AMLO nos falló: colectivos de familiares de desaparecidos

agosto 2, 2023
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Foto: CIMAC Noticias.

Ciudad de México.- “El presidente nos falló”, asegura Delia Quiroa Flores Valdez; a ella y a su familia, Andrés Manuel López Obrador les prometió “buscar y entregar” a su hermano Roberto Quiroa Flores Valdez. Cuatro años han pasado desde esa promesa; cuatro años de abandono institucional que la han motivado a tomar las búsquedas por su cuenta, además de constantemente exhibir la inacción gubernamental por medio de diversas acciones, esta última incluye una muñeca, que pretende recordarle al Estado a las más de 100 mil personas que continúan desaparecidas y los más de 50 mil cuerpos sin identificar que hay en nuestro país.

“Voté por López Obrador pensando que se iba a comprometer con las autoridades encargadas de buscar a nuestros familiares”, sin embargo, no fue así, aseguró Delia Quiroa en entrevista con Cimacnoticias. Desde 2014 busca a su hermano desaparecido en Tamaulipas. Este camino la llevó a fundar el Colectivo 10 de Marzo, que lleva por nombre el mismo día que Roberto Quiroa fue privado de la libertad.

Ante la inacción gubernamental, la madre de Delia, María Isela Valdez Chaidez, se arrodilló ante López Obrador en 2019 para suplicarle que encontrara a su hijo. “Yo te voy a ayudar, lo vamos a encontrar y te lo voy a entregar”, respondió el presidente. Pero las palabras quedaron en una promesa. Pues a cuatro años no ha sido recibida por el presidente y, peor aún, ella y otras madres han sido calificadas por él mismo como «oposición».

Por su parte, Delia decidió incluso buscar un pacto con el crimen organizado para que éste les permitiera realizar búsquedas de personas desaparecidas. Con una acción tras otra, ella ha trabajado para que las personas desaparecidas se mantengan en el ojo público, todo en medio de una crisis que tiene al país “a punto de colapsar”, señaló.

La necesidad de exigir

Delia vivió en un Tamaulipas donde personas de Estados Unidos y Canadá llegaban en casas rodantes para recorrer la frontera, de un punto a otro, de Tijuana a su ciudad natal podía ver el turismo que incluso la llegó a beneficiar en la estética donde laboraba poniendo uñas, lo anterior mientras estudiaba Mecatrónica.

Sin embargo, todo cambió en 2008, cuando asesinaron al cantante Valentín Elizalde. “Fue cuando empecé a ver violencia y me impresionó”, recuerda.

“Después de eso empezó a haber enfrentamientos, escuchábamos que era entre los Zetas con los del Cártel del Golfo. En 2012 mandan muchos soldados, marinos, policías federales. En la base de la Policía Federal, cuando había enfrentamientos, no salían a ver la situación, los dejaban que se agarraran entre ellos y llegaban al final, no hacían nada por pararlos. La violencia siguió y se fragmentaron los grupos hasta que ahorita hay muchos que ya no se sabe bien cómo está ahí”, contó Delia.

Su hermano, Roberto Quiroa, fue secuestrado en tres ocasiones. Las dos primeras veces, para que fuera liberado, su familia pagó 1.2 millones de pesos y 300 mil pesos respectivamente. Después de la tercera vez que fue privado de su libertad, el 10 de marzo de 2014, no supieron más de él. La violencia incrementó contra Delia y su familia, al grado de verse obligados a desplazarse de su lugar de origen.

“Pusimos denuncias, pero no entendíamos cómo funcionaba la ley. A un abogado le dimos 100 mil pesos y no nos ayudó”, es por eso que Delia decidió estudiar Derecho, una carrera que, asegura, “le cambió la visión”.

Este conocimiento le permitió adentrarse a los procesos y a las exigencias con las autoridades, con quienes “pelea todos los días”, pues detalla que no han aprendido a tratar a las víctimas con dignidad y respeto. Desde esta posición de defensora no solo exige sus derechos, sino los de todas las personas que integran su colectivo.

Subsanar afectaciones económicas

Luego de un desplazamiento forzado interno, trabajos precarios y ritmos de vida que incluyen traslados y protestas, en enero de 2017 la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) brindó a Delia y a su familia apoyo de alimentación y alojamiento.

Al día de hoy únicamente mantienen el recurso para traslados, pero este se les otorga en medio de procesos burocráticos que incluso provocaron que Delia presentara un recurso de amparo.

“Me tuve que amparar porque me estaban negando los traslados. El juez me da la razón y les dice que me tienen que apoyar hasta encontrar a mi hermano”.

La situación anterior se repite en todas las familias de personas desaparecidas y en específico aquellas que forman parte del Colectivo 10 de Marzo, pues a más de una no se le ha garantizado la “ayuda provisional, oportuna y rápida de los Recursos de Ayuda de la Comisión Ejecutiva o de las Comisiones de víctimas de las entidades federativas” que establece la Ley General de Víctimas en su artículo 8.

Sumado a ello, las búsquedas implican un proceso más que no es realizado por las autoridades. Entonces, cuando ellas lideran los rastreos, se encuentra el mismo obstáculo económico que les impide adquirir herramientas para realizar su labor.

Todo ello ha impulsado acciones para recaudar fondos, para brindar a las familias garantías de salud y alimentación, pero también para adquirir artículos que les permitan buscar en la tierra algún rastro de su ser querido.

“Barbie buscadora”

Cuando Delia escuchó y vio el furor que la muñeca Barbie causó en México, no dudó en buscar una forma en que este foco se dirigiera a una problemática que mantiene a 110 mil 953 personas desaparecidas, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizada (RNPDNO),

Un día entró a la recámara de su hija y vio una Barbie, “ahora está por todos lados”, pensó. También analizó lo complicado de la labor de las buscadoras y “la pena” que les provoca pedir donativos para continuar con sus búsquedas. Entonces se le ocurrió crear muñecas que pudiera vender y a la par visibilizaran la problemática.

Con esta muñeca “se visibilizaron los desaparecidos otra vez, hubo oportunidad de decirle a la sociedad que teníamos muchas necesidades”.

Al día de hoy Delia ha vendido 11 “Barbies buscadoras” y tiene ya pedidos en espera, con las ganancias obtenidas espera poder adquirir una camioneta que les permita trasladarse de formas más sencillas.  

Además, con el crecimiento que ha observado en ventas, espera donar 25 por ciento de lo obtenido por cada muñeca a las madres que integran su colectivo, mujeres que cuentan con escasos recursos para cubrir sus necesidades básicas, como la salud y la alimentación.

“El objetivo es que el tema se mantenga sobre la mesa, que no se le olvide al gobierno que tiene una deuda histórica con nosotras y nos debe regresar a nuestros familiares”, sentenció Delia.

CIMAC Noticias

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