Mujeres, sostén en la lucha por la justicia en Pasta de Conchos

febrero 20, 2025
minutos de lectura
Foto: Arantxa Díaz/CIMAC Noticias.

Ciudad de México.- A los pies de la Bolsa Mexicana de Valores sobre avenida Reforma en la Ciudad de México, las familias de las víctimas de la Unidad Pasta de Conchos se dieron cita para conmemorar el aniversario número 19 desde este suceso que tuvo lugar en Coahuila y que dejó en la historia de nuestro país una huella de luto, pero también, de rabia e impunidad, al primera fila estuvieron las esposas, madres e hijas de los mineros quienes en estas casi dos décadas han sostenido una causa por encontrar a sus familiares y otorgarles la dignidad que el Estado mexicano les ha negado.

Al frente de las luchas, son -mayormente- las mujeres; viudas e hijas quienes se mantienen en la búsqueda de respuestas y en el mejor de los casos, con la esperanza vigente de recuperar el cuerpo de sus padres o esposos que, desde hace casi dos décadas, yacen bajo la sepultura de una mina.

En un acto conmemorativo, se presentó una misa católica para nombrar el fallecimiento de los 65 obreros, la indolencia de los gobiernos en turno y las necesidades precarias que, hasta nuestros días, viven los mineros de México; condiciones deplorables, sin protocolos de seguridad, con jornadas extenuantes y bajo un régimen de salario mínimo.

En el espacio se celebró la recuperación del cuerpo de Ignacio, a quien su hija Martha dedicó años de lucha; frente al memorial, narró todo lo que ello implicó y el cierre de su padre a quien identificó en un ministerio público gracias a su dentadura. Y aunque esta victoria conmovió a Martha y a las otras compañeras de lucha, también se cuestionó la opacidad con la que las búsquedas e información se están manejando, pues aunque recuperó el cuerpo de Ignacio, nunca se le comunicó cómo fue localizado y lo más importante: ¿Cuándo y por qué murió?

Paralelamente, Elvira Martínez Espinosa, viuda de Jorge Vladimir Delgado y líder de la Organización Familia Pasta de Conchos, cuestionó la urgencia de llegar a la verdad sobre qué sucedió con los mineros de conchos; cuántos de ellos aún permanecían con vida, cómo fueron encontrados y cuáles fueron los argumentos de las instituciones de ese entonces para rechazar toda viabilidad de rescate.

Elvira continúa a la espera de que el cuerpo de su esposo vuelva a casa, sin embargo, las brigadas de búsqueda sólo se están haciendo en 3 de 5 áreas; Jorge Vladimir está en una de las 2 donde aún no empiezan dichas labores, por lo que su esposa recalca: Voy a seguir esperando.

En este ir y venir de casi dos décadas, Cimacnoticias conversó con Elvira Martínez para conocer los alcances de lucha y todo lo que ha implicado impulsar la justicia por caso Pasta de Conchos siendo mujer, viuda y madre.

Cuando las mujeres sostienen

Jorge Vladimir Delgado, es uno de los 51 mineros que aún faltan por rescatar. Su esposa, Elvira Martínez se ha convertido en la abanderada por la justicia de la familia Delgado Martínez; sin doblegar la lucha, este se ha transformado en su trabajo de tiempo completo en el que la esperanza de regresar a su esposo a casa alimenta el espíritu, por lo que explica en entrevista que seguirá a la espera y en la trinchera pues, «aún hay mucho por hacer».

Al preguntarle sobre cómo llega al marco del 19 aniversario, explica que en los últimos años los ánimos se han levantado, especialmente, por la recuperación de algunos cuerpos que han sido devueltos a sus familias y en esta constante resistencia, Elvira nombra a las mujeres como uno de los escudos más resilientes para continuar de pie por la justicia del caso Pasta de Conchos.

«Como mamás, viudas, hijas, en su general somos mujeres, hemos estado pidiendo constantemente que se reanuden los trabajos y rescaten a nuestros familiares. Ha sido algo muy difícil, muy pesado porque la vida sigue y sigue», dice Elvira Martínez.

Madre de 3 infancias de entre 12 y 3 años, Elvira fue avisada sobre el siniestro donde su esposo, Jorge Vladimir había sido sepultado. En aquel entonces, narra la dificultad que implicó la crianza, especialmente, de su hijo quien buscaba con mayor insistencia a una figura paterna; Elvira rememora que no sólo eran las complejidades económicas después de su viudez, sino que había algo que la acongojaba aún más: Contener y consolar a sus hijos, por que «ni yo misma sabía cómo hacerle».

