Madres buscan a sus hijas desaparecidas en el Ajusco

agosto 3, 2024
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Foto: César Martínez/CIMAC Noticias

Ciudad de México.- El Parque Nacional Cumbres del Ajusco, es una región ubicada en la Alcaldía Tlalpan y se ha vuelvo sitio de interés para las familias de personas desaparecidas, pues se ha registrado el hallazgo de 15 restos óseos en lo que va del año por lo que también ha congregado a Madres Buscadoras quienes han hecho del lugar uno de los sitios de búsqueda en la actualidad.

Tal es el caso de Jacqueline Palmeros, Madre Buscadora quien fundó el colectivo Una Luz en el Camino a raíz de la desaparición de su hija, Yael Montserrat el 24 de julio del 2020 la cual se suscitó entre la Alcaldía Iztacalco e Iztapalapa.

Palmeros señala que ha emprendido múltiples búsquedas en el Ajusco desde que en 2021 recibió un mensaje anónimo por messenger, en el cual le decían que posiblemente ahí podría encontrar a su hija. 

Desde entonces tanto ella como las 45 familias que abraza este colectivo no han parado, obteniendo resultados positivos para todas las personas que también buscan a sus “tesoros”, como las madres y familias le llaman a sus seres queridos desaparecidos. 

Las madres buscadoras son mujeres movilizadas por la esperanza de encontrar a sus hijas e hijos, no obstante, viven una revictimización sistemática. No solo hay una brecha acentuada para acceder a sus derechos, sino que también han sido criminalizadas en el proceso, detalla ONU Mujeres. 

“Desde que iniciamos nuestra labor de búsqueda, las 45 familias que abraza el colectivo Una Luz en el Camino, hemos tenido hallazgos positivos, una es Margarita, de 17 años, quien tenía un año ocho meses desaparecida. Encontramos sus restos óseos y se recuperó casi el 80% de su cuerpo, posteriormente, se identificó y fue entregada a sus familiares para que se diera cristiana sepultura y también de un masculino que hasta la fecha sigue sin ser identificado”. comenta para Cimacnoticias.

El equipo de personas y Madres Buscadoras, quienes participaron en la jornada de búsqueda de Pamela Gallardo, desaparecida desde 2017 en la carretera Picacho-Ajusco, durante su búsqueda, lograron encontrar cinco restos óseos en un tiradero clandestino de cascajo ubicado a un costado de la carretera Picacho-Ajusco, en la alcaldía Tlalpan en febrero de este año. 

En esa zona, otras tres madres, se sumaron a las acciones para rastrear a Pamela Gallardo Volante, ellas también buscan a sus hijos, quienes fueron vistos allí por última vez.

De acuerdo con el Gobierno de México, en el país se registran, hasta el pasado 15 de marzo de 2024, un total de 99 mil 729 personas desaparecidas o no localizadas que aún están en proceso de búsqueda, no obstante esta cifra ha sido contrastada por defensoras de Derechos Humanos.

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El pasado 2 de abril, Data Cívica ubicó 10 mil 953 nombres de personas desaparecidas quienes fueron borrados entre la versión más actualizada de la base de datos nacional y la de 2017, así lo informó en “Volver a desaparecer”, luego de que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador realizó un nuevo censo en la materia, donde se presentaron irregularidades que alteraron la cifras, pues los casos se repetían, muchos fueron eliminados y otros tenían errores en sus datos.

Sin embargo, colectivos de búsqueda de personas desaparecidas y familiares de víctimas de este crimen han señalado irregularidades en los números que maneja el gobierno federal, así como desinterés por parte de las autoridades, pues en muchas ocasiones no son partícipes de las labores de búsqueda. 

El objetivo del informe era identificar a aquellas víctimas que no aparecen en el nuevo listado del gobierno federal, “para contrastar que no hayan sido desaparecidas y desaparecidos dos veces”, pues varias familias denunciaron que los casos de sus seres queridos fueron borrados del censo.

Mediante la plataforma Volver a Desaparecer, Data Cívica alcanzó a identificar que hubo 10 mil 953 nombres que fueron borrados cuando compararon los datos del RNPDNO de 2023 y del registro actual de la Estrategia Nacional de Búsqueda Generalizada.

Previo a este ajuste el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNO) indicaba un total de 115 mil 105 personas desaparecidas y no localizadas; de las cuales 103 mil 095 son personas desaparecidas (89.57%) y 12 mil 010 (10.43%) personas no localizadas.

La identificación de personas desaparecidas detenida por las autoridades

En febrero de 2024, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador enterró el plan de avanzar con el Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH), tras poco más de un año de su inauguración, lo que dejó incertidumbre, pues hace tres años se calculaba que había más de 52 mil cuerpos en fosas comunes y morgues, ahora serían muchos más.

