A días de las movilizaciones y distintas actividades por el 8M, en redes sociales un hombre que se dice ser comediante hizo público un discurso plagado de violencia machista y misógina al promover estereotipos sexistas que atentan contra la igualdad y la integridad de las mujeres, de acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV).
Este personaje, aseguró que, para que una mujer pueda satisfacer a un hombre, ella deberá alimentarlo, sostener relaciones sexuales con él y en todo momento “quedarse callada”. Es decir, una mujer debe ser: sumisa, abnegada, servil, generosa y pasiva.
Con ello el “comediante” ejerció violencia mediática, que se encuentra establecida en el artículo 20 de la LGAMVLV y señala que esta consiste en: “todo acto a través de cualquier medio de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva estereotipos sexistas, haga apología de la violencia contra las mujeres y las niñas, produzca o permita la producción y difusión de discurso de odio sexista, discriminación de género o desigualdad entre mujeres y hombres”.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia explica además que la violencia mediática “se ejerce por cualquier persona física o moral que utilice un medio de comunicación para producir y difundir contenidos que atentan contra la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de las mujeres y niñas, que impide su desarrollo y que atenta contra la igualdad”.
Sexismo: construcción social
Las ideas bajo las cuales hoy en día se construye la “comedia” en México están profundamente basadas en el sexismo y estereotipos de género, eso lo dejó claro el hombre que, por años, ha basado en ello sus presentaciones, videos y comentarios en redes sociales.
Mismas bases sobre las que está construida la sociedad, por ello no resulta sorpresivo que cada vez más hombres usen falda, peluca y finjan ser madres o esposas y reproduzcan narrativas arraigadas en el machismo; o que más “comediantes” opten por hacer chistes sobre las vidas de las mujeres, sus procesos, sus vivencias y el “rol” que deben cumplir en la sociedad, impuesto claramente por el sistema patriarcal.
Prácticas como las anteriores continúan perpetuando estereotipos de género y a su vez generando las rutas para que se ejerza más violencia en contra de las mujeres.
Para la maestra en psicología y profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Olga Bustos Romero, “la formación de identidades de género y relaciones de poder desiguales entre mujeres y hombres, que derivan en sexismo, androcentrismo y estereotipos de género, colocan a las mujeres en situación de subordinación, opresión y discriminación”.
“Todavía se sigue privilegiando el estereotipo de mujeres madres–esposas–amas de casa, por lo que cualquier otra actividad resulta incompatible, no apta para mujeres o muy secundaria. Se les encasilla dentro del ámbito de lo afectivo o lo emocional (con características, atributos o rasgos como ternura, pasividad, obediencia, servicio a los demás, etc.), en contraposición con los hombres, a quienes se les ubica en el campo de lo racional (control, inteligencia, asertividad, dominancia, agresión, etc.), manejándose estos atributos en términos de una bipolaridad”.
Lo anterior, explica Bustos Romero, deriva en los llamados roles de género a través de los cuales se establecen funciones y actividades diferentes para mujeres y hombres, marcando la desigual participación de unas y otros a nivel familiar, económico, político, educativo, cultural, laboral, entre otras, “poniendo en serias desventajas a las mujeres en comparación con los hombres, con las consiguientes repercusiones también a nivel de la autoestima de las mujeres”.
«Comedia machista», una constante en México
Esta no es la primera vez que un hombre emite comentarios sexistas desde una plataforma digital, ya que apenas en noviembre de 2022 un supuesto comediante con apodo de fruta reabrió la herida provocada por el feminicidio de Debanhi Escobar Bazaldúa tras expresar una “broma” respecto a la forma en que la joven fue localizada. Es así como poco a poco en México se ha instalado una cultura en la que la violencia se ha convertido en un negocio rentable
Para Rita Segato, escritora, antropóloga y feminista, la violencia “no es una consecuencia de problemas de otro orden, como la desigualdad social o la falta de oportunidades, la violencia se aprende”.
“La repetición de la violencia produce un efecto de normalización de un paisaje de la crueldad y, con esto, promueve en la gente los bajos umbrales de empatía indispensables para la empresa predadora. La crueldad habitual es directamente proporcional a formas de gozo narcisista y consumista, y al aislamiento de los ciudadanos mediante su desensibilización al sufrimiento de los otros”, expresa Segato en su texto Pedagogías de la crueldad.
Entonces, sentir el sufrimiento de los otros como algo “ajeno” ha abonado a que no exista un rechazo a este tipo de “bromas”, “comentarios” e “imágenes” y que por el contrario, se les aplauda, distribuya y permita que aquellos que dedican su vida a ello puedan cobrar por revictimizar a una mujer.
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