Hoy les traigo la crónica de la audiencia número 14 de Emilio Lozoya.
Como les comenté en la columna del lunes, en esta audiencia continuarían viendo qué pruebas se desechan y el juez debería fijar la fecha para la apertura del juicio oral y justo eso sucedió.
De entrada, les cuento que comenzó a tiempo, 2:00 pm, y que la FGR a las 20:40 pm pidió para…
Emilio Lozoya, por los delitos de:
1.- Asociación delictuosa: 10 años de prisión y 300 días de multa.
2.- Cohecho: 14 años y 150 días.
3.- Operaciones con recursos de procedencia ilícita: 22.6 años y 7 mil 500 días.
Total: 46 años de prisión y 87′202,422 pesos de multa.
* Inhabilitación por 14 años.
* Decomiso de su casa de 3,578 mts2 en Ixtapa.
Gilda Margarita Lozoya, por los delitos de:
1.- Asociación delictuosa: 10 años de prisión y 300 días de multa.
2.- Operaciones con recursos de procedencia ilícita: 11.3 años y 3 mil 700 días de multa.
Total: 21.3 años de prisión y una multa de 262,287 pesos.
Declaraciones inéditas…
Acto seguido, el mismo fiscal le dijo al juez que lo respetan muchísimo, pero que presentarán las apelaciones que ellos consideren pertinentes, por lo que le pedían a la mayor brevedad copia y video de la audiencia y que, para evitar reposiciones innecesarias -inhale y exhale-, suspendiera el auto de apertura de juicio oral. ¡Quihúboles!
En el turno de la defensa, también le pidió se reservara la apertura a juicio oral, hasta que se solventen los recursos y las demandas de amparo. Le avisaron que ya habían interpuesto una demanda de amparo por la falta de personalidad de Pemex y la UIF, para saber a quién deben de depositarle la reparación del daño por Odebrecht y Agronitrogenados.
Redoble de tambores
A las 21:05, el juez le preguntó al secretario de acuerdos: ¿tenemos algún oficio? No, su señoría. No hay ningún tipo de suspensión, respondió.
Entonces, el juez continuó con la audiencia e informó: “Siguen las medidas cautelares de la señorita Gilda, en arraigo domiciliario, y la del señor Emilio Lozoya, que es prisión preventiva justificada”.
“En cinco días daré el auto de apertura al juicio oral”.
Tómala barbón, los ignoró, pero en cualquier momento el juicio oral se quedará en pausa por los amparos e impugnaciones.
¿Lozoya saldrá del Reclusorio Norte?
No, seguirá vestido de beige y, de acuerdo con los expertos, lo seguirá haciendo durante todo el sexenio. A menos que gane el amparo por la prisión preventiva justificada que interpuso hace como un año.
Milo, al principio de la audiencia traía el tapabocas y se lo quitó; lo que no se quitó para nada fue su reloj, que distrajo la atención de propios y extraños, pues las apuestas están entre que si es un reloj inteligente o un Casio vintage de los macrocaros. ¿Usted cuál cree que es?
Lo escuchamos defenderse
Primero pidió la palabra a las 16:57 para pedir que no se aceptaran sus declaraciones patrimoniales, porque eran parte de su vida privada, y traían información de su esposa, hijos, bienes patrimoniales, cuentas y porque, dijo, violentan sus derechos fundamentales. Sin embargo, el juez las aceptó, pues el propio justiciable (así se refirieron a él), voluntariamente como funcionario público, las presentó ante la SFP.
La primera sonrisa que le vimos en mucho tiempo se dio a la cuarta equivocación de su abogado Rojas Pruneda, al decir Rusia en lugar de Suiza cuando hablaban de su información bancaria. Entre broma y broma, dicen, la verdad se asoma, y muchos decían que seguro es que ya le bajó la novia rusa, pero no, él contó que su esposa es rusa.
Tremendo zapato
En esta audiencia la ganadora fue, sin duda, la defensa, pues logró que le aceptaran todas las pruebas que la FGR quiso desechar; le aplicaron un tremendo zapato. Y en todas participó Lozoya pidiéndole que las aceptara (las pruebas) para demostrar su inocencia y el esclarecimiento de la verdad.