Haciendo referencia al impacto que tuvo cuando ocurrió la tragedia, dice: “cuando esto sucede, yo la verdad, me bloquee; yo no quería ver, o a lo mejor, aceptar lo que estaba sucediendo, mi mente no alcanzaba a ver lo que estaba sucediendo, entonces, para mí fue muy difícil. Me pasaba los días, los meses y hasta el año y, yo con la esperanza de ver regresar a Vladi con vida, me costó un año porque me aferraba, de una cosa a otra, yo decía ellos pueden sobrevivir, pueden estar tanto tiempo sin agua, no sé, buscaba cualquier explicación”.

Como arma para sostenerse, se agarró de la lucha por la justicia y también, del amor de otras mujeres. Elvira refiere que, en todas las etapas de sus hijas e hijos sentía ese vacío que dejó la pérdida de Jorge Vladimir, pero también, la inmensa necesidad de levantarse y mover su causa, que no sólo era de ella, sino de sus otras compañeras de conchos que se vieron atravesadas por la vulnerabilidad de la viudez.

«He tratado de enfocarme en la lucha y decirles [a sus hijos] que se hará justicia, que se iban a hacer cosas para que sepan que su mamá está haciendo las cosas bien.»

Los hijos de Elvira han crecido y se ha convertido en abuela, un hecho que repite durante la conversación haciendo particular hincapié en cómo la lucha sigue y la vida cambia, en añadidura, tuvo que volcar todos sus esfuerzos en adecuarse a esta nueva vida pues nunca imaginó un escenario donde estuviera sola con sus hijos, por ello, se dedicó a cubrir todos los frentes para que sus hijos estuvieran bien; «soy papá, mamá y abuela, pero también, no abandono la lucha».

El segundo sostén que ha mantenido a Elvira de pie son, precisamente, las mujeres que la rodean. Su madre quien estuvo ahí en todo el proceso para cuidar de ella, pero también sus 5 hermanas que se acuerparon a la situación y se convirtieron en el sostén de sus hijos, por ello, explica que el acompañamiento de estas mujeres fue suficiente para poder continuar.

En la otra línea de batalla están sus compañeras quienes le han enseñado a pelear y exigir. Elvira explica que antes del siniestro, nunca había estado en un grupo de puras mujeres y lo que aprendió ahí adentro fue que son las viudas y las hijas de los mineros de Pasta de Conchos quienes poseen una inquebrantable fuerza.

«Aquí a quienes afectaron directamente a la familia, somos a las que nos toca pelear y exigir (…) las veo y veo nuera fuerza, no tenemos miedo, nos damos el valor de decir, de hablar, de exigir sin temor y si lo hay, pues entonces nos damos el valor. Esto es algo que vi en esta etapa de aprendizaje, sé que la vida me puso en esta situación por algo y si levantar mi voz desde mi género como mamá, esposa o abuela, ayuda a que se puedan cambiar las cosas, pues lo voy a seguir haciendo. En la región carbonífera no hay una organización de mujeres como tal, lo veo acá [en CDMX] y pienso, wow, se pueden hacer tantas cosas si nos organizáramos. Ha sido muy reconfortante estar en la compañía de otras mujeres».

¿Cómo has conciliado tu trabajo en esta lucha y tus otras labores?: Desde antes que yo me casara ya trabajaba, me casé y seguí trabajando, cuando pasó esto [el siniestro], yo me tuve que salir de trabajar para enfocarme en el rescate y después, hubo mucha solidaridad de la gente que nos daban donativos. Tramité la pensión hasta el 2009 porque yo no aceptaba la carta de defunción; fue la pensión de viudez de 2 mil 300 al mes, y después, la indemnización del gobierno de López Obrador.

He pensado en querer trabajar, porque siempre lo he hecho; tengo cotizaciones, ya tengo 52 años y veo mi pensión para los 60 y la verdad, no he encontrado un trabajo que me dé las dos posibilidades; estar aquí en la lucha y continuar cotizando. Lo que hago es un trabajo, yo en mi casa tengo cuadernos de bitácoras, todo lo relacionado a la minería a veces a mis hijos toca decirles «espérenme es que estoy ocupada en esto» y la recompensa será esa, cuando pueda traer el cuerpo de mi esposo a la casa.

