Redacción El Coahuilense
De acuerdo con el estudio Las Nuevas Empresarias con Negocios en Internet publicado por la Secretaría de Economía este año, las Nenis mexicanas generaron un ingreso total de 80.2 miles de millones de pesos, lo que equivale a un 9% de los ingresos por la venta al menudeo de bienes y servicios a través de redes sociales.
En 2020, comenzó a resonar popularmente el término de Nenis para referirse a las mujeres que adoptaron la modalidad de negocios en redes sociales y plataformas digitales haciendo alusión a la forma que ellas usaban para referirse con amabilidad a sus clientas o clientes.
Estos números no sólo muestran la importancia de los modelos económicos autogestivos propuestos por mujeres, también muestran la relevancia que tienen para aquellas mujeres que viven en condiciones desfavorables económicamente hablando, que no cuentan con un empleo por diversas razones o no tienen forma de acceder a otro tipo de ingreso económico por sus contextos como hijas, madres, esposas, hermanas etc.
En los últimos años, la participación de las mujeres en la economía mexicana ha crecido gradualmente tras el impacto de la pandemia por la covid-19.
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De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), se estima que 5.5 millones de mujeres de 15 años o más vendían por internet en 2022, cifra 60% mayor en comparación con el año 2019 (antes de la pandemia). Este crecimiento representa un giro a los patrones de uso de comercio electrónico, dado que ahora hay más mujeres que hombres vendiendo por internet.
Cabe señalar que esta modalidad de negocio no surge de la noche a la mañana, tiene un contexto socio-económico que a la fecha sigue desfavoreciendo a las mujeres por la brecha de género laboral.
Según el último Indicador de Ocupación y Empleo de 2024, en México hay 53.9 millones de mujeres de 15 años o más -de acuerdo con el INEGI, a partir de esta edad se considera a las personas económicamente activas (PEA)-, de ellas 25.1 millones son PEA, es decir, 46.7 % tienen un empleo o se encuentran en busca de uno. Esto sinóptica que 4 mujeres de cada 10 acceden a un empleo formal ante la Ley Federal del Trabajo.
En contraste, de los 47.8 millones de hombres de 15 años o más, 36.9 millones son PEA, es decir, 77.2 % es decir, tienen un empleo o se encuentran en busca de uno, lo que significa que 7 de cada 10 hombres acceden a un empleo formal.
Frente a este panorama en el que las mujeres acceden en menor medida a empleos formales pese a ser mayoría poblacional, el autoempleo en la informalidad suele ser la solución a la precariedad laboral así como un ingreso extra, pues la brecha de género se mantiene alrededor de 30 puntos porcentuales.
Aquí es donde entran las Nenis, quienes actualmente son mujeres profesionales, autogestivas y una gran fuente de ingresos para sus familias y otras mujeres del país. Pero ¿quiénes son ellas?
Importancia de las Nenis para la economía autogestiva de las mujeres
Aunque el uso inicial del calificativo Nenis tuvo una connotación despectiva con la intención de minimizar el esfuerzo de estas pequeñas y grandes empresarias digitales, son las propias mujeres quienes han reivindicado el concepto, asociándolo al término “Nuevas Empresarias con Negocios en Internet”. El crédito de esta nueva concepción lo tiene cada una de ellas.
Es importante señalar el contexto en el que surgieron las Nenis, pues aunque ya existía la venta de productos de todo tipo en línea, este modelo económico repuntó durante la pandemia por covid-19 como una alternativa para afrontar el desempleo y la precariedad laboral así como los contextos de violencia económica que muchas mujeres vivieron en ese entonces y a la fecha.
Para ejemplificar este problema laboral, el INEGI comparte que previo a la pandemia, en el primer trimestre de 2020, la Tasa de Informalidad Laboral 1 (TIL 1) de las mujeres era de 56.7 %, mientras que al cierre del segundo trimestre 2020 presentó una disminución de 7.1 puntos porcentuales, que representa a 3.5 millones de mujeres.
Debido a que la participación de las mujeres de 15 años y más en el mercado laboral se vio afectada por la suspensión de actividades no esenciales, ellas comenzaron a usar las redes sociales y plataformas digitales como una herramienta para vender productos de distinta naturaleza y obtener ingresos con la flexibilidad necesaria para gestionar de mejor manera su tiempo, dadas sus mayores cargas en la realización de tareas del hogar que aún imponen ciertos arreglos sociales, hoy en día obsoletos.
En busca de mayores oportunidades
Aunque las mujeres han creado y participado en negocios digitales y sentaron las bases para un modelo de negocios disruptivo, cimentado en el uso de herramientas de comercio electrónico basadas en redes sociales, lo anterior obliga a que haya políticas públicas, diseñadas con perspectiva de género que se adecuen a las nuevas necesidades de las dinámicas comerciales, particularmente, en el intercambio de bienes y servicios.
De acuerdo con el estudio, mayormente, las Nenis son mujeres de entre 20 y 54 años de edad. El 91 % de ellas habitan en zonas urbanas, lo cual pone de relieve que la actividad de estas empresas digitales requiere llevarse a cabo en zonas con mayor concentración de población y acceso a infraestructura y conectividad.
Esto representa otro reto generacional y de conectividad, pues no todas las mujeres tienen acceso a una infraestructura y conectividad adecuadas, como aquellas que viven en zonas rurales, así como a la alfabetización digital.
En resumen, las Nenis enfrentan desafíos propios de las empresas lideradas por mujeres, entre los que destacan ciertos factores:
- Factores socioculturales: estereotipos y normas culturales sobre roles de género.
- Factores internos: poca autoconfianza, bajo desarrollo de habilidades empresariales y poca inclinación por asumir riesgos para aprovechar oportunidades económicas.
- Exclusión financiera: dificultad para acceder al financiamiento por una limitada posesión de activos
- Bajo acceso a redes de negocios
Es importante poner a las Nenis en el centro de un diseño y ejecución de políticas públicas, a través de las cuales se acerquen las herramientas digitales, económicas, institucionales y comerciales, en un marco de análisis que profundice y catapulte a esta población, su actividad económica y potencial como entes socioeconómicos fundamentales del país.
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