Las autoridades de Guatemala temen que la disputa entre los Cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa por el control de municipios en Chiapas se extienda a su territorio hacia el llamado “Triángulo Dorado de la Amapola”, una región en la frontera con México cuya principal actividad económica de sus pobladores es la siembra de amapola, de la que se saca la goma de opio con la que se fabrica la heroína.
El ministro de Gobernación de Guatemala, David Napoleón Barrientos, afirmó que incluso hay preocupación porque la violencia que se vive del lado mexicano provoque desplazamientos internos o desde Chiapas.
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“Hasta hoy no tenemos registros de enfrentamientos ni de violencia relacionados con la pugna entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, pero el riesgo de los poblados guatemaltecos es latente porque en San Marcos hay siembra de amapola; es una región clave y de mucha atracción para los cárteles mexicanos”, dijo.
Además confirmó el envío a la frontera con México de dos mil elementos de una fuerza especial que se sumaron a los 300 miembros del Ejército que desde enero pasado fueron desplegados ante el temor de que la captura en Sinaloa de Ovidio Guzmán, el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, provocara un reacomodo de los grupos del crimen organizado locales ligados al Cártel de Sinaloa.
El coronel Javier García, del Ministerio de Defensa Nacional aseguró que el reforzamiento de la seguridad del lunes pasado se decidió en respuesta a denuncias sobre amenazas de los cárteles mexicanos que planean cruzar y desatar la violencia en las comunidades guatemaltecas.
“Ante la llegada del Cártel de Sinaloa a Chiapas y la disputa que mantiene con el Cártel Jalisco Nueva Generación en la franja fronteriza, el ejército de Guatemala movilizó a su Brigada de Operaciones de Montaña, para enfrentar las amenazas. La intención es prestar la seguridad que necesita nuestra población y prevenir cualquier ataque que pudiera venir de los carteles mexicanos”, afirmó el mando militar a través de un mensaje difundido en redes sociales.
Ayer, el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional guatemalteca, el general de división Wiliam Arnulfo López Chay, supervisó las operaciones de blindaje fronterizo en Huehuetenango y San Marcos.
El Ejército guatemalteco movilizó desde el viernes pasado a dos mil elementos, entre ellos dos cuerpos de élite, las brigadas de Operaciones para Montaña y la de Paracaidistas, para realizar patrullajes e instalar puestos de control en los pasos formales e informales de la frontera.
El despliegue militar está acompañado de una fuerza de la Policía Nacional Civil (PNC) que está al mando de la quinta viceministra de Antinarcóticos, Dana Barillas, y el subdirector general de Análisis de Información Antinarcótica de la PNC, Helver Beltetón.
La nación centroamericana intenta blindar el paso de los cárteles mexicanos al llamado Triángulo Dorado de la Amapola, zona que comprende los municipios de Tacaná, Tajumulco e Inxchiguán, en el departamento de San Marcos, a sólo 20 kilómetros de Chiapas. El nombre fue asignado por el gobierno de Estados Unidos luego de que se diera a conocer la existencia de inmensos cultivos de amapola.
De acuerdo con información de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), la siembra y cosecha de amapola en esa zona es la única opción económica para decenas de familias que procesan la planta para venderla a los cárteles mexicanos como opio crudo. Un kilo de goma, de acuerdo con la DEA, se comercializa hasta en 70 mil dólares.
“El Triángulo Dorado de la Amapola o Guatemalteco está en un terreno en el que, por su situación geográfica y por las condiciones climáticas, es muy fértil. Falta tener agua para cosechar amapolas”, señaló por su parte Raúl Barreno, periodista guatemalteco especialista en temas sobre seguridad y narcotráfico.
En diálogo con este diario, agregó que los cárteles mexicanos penetran Guatemala “por puntos muertos” y le compran la amapola directamente a los campesinos quienes, incluso, han desarrollado sistemas de riego constantes para cosechar la planta hasta tres veces al año.
“La narcoactividad influye en la vida económica y social de las comunidades, las cuales son regidas además por los grupos del crimen locales”, dijo.
Barreno aseguró que el gobierno guatemalteco tiene evidencias de la colaboración directa entre miembros del CJNG y del Cártel de Sinaloa con grupos del crimen organizado locales para la producción de opio en laboratorios clandestinos y tráfico de heroína que se vende en Estados Unidos.
Esa relación, de acuerdo con Barreno, ha quedado en evidencia en los últimos meses con la detención en su país de al menos una docena de mexicanos ligados a los dos cárteles.
En marzo pasado, autoridades guatemaltecas capturaron a Antonio Duarte Frías; Humberto Beltrán Cuen, El Chino, y a Pablo Tabares Martínez, El Negro, mexicanos ligados al Cártel de Sinaloa y buscados por las autoridades de Estados Unidos.
En mayo fueron detenidos Melecio Rodríguez y Mario Castro, en el aeropuerto de la Ciudad de Guatemala, mientras que a principios de agosto fue aprehendido Luis Alberto Márquez. Estos últimos también cuentan con órdenes de extradición a la Unión Americana.
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