Ciudad de México.– La oposición navega sin un candidato visible rumbo a la elección presidencial de 2024. En lo que ha sido una contienda que se ha adelantado, los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD) e incluso Movimiento Ciudadano (MC), que se ha negado a integrar el bloque opositor, han conformado una larga lista de aspirantes con personajes que están en la mira de la justicia, con escasa experiencia política o hasta identificados con posturas radicales de la ultraderecha.
El excandidato presidencial Ricardo Anaya Cortés se ha mantenido a lo largo del año como uno de los principales contendientes para 2024. La última medición de Reforma lo situó como el mejor evaluado de la alianza opositora con un 11 por ciento de las preferencias. Otras mediciones como la de Massive Caller y Enkoll también lo ubican como el mejor evaluado de Va por México y del PAN, respectivamente.
No obstante, Anaya, quien llevó en 2018 al panismo a su peor desempeño en una contienda presidencial en dos décadas, enfrenta un problema para sus aspiraciones: no ha pisado el país desde agosto de 2021, cuando huyó a Estados Unidos en medio de la investigación por su presunta relación en la trama de corrupción de Odebrecht.
El panista se desempeñó por años en cargos de nivel medio en la administración pública tanto de Querétaro como la federal hasta que llegó como Diputado federal a la LXII Legislatura, en la que presidió la Cámara de Diputados, una posición desde la cual saltó a la presidencia del PAN para construir su fallida candidatura presidencial, en la que también fue abanderado por el PRD y MC.
El partido naranja ha reconocido que en 2018 fue “un error” haber ido con Anaya. Así lo dijo su líder máximo, el Senador Dante Delgado Rannauro, al desechar una vez más la alianza, que en su caso en el pasado proceso presidencial le significó uno de sus peores números en una contienda de este tipo. La llamada tercera vía pasó en 2012 de una votación de dos millones 128 mil 671 votos —de los 15 millones 896 mil 999 que alcanzó López Obrador como candidato presidencial del Movimiento Progresista— a un millón 010 mil 891 votos, en 2018, como aliado de la derecha. Incluso en el proceso intermedio de 2021 —en el que la votación suele ser menor— el partido naranja registró sus mejores números con tres millones 449 mil 982 votos.
Pese a lo que significó apostar por un candidato inexperto, Movimiento Ciudadano podría volver abrir la puerta a otro joven con apenas trayectoria política, a quien las encuestas colocan como la mejor opción no sólo de este partido sino de toda la oposición. Se trata de Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo del excandidato presidencial del PRI del mismo nombre asesinado en 1994. El joven Colosio es el actual Alcalde de Monterrey, apenas su segundo cargo político luego de que en 2018 ganó la Diputación local por el Cuarto Distrito en Nuevo León.
Para muchos, el que comparta el mismo nombre de su padre puede ser el factor de que aparezca en la cima de la mayoría de las mediciones. Por ejemplo, Reforma lo situó como el principal aspirante de MC, con el 37 por ciento, muy por encima del ocho por ciento al Gobernador Samuel García, con mayor trayectoria; y del seis por ciento al mandatario Enrique Alfaro, otro presidenciable naranja que se ha visto opacado por el joven Luis Donaldo. En tanto, Massive Caller lo ve como el segundo mejor aspirante de Va por México —es decir fuera de MC— sólo por debajo de Ricardo Anaya, y para Enkoll es por más de 20 puntos de diferencia el virtual candidato presidencial emecista.
En la amplia lista de la oposición también hay políticos con una larga trayectoria que no han tenido suerte al momento de buscar contender en una elección. Uno de ellos, es el Diputado Santiago Creel, quien en este sexenio ha logrado tener cierto control en el panismo. El exsecretario de Gobernación de Vicente Fox ya conoce las hieles de la derrota. En 2005 no pudo obtener la candidatura del PAN aún cuando estaba en su mejor momento político, ahora en las encuestas tiene los números más bajos.
Otra panista que está en esa misma línea es la también Diputada Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón. La legisladora figura en los primeros puestos rumbo a 2024, aún cuando en 2018 renunció a su candidatura independiente por la Presidencia, sobre la cual hubo señalamientos de irregularidades en la recolección de firmas que incluso le valieron ser multada por la autoridad electoral. Lo cierto es que aunque es vista como una presidenciable, como lo indican las encuestas, Margarita Zavala no ha confirmado aún sus intenciones.
MÁS ASPIRANTES EN LA MIRA DE LA JUSTICIA
Lejos de Anaya y Colosio, los dos principales aspirantes de la oposición para 2024, otros nombres han salido a relucir, ya sea porque han sido mencionados como posibles presidenciables o porque se han destapado ellos mismos. En esta lista figuran varios nombres que enfrentan señalamientos importantes de la justicia.
