CDMX es primer lugar en violencia familiar y Batres convoca a “baile” el 8M

febrero 17, 2024
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Ciudad de México.- El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, en un discurso donde hizo explícito su desconocimiento del origen de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, invitó a un concierto masivo en el Zócalo, el mismo espacio donde se conjuntan diversas manifestaciones de repudio a la situación de violencia, discriminación, precarización y falta de oportunidades para niñas, adolescentes y mujeres en el mundo.

Por ejemplo, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad y Protección Ciudadana, la Ciudad de México es la segunda a nivel nacional al registrar 111 casos de trata de personas contra mujeres y ocupa el primer lugar a nivel nacional en caso de violencia familiar con 35 mil 578 casos y además ocupa el segundo puesto a nivel nacional por casos de violencia sexual contra mujeres con 2 mil 682.

Esta convocatoria se contrapone con la fecha conmemorativa porque ese día, así como los anteriores y subsecuentes se presentan diversas manifestaciones que expresan su repudio a la ola de violencia generalizada que viven las mujeres, llevan pancartas e incluso niñas y jóvenes se pintan sus rostros y cuerpos para exigir un alto la situación, sin olvidar los contingentes de madres de víctimas de feminicidio y desaparición quienes encabezan algunos de las tantas expresiones de protesta ese día.

En conferencia de prensa, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, anunció que este año se realizará “un concierto masivo en el Zócalo de la Ciudad de México, en el marco del Día Internacional de la Mujer”, como parte de las 100 acciones de su administración previstas para los próximos 100 días.

El mandatario capitalino tampoco reveló qué artista o artistas participarán en el evento, aunque al dar este dato dio a entender que se trataría de una mujer, pero afirmó que dará más detalles próximamente.

“Vamos a realizar un concierto masivo en el Zócalo en el marco del Día Internacional de la Mujer. No les voy a decir a la artista, eso lo informaremos después”, dijo en su informe de “200 días de gobierno”.

De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM), ésta se trata de una fecha para “hacer consciencia sobre la importancia de empoderar a las mujeres, proteger sus derechos y garantizar que puedan alcanzar todo su potencial”.

Además, dicha Comisión destaca que el Día Internacional de la Mujer tiene la función de visibilizar la desigualdad y discriminación que prevalece en este sector población alrededor de todo el mundo.

Y es que en México, los retos para erradicar la violencia contra las mujeres aún son enormes y esto se ve reflejado en las cifras de hechos delictivos. Por lo anterior, miles de mujeres mexicanas salen a las calles a marchar el 8 de marzo (8M) con motivo del Día Internacional de la Mujer, aunque esto dista de ánimos de celebraciones masivas o felicitaciones.

Tan solo en 2021, 41.8 por ciento de las mujeres de 15 años y más manifestó haber vivido alguna situación de violencia en su infancia, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Como cada año, cientos de mujeres de distintas colectivas realizan una marcha por las avenidas principales de la Ciudad de México rumbo al Zócalo, para alzar por aquellas mujeres desaparecidas, violentadas, víctimas de feminicidios, las que no encuentran justicia o por la legalización del aborto, incluso las participantes de la movilización han expresado que el 8 de marzo no es un día de celebración, si no de solemnizar la lucha por la equidad, libertad y vida de las mujeres.

Incluso se instala un templete donde se denuncian en la plaza pública casos de violencia contra las mujeres. No obstante, el actual gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por colocar vallas alrededor de Palacio Nacional, de la Catedral Metropolitana, de edificios y monumentos en el Centro Histórico durante las movilizaciones de mujeres, lo que ha sido fuertemente criticado.

En 2016, ya se había dado una vivido una violación a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, con chistes ramplones, conferencias misóginas y bailes sexistas en los gobiernos de Guerrero, Jalisco y Veracruz “festejaron”, sin importar que la efeméride se instituyó para reflexionar sobre los pendientes en materia de igualdad de género.  

Cargando con deudas en materia de seguridad, violencia y pobreza, las instancias de gobierno de esos tres estados optaron por aprovechar la “fiesta” para ofrecer, con recursos públicos, conferencias y “shows” que en nada obedecen al objetivo de la conmemoración instituida por la ONU, ni a los mandatos legales.

Sin embargo, México cuenta con tres leyes que obligan a las dependencias oficiales a tomar acciones para que las mujeres gocen de una vida libre de violencia, y favorezcan su desarrollo y bienestar de acuerdo con los principios de igualdad y no discriminación.

Pero con sus “festejos” las autoridades transgredieron las leyes generales de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y para la Igualdad entre Mujeres y Hombres; así como la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación.

Violencia institucional

Esta vez no es la primera ocasión que los políticos en ejercicio de su cargo pretenden desviar el propósito del 8 de marzo. Por ejemplo, en el 2009 en vez de mantener el orden público y proteger a las mujeres de la ola de violencia que azota a Veracruz, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la entidad, encabezada por Arturo Bermúdez Zurita, organizó una exhibición para insultar a las mujeres.

