Ciudad de México.- El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es una fecha muy latinoamericana y fue desde el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia, en 1981, cuando se tomó la decisión de instaurar esta fecha en honor a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, asesinadas por la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana un 25 de noviembre de 1960 por su activismo político en contra del régimen militar que controló la isla entre 1930 y 1961.
Su único delito fue haber luchado por sus derechos contra el dictador. En esa fecha, Patria de 36 años, Minerva de 34 y María Teresa de 26 fueron capturadas por un grupo a cargo del general José René “Pupo” Román, Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, cuando regresaban a casa después de visitar a sus parejas en la cárcel de Puerto Plata. Las golpearon, asesinaron y arrojaron el auto en el que viajaban a un barranco, para hacer pasar el hecho como un accidente.
Nadie creyó esta farsa. El asesinato de las hermanas Mirabal conmocionó a la sociedad dominicana que, cansada del régimen militar y en medio de una ola de rebeliones en América Latina motivada por los levantamientos sociales de finales de la década de los 50 -en especial la revuelta organizada en contra de Fulgencio Batista en Cuba-, terminó emboscándolo el martes 30 de mayo de 1961, suceso que se conoce como ‘el ajusticiamiento’.
Por miedo al derrocado régimen y al momento de transición política, los homenajes a las hermanas Mirabal tardaron en llegar en la isla caribeña. Sin embargo, ahora son un símbolo de lucha en República Dominicana.
En 2007 se cambió el nombre de la provincia de Salcedo, donde las asesinaron, por el de Hermanas Mirabal; sus restos descansan en un mausoleo que fue declarado extensión del Panteón Nacional; el gobierno dominicano ha emitido cuatro billetes en su honor (2007, 2009, 2010 y 2013) y el monumento colocado en una céntrica vía de Santo Domingo es punto de encuentro en el peregrinaje de muchas mujeres que cada 25 de noviembre se manifiestan contra los abusos de género, la violación y el acoso sexual por parte de los Estados, incluyendo la tortura y la prisión por razones políticas.
Las Mariposas, cómo se hacían llamar en el movimiento político, ahora es un símbolo internacional de lucha, de fuerza, resiliencia y transformación de las mujeres.
Acoso sexual y político
Minerva Mirabal, tenía 23 años cuando conoció al dictador Rafael Leónidas Trujillo, alias “El Chivo”, uno de los dictadores en la historia de América Latina, en una recepción en honor al general a la que fue invitada su familia en 1949. Desde que el general vio a Minerva comenzó a cortejarla, luego, ante el rechazo de la joven, el cortejo pasó al acoso sexual, luego a la vigilancia, persecución, acoso a su familia y amigos cercanos, amenazas, hasta el asesinato.
En ese tiempo, las hermanas Mirabal, estudiantes universitarias, ya tenían una intensa actividad política en contra del régimen militar, formaban parte del Partido Socialista Popular (PSP) y participaban en la conformación del movimiento del 14 de junio, que pugnó por la liberación de República Dominicana, llamado así en honor a una expedición armada proveniente de Cuba que llegó a República Dominicana en dicha fecha.
Las hermanas jugaron un papel clave en la disidencia y eran conocidas como “Las Mariposas”.
En este contexto, Minerva solicitó al dictador que terminara el acoso judicial en contra de Pericles Franco, uno de los fundadores del PSP, encarcelado en diversas ocasiones y amigo íntimo de Minerva. En lugar de atender la petición de Minerva, el acoso y persecución contra sus cercanos incrementó, la mismas hermanas Mirabal entraron y salieron de la cárcel varias veces.
El gobierno opresor encabezado por Trujillo encarceló a todos los disidentes e involucrados en la creación de la Agrupación 14 de junio. Más de un centenar de personas fueron torturadas y varios perdieron la vida. La presencia de varios miembros de las familias más acomodadas de la isla entre los presos -como la de las hermanas Mirabal-, incrementó la presión social ante el gobierno de Trujillo y posteriormente muchos fueron liberados, aunque la vigilancia gubernamental y el acoso policiaco continuaron.
