A pesar de su edad, mujeres migrantes mayores de 60 años no quitan el dedo del renglón para alcanzar el eterno sueño americano, y así poder ayudar a su familia que se quedó en su país de origen; por ello, aunque sea peligroso, buscan llegar a toda costa a Estados Unidos.
Las mujeres de la tercera edad mencionaron que salen de su país por la crítica situación económica que viven, falta de apoyos de las autoridades, violencia, pandillas y por el encarcelamiento de sus hijos, quienes, según ellas, son inocentes de las acusaciones de estar ligados a bandas delincuenciales.
En Honduras no tenemos trabajo, nadie nos ayuda y nos venimos para acá porque dicen que aquí ayudan a uno».
Lilian Gómez, mujer migrante originaria de Honduras
Lilian Gómez, originaria de Honduras, quien se encuentra en la ciudad de Tapachula desde noviembre del año pasado, expresó que ella salió de su país por la falta de trabajo, que es lo que pretende obtener cuando llegue a Estados Unidos.
La mujer centroamericana viaja con su hija y un nieto, y para poder cubrir sus necesidades básicas presta sus servicios en las casas para realizar las tareas domésticas de familias de la localidad.
“En el país (Honduras) no tenemos trabajo, nadie nos ayuda y nos venimos para acá porque dicen que aquí ayudan a uno. Suelo trabajar para ayudar a mi hija, así como a mí”, expresó mientras realiza los trámites de asilo en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Por lo pronto, pidió ayuda a las autoridades mexicanas, pero manifestó que su sueño es ir más arriba, llegar a Estados Unidos y trabajar en esa nación, aunque sea una adulta mayor.
En este mismo sentido, Ana Rosario Zamora, originaria de El Salvador, mencionó que están migrando por temor, pues existe miedo de madres a hijos e hijos a madres, porque los están metiendo a la cárcel acusados de tener vínculos con los maras, aun cuando son inocentes.
Hay personas que están en Tapachula sólo con la ropa que traían cuando salieron de su país. Nadie se acerca a ellos en esta ciudad».
Ana Rosario Zamora, mujer migrante originaria de El Salvador
“Estamos migrando también para buscar ayuda de algún gobierno, ya sea de uno o de otro país, pero tampoco sucede y no tenemos más opción que seguir buscando llegar a los Estados Unidos”, manifestó.
Destacó que la intención de las personas de la tercera edad y no adultas mayores es que están migrando por necesidad, violencia, pandillas y todos los factores que afectan a Centroamérica.
Dijo que sigue luchando a sus 65 años de edad contra la pobreza y el bienestar de su familia, pues es mejor que estar pasando hambre y vivir con miedo en su país.
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Comentó que la travesía “es muy peligrosa, ya que se exponen a riesgos, sufren hambre, sol, lluvia y de todo, pero a pesar de ello las personas siguen migrando por el sueño americano de ayudar a su familia”.
Pidió al gobierno federal que dé trabajo, brinde salud, alimentos y que los ayude en lo máximo posible, o simplemente que los dejen pasar por territorio nacional para alcanzar al país norteamericano.
«Hay personas que están en Tapachula sólo con la ropa que traían cuando salieron de su país. Nadie se acerca a ellos en esta ciudad y para sacar el permiso de Comar vamos a pasar mucho tiempo. Nos faltan muchos riesgos aún», manifestó la mujer salvadoreña.
De acuerdo con las autoridades migratorias, la migración de ancianos únicamente alcanza un promedio de 10% a 15% de quienes buscan llegar a la nación norteamericana.
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