CDMX.- Aprobada la reforma que desaparece siete órganos autónomos, entre ellos el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), comienza ahora un periodo de transmisión de funciones que no estará exento de riesgos, advirtió el filósofo y sociólogo Armando Bartra.
En entrevista, el aún integrante de la Comisión Ejecutiva de Coneval se dijo “seriamente preocupado por la credibilidad de los datos, los informes y las valoraciones que hará Inegi”, institución al que serán transferidas las funciones que hasta ahora venía realizando el organismo encargado de medir la pobreza en el país.
“Lo primero que debemos garantizar es que los datos sean confiables, lo cual implica que el Inegi capture el expertise, las habilidades técnicas y los recursos conceptuales que está manejando Coneval para hacer bien su trabajo; y lo segundo es que la gente le crea, que la opinión pública no desconfié de la información”, dijo el también investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Cuando se concretó la reforma administrativa que contempla el traspaso de las funciones del Coneval al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), diversos especialistas en medición de la pobreza, entre ellos el exsecretario ejecutivo del Coneval Gonzalo Hernández Licona, alertaron sobre la posibilidad de que la información sea manipulada por el gobierno y que no se tenga certeza sobre el impacto de las políticas de desarrollo social entre los más marginados.
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“Nosotros estamos trabajando para que el proceso de transferencia de funciones sea público, transparente, pertinente y que sea un periodo relativamente prolongado”, dijo Bartra, quien vaticinó que será necesario hasta un año para realizar ajustes a la ley, transferir casi 20 años de expertise, programas de información, gente calificada y capacitación del personal receptor.
Identificado como militante de izquierda y cercano a la llamada Cuarta Transformación, Bartra Vergés opinó que es imprescindible que el traspaso de funciones al Inegi sea transparente para que la futura información sobre la pobreza sea creíble.
Si no es así, el problema no es un deterioro de la imagen pública del Estado mexicano, sino que habrá un impacto grave a la gobernabilidad misma del país
Armando Bartra Vergés
Además de hacer una medición multidimensional de la pobreza (lo que implica estimación de carencias y acceso a los derechos sociales), el Coneval también evalúa la efectividad y pertinencia de los programas sociales, además de que asesora a gobiernos federal, estatales y municipales en la instrumentación de políticas sociales.
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Este abanico de funciones requiere no sólo modificaciones a la ley —toda vez que el Inegi está facultado para generar información, pero no para evaluarla, hacer recomendaciones ni acompañar a gobiernos en la aplicación de políticas de desarrollo social—, sino que implica desarrollo de capacidades para aplicar metodologías, generar productos y documentos en fechas específicas, y establecer los enlaces con gobiernos federal y locales.
En un año, Coneval genera más de medio centenar de documentos (estudios, evaluaciones, índices, guías, memorias, diagnósticos, mapeos, monitoreos, análisis y libros), además de talleres, cursos y seminarios para servidores públicos, periodistas y académicos.
Dado que este trabajo es realizado por una nómina trabajadores altamente especializados, Armando Bartra se pronunció por respetar los derechos laborales de la planta, ya que no sólo tienen una elevada capacidad técnica, sino que han realizado un trabajo de calidad durante las últimas dos décadas.
“Si no se respetan sus derechos laborales, lo que va a haber es un escándalo, porque no puedes mandar a buscar trabajo a personas que han hecho bien su trabajo”, subrayó Bartra.
“Si tú dijeras: es que lo están haciendo mal, pues ni modo, es una sanción. Pero no es el caso, esta gente está trabajando con altos estándares de calidad, pero de todos modos va a desaparecer el organismo; lo que pedimos a las autoridades es que se valoren la calidad de su trabajo y sus derechos laborales”.
Al informar que el Coneval está integrado por alrededor de 200 personas y que tiene un presupuesto anual de 300 millones de pesos, Bartra destacó que el organismo no sólo es eficiente y austero, sino que está libre de actos de corrupción.
Y añadió: “No sólo son admirables por la calidad del trabajo que hacen, sino por la abnegación; yo sé que es una palabra un tanto subjetiva, pero habla de cómo la gente se chinga, de cómo la gente trabaja a deshoras, de cómo la gente no se va de vacaciones, de cómo la gente no descansa los fines de semana cuando hay que sacar algo”.
Ese personal, expuso, es un equipo que, si no se transfiere adecuadamente su expertise, se va a perder la calidad, la oportunidad y se va a perder mucho para la política del Estado mexicano en términos de desarrollo social”.
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