Después de la inauguración de este centro en mayo de 2022, López Obrador destacó la autonomía del centro de identificación, es decir, estaría fuera del ámbito de control de la fiscalía general y sólo se enfocaría en los casos de desaparición. Algo que las familias de víctimas pedían, pero ahora no ha tenido continuidad.

Aunado a ello, en febrero de este año un total de 104 personas fueron despedidas, no fueron contratadas o las orillaron a renunciar de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), revelaron ex funcionarios del organismo.

Entre las personas que dejaron de laborar en la CNB hay expertas y expertos en antropología, arqueología y genética, así como personal médico, dactiloscópico, forense, de psicología y de trabajo social, al igual que expertas y expertos en temas jurídicos y de relaciones internacionales, especialistas sin los cuales se obstruyen los procesos de búsquedas.

Al parecer, 45 de las y los ex trabajadores estaban adscritos a la Dirección General de Búsqueda, 40 al Centro Nacional de Identificación Humana,11 a la Dirección General de Vinculación y 8 a la Dirección de Administración. Además, 12 especialistas que estaban dedicados a la búsqueda generalizada en campo no firmaron el contrato trimestral que les prometieron a partir de febrero. 

Las personas que laboraban en la Dirección General de Búsqueda atendían las áreas de desaparición de migrantes, búsqueda generalizada e individualizada y asuntos internacionales, además que realizaban los análisis de contexto para ayudar a comprender las desapariciones bajo ciertos criterios y no como casos aislados.

Por su parte, las personas del Centro Nacional de Identificación Humana estaban enfocadas a implementar el enfoque masivo previsto en la Ley General sobre Desaparición de Personas; mientras que en la Dirección General de Vinculación, la mayoría de las y los ex trabajadores atendían temas de subsidios, con lineamientos específicos para evitar el desvío de recursos.

El abandono de la sede del Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH) y la reducción de su personal especializado significa regresar al modelo en que las fiscalías son las únicas instituciones encargadas de la identificación forense, afirmaron exfuncionarios y trabajadores del organismo, algo que en principio las familias buscadoras exigían que ya no pasara. 

“Una luz en el camino”

Pese a que la lucha por buscar los “tesoros” por décadas ha representado procesos de revictimización por parte de las autoridades, estigma social y un costo alto a su salud física y mental, las madres buscadoras siguen persiguiendo una luz en el camino. 

Para ayudar a las madres buscadoras en su labor, Jacqueline Palmeros junto con el colectivo de madres buscadoras de la Ciudad de México que conforman Una Luz en el Camino, decidieron colocar un buzón de paz en Santo Tomás, Ajusco, el primero en su tipo en la Ciudad de México, entidad que acumula ya 4 mil 907 personas desaparecidas y no localizadas. 

Estos buzones de paz han ayudado a otros estados, como Morelos, Veracruz y el estado de México, a encontrar a personas desaparecidas a partir de información que la comunidad deja en ellos de manera anónima. Se trata de una herramienta que incentiva a que la gente de los territorios donde se realizan búsquedas contribuya para encontrar a los “tesoros” de las familias. 

“Estos buzones surgen de la necesidad de hacer un llamado a las comunidades para que den información a las madres buscadoras, sabemos que es difícil que alguien la proporcione de manera directa, por eso se pensó en los buzones de paz, para que la sociedad civil, los testigos, puedan ponerla ahí, de manera anónima, sin que nadie sepa quien la dejó, sin verse comprometidos”, señaló Juan Carlos Trujillo, de la Red de Enlaces Nacionales, que organiza año con año las Brigadas Nacionales de Búsqueda.

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Jacqueline tomó la decisión junto con otras madres de colocar los buzones de paz en la Ciudad de México después de que la brigada de búsqueda en el Ajusco, en 2023, no tuviera resultados positivos.

Se tiene la idea de colocar otros 19 buzones de la paz en la alcaldía de Tlalpan, empezando con las parroquias de otros tres pueblos que componen el Ajusco, además de Santo Tomás, que son: San Miguel, La Magdalena y San Miguel Xicalco. 

Con esto, las madres buscadoras tienen mayores oportunidades de encontrar a sus seres queridas y queridos, para trabajar en conjunto con la comunidad, pues su labor no se detiene, como dice Jacqueline a el Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Meritocracia A.C:

“Si Monse pudiera escucharme, le quisiera decir que nunca voy a parar hasta encontrarla. Que te seguimos buscando hija. Siempre fuiste y siempre vas a seguir siendo la luz de mis ojos. Mi amiga, mi compañera, mi princesa. Quiero que sepas que voy a ser muy fuerte en este camino porque yo sé que te voy a encontrar. Que Dios me va a dar la fortaleza y la oportunidad para volver a verte. Te amo con todo mi corazón, con toda mi alma y voy a exigir justicia todo el tiempo que sea necesario”, indicó Jacqueline Palmeros.

CIMAC Noticias

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