CDMX.– En 17 años, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pasó de presentar al candidato presidencial que le dio los mayores votos obtenidos en toda su existencia, a ser un aliado de los partidos a quienes criticaba –Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN)– para intentar asegurar su registro en el Estado de México, el único de los dos estados que tendrán elecciones este año y en donde aún lo mantiene, pues en Coahuila ya lo perdió.
La dirigencia nacional perredista se muestra optimista: con motivo del arranque de campañas, el pasado 3 de abril el presidente Jesús Zambrano Grijalva se dijo en ánimo de triunfo para el Estado de México y Coahuila, pues la gente pedía un cambio y que se juntaran los partidos opositores a Morena en coalición.
El Sol Azteca es el mismo que, apenas una elección anterior, había presentado por primera vez en 18 años a un candidato sin apoyo de otros partidos y logró dividir el voto a la oposición del partido reinante mexiquense, el PRI. Juan Zepeda Hernández obtuvo en el 2017 el 18.46 por ciento de la votación válida, siendo así el tercer lugar en los comicios; en tanto que Morena le precedió con segundo lugar para Delfina Gómez Álvarez con el 31.86 por ciento; y ganó el priista Alfredo del Mazo Maza con 34.73 por ciento de los votos válidos.
Ahora, el PRD se relega a ser el “peso muerto” –es decir una carga– de la alianza Va Por México, consideró el académico Aldo Muñoz Armenta, para asegurar su supervivencia en el país. “La meta más importante es sobrevivir, y la ideología es un medio para ello, no es un fin”, expuso el doctor en Ciencias Políticas y Administración.
“Si tienes un partido que no tiene liderazgos, y el territorio más importante, que era el municipio de Nezahualcóyotl, queda prácticamente desbandado, no te queda más que buscar liderazgos externos. La última carta que se tienen que jugar los partidos, y pierden sus convicciones y su ideología, porque lo que buscan es simplemente mantenerse en los procesos electorales”, indicó.
En el 2023, el perredismo sólo se jugará su registro en el Estado de México, pues en Coahuila ya la perdió hace dos años en las elecciones federales, junto con otras 14 entidades. Antes de ello, ya se había quedado fuera del listado de partidos locales en Chiapas (2012), Guerrero (2014), Ciudad de México (2018), Morelos (2018), Tabasco (2018) y Puebla (2018); este último estado lo ganó en la gubernatura en alianza con Acción Nacional ese mismo año, con Martha Érika Alonso, quien falleció poco después de asumir la titularidad del Ejecutivo poblano.
“Si tienes un partido que no tiene liderazgos, y el territorio más importante, que era el municipio de Nezahualcóyotl, queda prácticamente desbandado, no te queda más que buscar liderazgos externos. La última carta que se tienen que jugar los partidos, y pierden sus convicciones y su ideología, porque lo que buscan es simplemente mantenerse en los procesos electorales”, indicó.
En el 2023, el perredismo sólo se jugará su registro en el Estado de México, pues en Coahuila ya la perdió hace dos años en las elecciones federales, junto con otras 14 entidades. Antes de ello, ya se había quedado fuera del listado de partidos locales en Chiapas (2012), Guerrero (2014), Ciudad de México (2018), Morelos (2018), Tabasco (2018) y Puebla (2018); este último estado lo ganó en la gubernatura en alianza con Acción Nacional ese mismo año, con Martha Érika Alonso, quien falleció poco después de asumir la titularidad del Ejecutivo poblano.
Lo cierto es que en territorio mexiquense, el Sol Azteca comenzó a perder apoyo de la ciudadanía en las elecciones a partir de 2015, cuando los votos que recibió para diputaciones locales tuvieron una disminución drástica para el partido por su cuenta, en comparación con comicios anteriores. Por contraste, los votos que recibió en total una vez sumados los obtenido por medio de coalición le permitieron subir sus números ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM).