El “show” se realizó el 8 de marzo en la Academia de Policía de la dependencia, en el municipio de Emiliano Zapata, donde se convocó a unas mil 500 veracruzanas, en su mayoría policías y donde el encargado de la seguridad estatal propuso instituir el “Día de los Hombres” y el “Día del Gay”, según reportaron medios locales.

Mientras que en ese estado hubo 903 violaciones sexuales y 101 asesinatos de mujeres, las fuerzas de seguridad hicieron una celebración en la que una decena de policías bailó e hizo “striptease” sobre las mesas a ritmo de reguetón.

Los hechos llamaron la atención del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), que emitió un comunicado para advertir que se trataba de un “agravio” porque demostraba la “ignorancia” de la SSP sobre el origen y sentido del 8 de Marzo, y porque el supuesto festejo recurrió a expresiones “machistas y misóginas”.

No conforme con el “striptease”, el secretario Arturo Bermúdez contrató a un payaso que hizo chistes sexistas e insultantes, y que incluso cuestionó la sexualidad de las asistentes. En su presentación, el “comediante” expresaba frases que hacía alusión a la vida sexual de las presentes, así como sus cuerpos.

La “fiesta” causó la indignación de activistas, académicas y políticas que integran la Red Mujeres en Plural, quienes en una carta al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, denunciaron que estos hechos son “lamentables”, y una forma de “violencia sexual y verbal”, de acuerdo con la legislación mexicana. 

Historia del Día Internacional de la Mujeres

Desde que en Dinamarca o Chicago se llamó a las obreras socialistas a luchar por sus derechos y a conmemorar mundialmente cada año una jornada reivindicativa, el 8 de marzo se constituyó como la fecha emblemática que reúne la vieja lucha igualitaria por los derechos políticos y sociales de las mujeres y el reconocimiento de esos derechos, subliminales, privados, de la vida cotidiana que han dado en llamarse simbólicos y culturales. Los derechos de la diferencia.

Del origen de la celebración, hay una discusión histórica fundamental que nos lleva a revisar cómo en el siglo XX operaron grandes cambios en la visión de vida de hombres y mujeres, siglo en el que hay una rica historia de la lucha de las mujeres que imprimió otro tinte, otra faena, otra forma de crear humanidad y que estuvo involucrada en las grandes transformaciones sociales, de las revoluciones de Rusia y México, a la lucha por la paz y el antimilitarismo todavía vigentes.

En estas más de nueve décadas en que ha transcurrido el siglo XX y comenzó el siglo XXI, además, las mujeres de todo el mundo hemos conseguido a fuerza de tezón, organización, conocimiento y decisión tres cosas fundamentales:

El reconocimiento de nuestros derechos políticos, aunque en México apenas conseguimos el 23 por ciento de las curules del Congreso.

-El reconocimiento mundial a nuestros derechos humanos, que incluyen una nueva visión de la violencia privada y pública contra las mujeres y ha dado lugar a leyes y programas contra la violencia.

-El posicionamiento de los derechos sexuales y reproductivos o sea la libertad del cuerpo, al menos teóricamente. Este reconocimiento fue ratificado por 184 gobiernos en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante la Conferencia Mundial de Población y Desarrollo, en El Cairo, Egipo en 1994. En muchos países es legal el aborto, en otros está parcialmente despenalizado. Además, por esta fuerza se han impuesto las políticas públicas de género.

Al comienzo del tercer milenio, las mujeres estamos dispuestas a consolidar nuestra ciudadanía plena, es decir a reivindicar nuestro derecho indiscutible a intervenir, con todas las garantías, en el ámbito público, en el gobierno y en la sociedad.

Las modificaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe), las primeras que se hacen a ese código desde que nació en 1996, garantizan en este año electoral que las mujeres serán representadas en un mínimo de 30 por ciento en la Cámara de Diputados.

No obstante, es necesario reconocer que todavía, las mujeres somos las más pobres entre los pobres. Cerca de mil millones de mujeres en el mundo vivimos bajo la línea de la pobreza extrema; aún no es paritaria la educación inicial y profesional entre hombres y mujeres y nuestros cuerpos todavía son botín de guerra. Los ultrajes reales y simbólicos a nuestra integridad humana son cosa de todos los días, de todas las guerras.

Por ello, y a pesar de que existen posturas, entre hombres y mujeres, conocidas como de la postmodernidad, que proponen que dejemos de luchar por nuestros derechos específicos -porque la ley reconoce a la igualdad-, es necesario abordar el 8 de marzo como la única y más importante jornada mundial de reflexión, de lucha y demanda de los derechos pendientes de las mujeres, de la materialización de estos derechos y de la urgencia de informar sobre ellos y conocerlos. Y ello habrá que hacerse en todas partes, a través de todos los símbolos y acciones necesarios.

CIMAC Noticias

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