La lucha de Elvira por el acceso a la información

En 2006, la CNDH emitió la Recomendación 26/2006, en la cual documentó y reconoció las graves violaciones a los derechos humanos cometidas contra los mineros de Pasta de Conchos y sus familias, atribuidas a negligencias de las autoridades desde el año 2000 que contribuyeron a que sucediera el siniestro donde fallecieron 65 trabajadores. Este documento fue clave para las familias en su lucha por justicia y reconocimiento de los hechos.

Sin embargo en 2023, en el marco del retroceso que ha marcado a la actual administración por su falta de autonomía, la CNDH eliminó más de 2 mil 500 recomendaciones de su sitio web, incluida la de Pasta de Conchos, para después publicar versiones que omitían información esencial, incluso de los hechos.

Debido a esto, Elvira Martínez Espinoza, esposa de uno de los mineros e integrante de la Organización Familia Pasta de Conchos (OFPC), con apoyo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y Article 19 México y Centroamérica (Artículo 19), presentó un amparo al considerar que se violaba el derecho a la verdad y al acceso a la información.

En mayo de 2024, un juzgado concedió parcialmente el amparo, sin embargo, ordenó solo la publicación íntegra de la Recomendación 26/2006.

Inconforme, Elvira interpuso un recurso de revisión, en el que argumentó que la eliminación de todas las recomendaciones afectaba el derecho a la verdad de la sociedad.

El 11 de diciembre de 2024, el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito resolvió a favor de Elvira, ordenando a la CNDH restituir íntegramente todas las recomendaciones emitidas entre 1990 y 2015, para garantizar su acceso público y sin censura para toda la sociedad.

En enero de 2025, tras un mes de la sentencia y luego de negar la censura, y en cumplimiento de la sentencia dictada por el Tribunal Colegiado, la CNDH cumplió finalmente con su obligación de garantizar la transparencia y el derecho a la verdad, ya que, ocultar información sobre violaciones a los derechos humanos va en contra de su propia misión. Esto garantiza el acceso a la información, permitiendo que la sociedad conozca los detalles esenciales de las recomendaciones y las violaciones a los derechos humanos documentadas.

19 años; sin respuestas

Desde el siniestro de Pasta de Conchos han pasado tres sexenios previos que desde el poder del Estado litigaron contra la familia para evitar un rescate y con ello, cooptando cualquier posibilidad de que esos mineros fueran restituidos a su casa. El Estado hizo un esfuerzo desmesurado en no buscar a estos trabajadores -algunos, probablemente aún con vida-; una voluntad política y de respuesta absolutamente inhumana o en palabras de las mismas viudas de conchos «monstruosa».

Esta nula acción empujó a las familias a tocar las puertas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y, en compañía del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), se logró presentar una petición donde se denuncian todas las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado y las irregularidades en perjuicio de los mineros y sus familias; es 2025 y esta lucha por llevar a México a reconocerse culpable por sus omisiones sigue en pie ante la CIDH.

En un pronunciamiento colectivo, las familias de pasta de conchos anunciaron que el compromiso de López Obrador por recuperar esos cuerpos sigue en pie con la administración de Claudia Sheinbaum. En este proceso, refirieron que la Secretaría del Trabajo ha desempeñado un papel fundamental al coordinar de manera eficaz a las diversas instituciones involucradas lo que ha permitido avances significativos en los últimos años.

A propósito de este aniversario, Claudia Sheinbaum refirió que seguiría con los trabajos de rescate hasta encontrar el último cuerpo de las víctimas, y sostuvo que no se suspenderá ninguna acción, laborando siempre en conjunto con la Comisión Federal de Electricidad. Además, se recuerda que en el mes pasado se reconocieron los restos óseos de Guillermo Iglesias Ramos y Juan Raúl Arteaga García a través del trabajo del Instituto Nacional de Medicina Genómica.

«Durante los trabajos [en el último sexenio], hemos sido informadas sobre la recuperación de los restos de un total de 12 mineros, 7 de ellos en proceso de identificación y restitución. Reconocemos que, tras 19 años, por fin podemos hablar de avances en el rescate, pero insistimos en que todavía nos falta recuperar a 51 mineros y nuestra exigencia no cesará hasta que todos ellos vuelvan con sus familias.»

Finalmente, las familias denunciaron que la zona carbonífera continúa operando de manera irregular y un aproximado de 120 mineros han perdido la vida debido a las malas condiciones de los espacios, por ello, exhortaron al Estado a implementar medidas efectivas de no repetición: «Aún estamos a tiempo».

CIMAC Noticias

TE RECOMENDAMOS LEER: 

Síguenos en

Versión impresa

Don't Miss