Durante el año fiscal 2023, agentes de migración estadounidenses detuvieron en la frontera con México a 73 mil 822 personas que ingresaron de manera ilegal y tenían condenas o cargos penales pendientes en sus países de origen.
La cifra de arrestos, reportada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) muestra un incremento de 59 por ciento en el periodo en cuestión, que va de septiembre de 2022 al mismo mes del año pasado.
La mayoría de los detenidos provenía de Venezuela, México, Honduras, Guatemala, Ecuador, Colombia, El Salvador, Senegal, India y Mauritania, en ese orden.
Al detener a una persona por su estatus ilegal en Estados Unidos, el personal de la agencia migratoria coteja los datos y en caso de encontrar indicios de que pertenecen a alguna pandilla o tienen cuentas pendientes con la justicia del país de origen son deportados.
El cónsul general de la República de Colombia en México, Andrés Camilo Hernández Ramírez, explicó que existe un acuerdo de cooperación entre varios países de la región con Estados Unidos en materia de seguridad.
La Fiscalía colombiana comparte con Estados Unidos una base de datos de personas que tienen alguna investigación u orden judicial pendiente para que, en caso de ser arrestadas por alguna autoridad estadounidense, se valide su situación jurídica, para luego ser deportados de manera directa.
“Hay un intercambio de información con el gobierno de Estados Unidos, para seguridad de ellos y para perseguir de manera conjunta a personas con actividades criminales. Varios países tienen este acuerdo de intercambio de información. Así es como saben su historial y luego son deportados”, declaró a El Sol de México.
El académico e investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Juan Antonio del Monte Madrigal, explicó a este diario los cambios en los flujos migratorios por nacionalidad.
En el caso de países de Asia y África, dijo que podría relacionarse con el conflicto en medio oriente y el éxodo de algunas regiones de África.
En el caso de Nicaragua muchos de quienes emigran a Estados Unidos lo hacen para huir del régimen de Daniel Ortega. Del Monte Madrigal aseguró que en su trabajo como investigador se ha entrevistado con varios migrantes de esa nacionalidad y le han referido que son perseguidos políticos.
“Hay la hipótesis de que estas personas que huyen de su país por temas de persecución política, estén de alguna manera con cargos en su contra en Nicaragua y por eso para los estadounidenses se considera un prófugo de la justicia y son deportados”, comentó el académico.
El informe anual del ICE detalla que en el año fiscal 2023 arrestó a tres mil 406 miembros de pandillas, mientras que en 2022 reportó dos mil 667 personas detenidas y deportadas.
El coordinador de la Maestría en Estudios Culturales del Colef recordó que las pandillas tienen su origen en Estados Unidos, ya que los primeros grupos se crearon en los barrios latinos de algunas ciudades, pero que al empezar a ser deportados, reconfiguraron su estructura y fortalecieron su organización criminal.
Sobre la Mara Salvatrucha o M13, asentada en Centroamérica y con presencia en cárceles de Estados Unidos, explicó que algunas personas hostigadas por el gobierno de Nayib Bukele son obligadas a migrar.
Los mexicanos con antecedentes penales que intentan ingresar a Estados Unidos y son detenidos se mantienen en la segunda posición en detenciones.
Roberto es originario de Culiacán, Sinaloa, pero a los meses de nacido su madre se lo llevó a vivir a Los Ángeles, California, donde se involucró desde temprana edad en actividades criminales.
En 2004 fue deportado a Tamaulipas después de haber pasado ocho años en la cárcel.
Decidió establecerse y comenzar en Guadalajara. Platica que por sus antecedentes penales enfrentó discriminación, pero se preparó durante cinco años para convertirse en consejero en adicciones en México.
Ahora Roberto dirige la organización civil “GDL Sur” en Guadalajara, Jalisco.
Ahí recibe a mexicanos, expandilleros deportados de Estados Unidos, a quienes ayuda a reinsertarse en la sociedad.
Roberto abrió “GDL Sur” en marzo de 2010 y, aseguró, ha logrado rehabilitar a otras personas para salir adelante. “Me invitan ahora a dar pláticas a los jóvenes, a las secundarias, a compartir mi experiencia en anexos o grupos de doble A. Estaré en la UNAM ahora en febrero y quiero compartir lo que nosotros hacemos acá y se replique en más lugares para la reinserción de los homies, vamos a abrir un centro en Tijuana”, platicó.
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