Mientras que en el 2015 había logrado 789 mil 559 votos por su cuenta en la elección de congresistas locales, el PRD sólo recibió 85 mil 589 votos para sí mismo en el 2021. Ese mismo año, llegó a 702 mil 450 votos totales sólo tras adicionar los votos registrados para la alianza PRI-PAN-PRD. Es decir, en el 2021 el partido de Jesús Zambrano sólo reunió el 12 por ciento de los votos que obtuvo por su propia cuenta, mientras que el restante 88 por ciento los aportó la alianza.
Incluso en el Estado de México, el Sol Azteca tiene un alto riesgo de desaparecer, señaló Muñoz. “Más que una apuesta por intentar que haya políticas de izquierda por parte de la candidata de Va Por México, Alejandra del Moral, es una apuesta por la no desaparición”.
También en las elecciones para los presidentes municipales mexiquenses hubo una disminución en el apoyo al perredismo. Mientras que en el 2000 y 2003 pudo presentar a candidatos sin una coalición y así lograr 21 y 23 alcaldías, respectivamente, sus números comenzaron a caer bajos a partir de 2009 y fue en 2018, con la ayuda del PAN y Movimiento Ciudadano, que pudo recuperar terreno al registrar dos alcaldías propias y 29 compartidas para un total de 31; y en 2021 –de la mano de PAN y PRI– dos alcaldías propias y 50 compartidas, para un total de 50.
En todo caso, comentó Muñoz Armenta, las dirigencias estatales del perredismo podrían intentar buscar a Morena para solicitar ayuda.
“Puede que el PRD sea muy pragmático y busque que Morena le abra las puertas de manera formal, y sino va a haber una desbandada de los liderazgos que quedan en el Estado de México. Si la dirigencia nacional no les autoriza buscar a Morena para que los rescaten, lo que sigue es que haya una desbandada sin formalidad”.
PRI Y PAN PREFIEREN CARGAR CON “PESO MUERTO”
El académico Aldo Muñoz Armenta calificó al PRD como un “peso muerto” en la coalición que fue incluido por Cortés y Moreno –pese al desdén con el que tratan a Zambrano, dijo– porque todavía existe un porcentaje entre el 2 y 3 de la población mexicana que aún se identifica con este partido, y podría convertirse en un voto a favor de Va Por México.
A inicios de este año, la alianza tripartidista Va Por México tuvo una disputa interna después de que Marko Cortés, de Acción Nacional; y Alejandro Moreno, del PRI; firmaran un comunicado conjunto dejando de lado al PRD en el que ratificaban su alianza para las elecciones en Coahuila y Estado de México, así como para la elección presidencial de 2024.
En declaraciones a medios a inicios de febrero, Zambrano expresó su rechazo a la medida, pero que había resultado en una plática con los dirigentes panista y priista para sembrar acuerdos. Igualmente, en ese momento descartó que el partido “pida limosna” al PRI y el PAN porque tienen oportunidad de triunfar solos.
“No andamos pidiendo limosna a nadie. Nosotros tenemos suficiente para continuar adelante, pero siempre buscando lo mejor para el país con toda responsabilidad”, expresó el 2 de febrero en conferencia de prensa desde el Senado de la República.
Para Muñoz, las posibilidades del PRD para contender por su propia cuenta supone un alto riesgo de desaparición para el partido.
“Es un acto de soberbia, de temeridad y de incluso, vamos a llamarlo, deshonestidad política, porque sin esta alianza el PRD hoy mismo estaría desaparecido. Va Por México le dio vida al PRD en las elecciones federales de 2021, y de no haber sido por eso seguramente no habría obtenido el porcentaje necesario para mantenerse en la competencia electoral”, remarcó.
De camino al 2024, la incorporación del PRD al bloque opositor como un aliado electoral de peso relevante quedarían enterradas si pierde su registro en el Estado de México, expuso, y en ese caso quizá sólo por estrategia propagandística el PRI y el PAN lo mantendrían en la coalición. Igualmente, dejar un partido suelto podría significar una ventaja para Morena, el partido con mayor intención de voto.
“Yo creo que vale más, en términos coloquiales, cargar ese peso muerto que arriesgarse a una catástrofe de resultados bastante importante”.
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