En 1960, un 21 de enero, las hermanas Mirabal y sus esposos fueron detenidas y puestas en prisión, después ellas fueron liberadas, pero sus esposos fueron juzgados por atentar contra la seguridad del estado dominicano y condenados a tres años de prisión. En una de estas visitas a la prisión, fue cuando las capturaron y asesinaron.
Pañuelos de seda y palos
Cuatro hombres esperaban a las hermanas Mirabal en la carretrea, a punta de pistola fueron obligadas a subir a otro auto. Las llevaron al patio de la casa de Minerva y María Teresa, en La Cumbre, provincia de Salcedo, donde el teniente Víctor Peña Rivera repartió pañuelos de seda entre sus tres compañeros «para ahorcarlas».
Agonizantes, las remataron a palazos. Los cuerpos de las hermanas y de su chofer fueron cargados en su automóvil y luego sería arrojado al fondo de un barranco para simular un accidente y atribuirle los golpes mortales.
El testimonio de uno de los asesinos es demoledor. Ante el tribunal de justicia en junio de 1962, el cabo de policía Ciriaco de la Rosa, relataba:
“Después de apresarlas, las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas, María Teresa. Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta, Minerva, yo elegí a la más bajita y gordita, Patria, y Malleta al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas. Traté de evitar este horrendo crimen, pero no pude, porque tenía órdenes directas de Trujillo y Johnny Abbes García. De lo contrario, nos hubieran liquidado a todos”.
Ninguno de los asesinos tuvo castigo. Los instigadores y autores materiales, condenados en junio de 1962 a treinta años de prisión, apenas cumplieron dos. Escaparon en masa aprovechando un levantamiento militar: un alto jefe les abrió la puerta de la Fortaleza Ozama, donde estaban recluidos. Y se dispersaron para siempre.
Esposas, madres y activistas
Si bien, las hermanas Mirabal tuvieron estudios universitarios y fueron activistas políticas, la más activa fue Minerva, abogada y fundadora del Movimiento Revolucionario 14 de junio junto con su esposo Manolo Tavárez Justo, un estudiante de derecho opositor al régimen, con quien se casó en 1955.
La hija de Minerva, Minou Tavárez Mirabal, se convirtió al crecer en diputada y viceministra de Relaciones Exteriores.
“Me consuela pensar que no se equivocó mi madre ante las advertencias que se le hacían sobre lo peligroso que era enfrentarse a Rafael Leónidas Trujillo”, señaló en un discurso de 2006, “contestaba siempre con la misma frase: ‘Si me matan, yo sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte’”.
Aunque se conoce a las tres hermanas Mirabal, en realidad son cuatro. Bélgica Adela ‘Dedé’ no era activista, por tanto no fue apresada por la dictadura y sobrevivió a sus hermanas, sin embargo ella ha sido clave para mantener la memoria de sus hermanas. En el libro Vivas en su Jardín, escribió acerca de los actos revolucionarios de sus hermanas, y preservó su recuerdo en un museo, la Casa Museo Hermanas Mirabal, en su ciudad natal, Conuco. Murió en febrero de 2014 a los 88 años.
La historia de Las Mariposas, ha trascendido a libros y películas, una de ellas con el mismo nombre (2001) es protagonizada por Salma Hayek como Minerva y Edward James Olmos como Trujillo, otra es Trópico de Sangre (2010), protagonizada por Michelle Rodríguez en el papel de Minerva.
Violencia contra las mujeres
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), más de 133 mujeres y niñas fueron asesinadas por su pareja o un familiar cada día durante 2022, en todo el mundo y de estos feminicidios el 53 por ciento se cometió en sus hogares.
Al menos 200 millones de mujeres y niñas de 15 a 49 años han sido sometidas a la mutilación genital femenina en los 31 países en los que se concentra esta práctica.
En 2020, por cada 10 víctimas de trata de seres humanos en el mundo, cuatro eran mujeres adultas y alrededor de dos eran niñas. La mayoría de las víctimas de trata con fines de explotación sexual detectadas (el 91%) son mujeres.
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