Por parte del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, su actual dirigente también conocido como “Alito”, se auto destapó hace un año para la contienda presidencial de 2024, una situación que le ha valido cuestionamientos dentro del tricolor y sobre la cual él no ha vuelto a insistir. Aunque esto representa, por mucho, el menor de los problemas del líder priista, quien es además investigado por la FGR y por la Fiscalía de Campeche por supuesto enriquecimiento ilícito, lo cual lo ha llevado a decirse un perseguido político. Actualmente “Alito” enfrenta un proceso de desafuero en el Congreso, el cual está pendiente, mientras su nombre ni aparece en las encuestas.
Otro miembro de la oposición con una investigación a cuestas y que ha sido destapado para la grande, es el exgobernador de Michoacán Silvano Aureoles Conejo, a quien el dirigente perredista Jesús Zambrano reconoció como una de las cartas fuertes del partido que en la próxima elección presidencial luchará para no perder el registro. Silvano además de enfrentar señalamientos de la actual administración estatal, que encabeza el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, por presuntas irregularidades, es objeto de una investigación por una presunta red de corrupción que tejió desde que era Diputado federal y luego Gobernador para desviar recursos públicos a través de empresas fachadas y lavadores de dinero, como reveló SinEmbargo.
Esta lista de aspirantes en la mira de la justicia también la integró a lo largo del año el ahora exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien enfrenta una orden de aprehensión por delincuencia organizada desde el pasado 5 de octubre, misma que no ha sido cumplimentada a la fecha por la Fiscalía General de la República (FGR), que encabeza Alejandro Gertz Manero.
Cabeza de Vaca fue visto por el dirigente panista Marko Cortés como una de sus opciones para 2024. Eso parece haber cambiado cuando el exmandatario dejó el Gobierno de Tamaulipas en medio de investigaciones por delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y fraude fiscal. Aún así, distintos reportes han señalado como busca una especie de salvoconducto por medio de una senaduría que está vacante y que le permitiría llegar al 2024 con fuero.
LILLY TÉLLEZ, QUADRI, ZAVALA Y CREEL
A finales de noviembre una encuesta realizada por Buendía & Márquez para El Universal colocó entre las principales opciones de la oposición a la Senadora Lilly Téllez, quien llegó a su escaño abrazada de Morena y que tan solo en unos años pasó de considerar que Andrés Manuel López Obrador llevaba alegría a cada lugar que visitaba a pedir, ya como panista, que lo encarcelaran.
La casa encuestadora reveló que el de Lilly es el segundo nombre más conocido de la oposición detrás del Diputado federal Santiago Creel. Periodista de profesión, la Téllez asegura que tan sólo con la senaduría que tiene, que es su primer cargo político, puede ser la Presidenta de México. Enkoll, por ejemplo, la pone a 7 puntos de alcanzar a Anaya, el panista mejor colocado.
Lilly Téllez ha cruzado todos los espectros de la política en tiempo récord para su beneficio personal. Se tomó de la izquierda y usó el tsunami de 2018, provocado por Andrés Manuel López Obrador, para llegar al Senado de la República. Luego renunció a ese movimiento, se brincó al PAN y no se detuvo allí: pronto se pasó hasta la ultraderecha, con la que tiene muchas cosas en común: en septiembre pasado firmó la Carta Madrid “contra el comunismo” promovida por Vox.
Y muy pronto, apenas se le vino una ola de críticas —incluso dentro del PAN—, se separaría en el discurso de Vox. “Firmé la Carta Madrid porque es un contrapeso al Foro de Sao Paulo. Fue a título personal; no tengo alianza de ningún tipo con Vox”, escribió. “Detesto los extremismos […]”, dijo pese a que brincó en apenas tres años, de un extremo al otro.
Otro personaje similar que también ha sido abrazado por el panismo, es el excandidato presidencial Gabriel Quadri, quien en el proceso presidencial de 2012 se quedó rezagado del resto de los candidatos con un millón 146 mil 85 votos. Incluso en esa ocasión fue superado por el número de votos nulos que ascendieron a un millón 236 mil 857.
Pese a los números alcanzados hace una década, el Diputado panista ha manifestado su intención de contender por la candidatura de la oposición de 2024, con la alianza Va por México, e incluso se lo ha manifestado al dirigente panista Marko Cortés, quien no lo ha nombrado en su lista de aspirantes, aunque no figura en ninguna encuesta seria.
En el Congreso ha sido identificado con la corriente conservadora del PAN al adoptar una postura que ha sido calificada como transfóbica, luego de decir que la comunidad trans quiere “desaparecer el concepto, identidad, igualdad sustantiva y derechos de las mujeres”. Sus palabras le valieron en diciembre pasado una condena por parte de esta comunidad así como por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y, tiempo después, el ser expulsado de un programa en vivo en CNN.
Antes ha protagonizado otras polémicas como cuando el 12 de enero de 2019 dijo que si México “no tuviera que cargar” con Guerrero, Oaxaca y Chiapas, sería una potencia emergente, una postura que le valió cuestionamientos por parte de mandatarios, políticos y defensores de derechos humanos, quienes le exigieron una disculpa al tiempo que lo calificaron de segregacionista.
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