Con decirles que el juez hasta le aceptó que testificaran su hermano y su papá, para que nos platiquen cómo fue su infancia, adolescencia y edad adulta. ¡Ver para creer! Así como un acta de nacimiento de alguien de su familia en el extranjero. Porque, en la teoría del caso de la defensa, como Lozoya es rico y recibió educación en las mejores escuelas y tiene una súper familia, no pudo robar ni hacer nada ilícito. O sea, para Lozoya y su defensa, si eres pobre, eres corrupto y robas.
Para las 17:54 pm la UIF quiso meter más pruebas y ¿qué creen? ¡Que no hubo forma, por estar fuera de tiempos! Les digo, tremendo zapato.
A las 18:22, una vez más Emilio pidió que sus medios de pruebas no fueran excluidos, y con la soberbia que lo caracteriza, dijo, “es la primera vez que escucho que la FGR dice que el contrato de Tula 1 fue legal” y se burló con tremenda sonrisa.
Y que le contesta el fiscal: “En nuestra teoría del caso nunca dijimos que fuera ilegal, sino que Emilio le hizo una promesa a Odebrecht de orientarlos”.
De hecho, el juez varias veces regañó a los fiscales por estar en la lógica del sistema viejo y no en la del nuevo sistema penal acusatorio. Atendiendo la teoría del caso de la defensa, no la suya, para poder acreditar o excluir los medios de prueba. Incluso Lozoya varias veces sonrió burlonamente y a las pruebas del video me remito.
Eran las 19:28 pm cuando el fiscal, entre desesperado y enojado, al tomar la palabra leyó el artículo 346 fracción 1 inciso B, que dice: son actos impertinentes o dilatorios el no referirse a los hechos controvertidos. “No estoy siendo terco, su señoría, solo soy un apasionado de mi defensa”.
Y Emilio contesta: “Puedo entender que quiera excluir mis medios de prueba, pero no estoy de acuerdo. Mis testigos dirán que yo jamás tuve que ver nada con el contrato de Tula 1″.
El juez, a todas las pruebas excluyentes para la FGR, UIF y Pemex, dijo son pertinentes y no son sobreabundantes.
En las cerezas
A la abogada Jeni Amelio, quien está en casa de los papás de Lozoya, donde está arraigada Gilda, nadie le ha dicho que siempre está a cuadro y que la vemos morderse los pellejos de las uñas, arreglarse el pelo cada cinco minutos, como si estuviera en un comercial de shampoo Caprice, reírse, arreglar sus fólders, morder las plumas, etcétera.
Ah, bueno, y cómo dejar de comentar que el administrador del centro de justicia, Pedro Serret, decidió meter a la prensa en un cuarto contiguo, después de que en abril del año pasado vimos vapear a Lozoya en la audiencia. Entonces, para curarse en salud nos prenden y apagan la tele, pero hay muchas veces que les falla el tiempo y lo hacen tarde. Del audio ni qué decir, está altísimo y rebota, por lo que cuesta mucho trabajo escuchar claramente, y si se pide que modulen el audio o el aire acondicionado los empleados dicen que no están a nuestra disposición. ¡Quihúboles! Ojo, nosotros no somos delincuentes a quienes están enjuiciando, vamos de trabajo y, si no quieren hacer esa chamba, pues que le reclamen a su director, ¿o no?
El cierre fue tipo final de capítulo de novela del Canal de las Estrellas, cuando doña Gilda le pidió al Presidente una vez más aceptarles el criterio de oportunidad y le preguntó: “¿Por qué si ya estaba aceptado en abril, una hora antes se suspendió y nunca se nos explicó? ¿Por qué persigue a las mujeres inocentes de mi casa? (señora, quién las involucró fue su hijo, no el Presidente) ¿Por qué los culpables no están en la cárcel? Usted siempre dice que no es tapadera de nadie, entonces…”.
Agárrense y váyanse por un fuerte.
“¿Por qué, si en más de dos ocasiones Pablo Gómez, de la UIF, ha dicho que hay evidencia contra EPN, no se ha procedido?”.
Se los dije, ¡se le fue a la yugular a EPN y, al mismo tiempo, a AMLO, al cuestionarlo de por qué no actúa!
Así el cierre.
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La columna se publicó originalmente en El Financiero reproducida aquí con permiso de la autora.
Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.