron uno de los altares y estiraron una manta que decía: «Los encontraremos«. 

El acto resultó extremadamente estrepitoso; la lucha política de estas mujeres, que más tarde se conocería popularmente como «las doñas», había sido llevada a un terreno católico prácticamente incorrupto para el México de los años setentas. La protesta de las buscadoras produjo opiniones contrariadas y fueron amedrentadas por las autoridades para retirarlas del lugar, sin embargo, las doñas se mantuvieron en su trinchera un total de 4 días. 

Se debe recordar que, en aquellos años, asistir al Zócalo o protestar era un acto de rebeldía, pues se venía de una herida reciente de 1968 que dejó secuelas en la sociedad mexicana. Las personas tenían miedo de acercarse al Zócalo, pues además, estaba prohibido. 

A 47 años de esta primera huelga de hambre por las personas desaparecidas en el Zócalo de la Ciudad de México, la vida no ha cambiado mucho, hasta hace una semana, María Elena, junto con otras mujeres, permanecieron en huelga de hambre para exigir una reunión con la presidenta y esclarecer los feminicidios y desapariciones de sus hijas. 

¿Qué representan las madres buscadoras y por qué se han convertido en la espina de los últimos dos sexenios? Cimacnoticias conversó con la buscadora Yoltzi Martínez, quien desde hace 15 años trabaja por encontrar a su hermana Yaltzil desaparecida en Acapulco, Guerrero. 

Lo primero que se debe dejar claro, de Yoltzi, es que muchas mujeres llevan años buscando a sus seres queridos, incluso desde antes de que Morena existiera, por lo que los intentos de pretender que las buscadoras son instrumentalizadas para golpear al partido en turno no sólo son erróneos, sino además, alimentan narrativas separatistas; las buscadoras no son enemigas, ni tienen deseos de inmiscuirse en la política. 

Entonces, ¿por qué tanto golpeteo entre Gobierno – buscadoras?: Porque somos un desafío, porque no hay qué pueda comprar, tirar o parar la lucha por encontrar a un familiar. Somos un desafío que evidencia la omisión, la negligencia y la indolencia de un gobierno que nos ha hundido; somos víctimas que estamos cansadas de las estafas. Simplemente, nosotras no tenemos esa fuerza política porque nuestra lucha es una constante de sobrevivir ante la adversidad, el dolor, la desesperación de no tener a nuestra familia y esa lucha no tiene partido. 

Los vestigios del sexenio pasado 

Según recoge el informe «Nombres sin cuerpo y cuerpos sin nombre» de Causa Común y con base en las cifras del RNPDNO, es en el sexenio de López Obrador que las desapariciones se agudizaron como nunca antes y el fenómeno se agrava en el actual sexenio. En los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum se registraron 4 mil 120 personas desaparecidas, un promedio de 41 casos al día. Esta cifra es 104% superior a las desapariciones registradas en los primeros 100 días del gobierno de López Obrador, 277% superior a las registradas en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Los roces entre las madres buscadoras y el expresidente López Obrador fueron una constante durante su sexenio, pues la desaparición forzada terminó por convertirse en uno de los temas más incómodos para el mandatario luego de sobrepasar durante su periodo la cifra de 100 mil personas desaparecidas; el elefante en la habitación que terminó por llegar a un punto de quiebre con su igual, Claudia Sheinbaum. 

Los encontrones y pretensiones de López Obrador de señalar que todo se trataba de un golpeteo político terminó por mermar el escenario. Recordándose así, cuando en mayo del 2024 la buscadora Cecilia Flores denunció un probable hallazgo de crematorio clandestino en la CDMX. 

En respuesta, el mandatario señaló durante su conferencia matutina que personas de Sonora y Chihuahua  «habían encontrado un crematorio»: buscadoras que «no nos quieren a nosotros y pertenecen al bloque conservador».

En añadidura, fue el -entonces gobernador de la CDMX- Martí Batres quien dijo que todo se trataba de un montaje para golpear al gobierno capitalino -pues además, ya estaba en la puerta la candidatura de Clara Brugada-, señalando que podían asegurar que se buscó lucrar políticamente con ese falso hallazgo y que gracias a las indagaciones se había logrado «frustrar» el intento de desprestigio. 

Meses antes, en diciembre del 2023, la buscadora cuestionó el porqué López Obrador  había señalado que las colectivas maquillaban las cifras de personas desaparecidas, y denunció en sus redes sociales:

«Yo quisiera que los otros datos fueran reales y que nuestro dolor fuera mentira, quizás no pudimos evitar que los desaparecieran una vez,  pero no permitiremos que los desaparezcan dos veces», sentenció. 

Estos serían sólo algunos de los roces que se mantuvieron durante el sexenio y que concluyeron con López Obrador señalando que en ningún momento se reuniría con las buscadoras pues eso era pura “politiquería y publicidad”. Esta última palabra se cumplió y luego de 6 años nunca se reunió con las buscadoras, donde además, -de acuerdo con información de InSight Crime-, al menos 15 buscadoras fueron sido víctimas de homicidio de 2010 a 2022 a manos del crimen organizado. 

Malas respuestas conducen a …

El presidente de la Cámara de Senadores, el morenista Gerardo Fernández Noroña se llevó los reflectores en días anteriores debido a la defensa sostenida que pretendió inferir que la crisis de desapariciones estaba relacionada a una «campaña ruin». 

Remató el tema señalando que quién había dicho que esos 200 pares de zapatos pertenecían a personas desaparecidas y que «eso que se estaba contando» debía ser investigado y aunque refirió que no tenía por qué dudarlo, el argumento ya había sido colocado en la mesa. 

