Niñas y mujeres las recolectoras de agua

julio 17, 2023
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A nivel mundial, un total de mil 800 millones de personas viven en sus casas sin instalación de agua. Esta situación afecta principalmente a mujeres y niñas mayores de 15 años, quienes son las encargadas de recoger agua en siete de cada 10 hogares, frente a tres de cada 10 domicilios en el caso de los hombres: así lo dio a conocer el informe “Progresos en relación con el agua potable, el saneamiento y la higiene (ASH) 2000-2022”, realizado en conjunto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Esta problemática es una realidad en muchos países, la cual está impidiendo que las niñas y mujeres alcancen su potencial y además compromete su bienestar. ¿De qué forma se está atendiendo? ¿Qué hace falta para garantizar los derechos básicos de la población y en general de este sector?

“Cada paso que dan las niñas para recoger agua es un paso que las aleja de la educación, el juego y la seguridad”, afirmó Cecilia Sharp, directora de los Departamentos de Agua, Saneamiento e Higiene (WASH) y Clima, Medio Ambiente, Energía y Reducción del Riesgo de Desastres (CEED) en UNICEF.

La inseguridad que provoca la falta de agua y saneamiento

La recolección de agua no es la única consecuencia que la falta de instalaciones de agua y saneamiento trae consigo para las mujeres, ya que, por ejemplo, el informe también destaca que justamente ellas tienen más probabilidades de sentirse inseguras al usar un inodoro fuera del hogar.

En el mundo, más de 500 millones de personas aún comparten instalaciones sanitarias con otros hogares, lo que compromete la privacidad, la dignidad y la seguridad de mujeres y niñas.

Por ejemplo, encuestas recientes recabadas en dicho informe explican que en 22 países donde hay hogares con baños compartidos, las mujeres y las niñas tienen más probabilidades que los hombres y los niños de sentirse inseguras al caminar solas por la noche, también enfrentan acoso sexual y otros riesgos de seguridad.

Los riesgos ante la falta de higiene

Unicef y la OMS destacan que cuando los servicios de agua potable, saneamiento e higiene son inadecuados, se incrementan los riesgos para la salud de mujeres y niñas, lo cual limita su capacidad para gestionar de manera segura sus periodos menstruales.

En los 51 países de los que se dispone de datos, las mujeres y las adolescentes de los hogares más pobres y las que tienen alguna discapacidad tienen más probabilidades de carecer de un lugar privado para lavarse y cambiarse.

Es decir, las mujeres y las niñas no solo se enfrentan situaciones de acoso, violencia y lesiones por falta de agua, saneamiento e higiene, también corren riesgos de contraer enfermedades infecciones.

Esta problemática no se detiene ahí, pues también se ven obligadas a realizar trabajo del hogar y de cuidados no remunerado. Mujeres y niñas cuidan a las personas enfermas, limpian y preparan alimentos, lo cual nuevamente incrementa los riesgos a la salud debido que no pueden protegerse por medio del lavado de manos.

En la actualidad, en torno a dos mil 200 millones de personas, una de cada cuatro todavía carece de servicios de agua potable gestionados sin riesgos en el hogar. Mientras que, al hablar de tres mil 400 millones de personas, dos de cada cinco no tienen acceso a servicios de saneamiento gestionados sin riesgos. En torno a dos millones de personas, una de cada cuatro no puede lavarse las manos con agua y jabón en el hogar.

Esta serie de afectaciones lleva a que las mujeres limiten sus posibilidades de finalizar su educación o encontrar un empleo, siendo relegadas al hogar y a la recolección de agua, vulnerando así sus derechos.

Medidas que beneficien la vida de mujeres y niñas

Para que los servicios de agua potable, saneamiento e higiene básica sean eficaces y efectivos para el año 2023, es necesario “multiplicar por seis las tasas actuales de progreso”, además de “multiplicar por cinco el acceso a servicios de saneamiento gestionados sin riesgos y multiplicar por tres el acceso a servicios básicos de higiene”.

“Es necesario redoblar los esfuerzos para que los progresos en materia de ASH contribuyan a la igualdad de género, así como la integración de las consideraciones de género en los programas y políticas de ASH y la recopilación y análisis de datos desglosados, con el fin de orientar intervenciones selectivas que aborden las necesidades específicas de las mujeres y las niñas y de otros grupos vulnerables», sentencia el informe.

CIMAC 

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