Al norte del país, en Tamaulipas -una de las entidades con los hallazgos clandestinos más grandes del país-, se cumplieron 3 años del ascenso del morenista Americo Villareal. En este contexto, la conducción de la Fiscalía General del Estado no sólo ha sido errónea, sino además, ha ejercido una cadena de tergiversaciones que ha puesto en tela de juicio el trabajo de las buscadoras. 

El pasado 12 de marzo la FGE de Tamaulipas realizó un posicionamiento descartando la veracidad de una serie de hallazgos clandestinos realizados por Amor por los Desaparecidos y el colectivo Siguiendo tus Pasos. 

La Fiscalía tergiversó y mezcló los tres hallazgos, señalando que «no existen elementos que permitan establecer la existencia de supuestos centros crematorios o de exterminio», sin embargo, aunque 2 de estos hallazgos -en efecto- no cumplen con estas características, olvidaron señalar que Amor por los Desaparecidos sí localizó en Colinas del Real hasta 14 montículos, cada uno, con fragmentos de restos óseos. 

Cimacnoticias conversó con la buscadora líder de Amor por los Desaparecidos, Edith González. 

¿Qué sientes de que negaron la existencia de campos de exterminio?: Sentimos indignación, es una falta de respeto el pronunciamiento del vocero de seguridad, no sólo a nosotras las buscadoras y a nuestro trabajo, sino a la ciudadanía en general. Que diga que no existen campos de exterminio en Tamaulipas, es porque no tiene conocimiento de lo que está pasando, es completamente indignante, tenemos enojo y coraje, es totalmente inaceptable que negara la situación y creo que por eso también se desató el ruido porque obviamente nadie cree en lo que dijo. Uno de los más grandes campos de exterminio fue aquí en Tamaulipas, la Bartolina que ya tomó la FGR, ¡desconocía lo que era la Bartolina, como vocero de seguridad ni siquiera sabía qué era!, ¿cómo va a negar lo que pasa aquí?

¿Cómo se han vivido estos 3 años con Villarreal?: Cuando vino aquí [Américo Villarreal] a Reynosa le entregamos un oficio solicitando una reunión y sí, nos recibió el oficio, pero fuimos ignoradas, jamás recibimos una respuesta. Le hemos pedido muchas reuniones con su secretario y nada.

Podemos decir que estamos peor porque ni siquiera nos permite un acercamiento con él y no hay ningún cambio, estoy decepcionada de haber pensado que realmente nos iban a escuchar, que nos iba a tomar en cuenta. 

La demanda de las madres buscadoras, del norte al sur del país es la misma: Ser escuchadas y tomadas en cuenta. El discurso se repite y el clamor para que las autoridades federales conversen con ellas se mantiene vigente, aunque aún, sin respuestas. Las buscadoras se encuentran buscando un canal de comunicación con las y los gobernadores de su entidad, pero también, la oportunidad de conversar con Claudia Sheinbaum y hacerle justicia a su bandera presidencial: «Llegamos todas». 

Sheinbaum lanza un plan; las madres, cuestionan su nula participación

La expectativa de que la primera presidenta abra las puertas de Palacio Nacional para reunirse con las buscadoras está en vilo. Y aunque este deseo se mantiene vigente entre las familias, Sheinbaum ya adelantó un par de pasos y presentó un plan de acción nacional donde además, reconoció por primera vez en su discurso oficial que existe una crisis humanitaria derivada de las desapariciones. 

El hecho, per se, resultó en un episodio histórico; un reconocimiento por parte de la más alta mandataria donde se reconoce su responsabilidad en la violencia estructural. Y aunque en esencia su plan podría parecer una primera ofensiva necesaria, produjo el efecto contrario entre varias colectivas quienes recuerdan de forma incisiva que necesitan ser consideradas: «Sin las familias, nada«. 

Entre las medidas más importantes de la Presidenta está el fortalecimiento de la Comisión Nacional de Búsqueda, mismo, que recibió un duro golpe presupuestal cuando se le redujo el recurso y se impuso a su cabeza, Teresa Guadalupe Reyes, misma, que ha sido fuertemente criticada por las madres buscadoras luego de que, según Yoltzi Martínez, les dijera que no encontrarían a sus familiares desaparecidos. 

«Entonces, realmente es es seguir mintiendo y solamente decirle a la sociedad, «Voy a hacerlo.» pero se sigue burlando de las víctimas. Pretende fortalecer una institución que desmantelaron hace un año (…) hace 1 año nosotras, todos los colectivos en la cara de la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Teresa Guadalupe Reyes, le dijimos que no la aceptamos; no la validamos y no la queríamos porque ella fue clara al decirnos: «No los van a encontrar.» Y el desmantelamiento que hizo total ante su llegada como titular y el quitar presupuesto a la CNC, ¿cómo es eso de que va a fortalecer cuando este mismo gobierno es el que desmanteló e impuso una titular sin haber consultado a las víctimas?», denuncia Yoltzi en entrevista con Cimacnoticias. 

La rabia parece incontenible en este escenario; una rabia acumulada que ha terminado por estallar con el hallazgo del Rancho Izaguirre y el conjunto de respuestas endebles, revictimizantes y criminalizadoras que pretende señalar a las familias buscadoras. A la par, los comentarios desatinados de la presidenta como pedir que «dejen en paz» a AMLO, continúan pasando factura y se manifiestan con el rechazo rotundo a su plan para atender la crisis de desapariciones.

CIMAC Noticias

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