La última guerrilla que queda en Latinoamérica -el gobierno de Colombia, encabezado por Gustavo Petro, y el Ejército de Liberación Nacional (ELN)- costará este año a los mexicanos 116 mdp, gracias a la mediación que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador implementa en las negociaciones de paz.
Así se establece en un contrato que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) otorgó a la empresa Pública Entertainment S.A. de C.V., para la organización de las mesas de diálogo.
De acuerdo con los informes presentados por la cancillería en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) sobre contratos de obras, bienes y servicios que otorgó en el primer trimestre de este año, el contrato SRE/DGBIRM/C-LP-007/2023 entró en vigor en febrero pasado, luego de que México aceptó actuar como país garante del proceso de paz, junto a Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela.
“El objeto de este contrato es contar con los servicios integrales para la realización de ciclos de negociaciones de mesas de diálogo de paz en América Latina y El Caribe”, indica el documento, el cual tiene vigencia hasta el 31 de diciembre.
“México refrenda una vez más su vocación pacifista y solidaria al tiempo que seguirá defendiendo el diálogo y la solución pacífica de controversias, como el verdadero camino para la justicia entre los pueblos de América Latina y el Caribe”, añade en su justificación.
La empresa Pública Entertainment S.A. de C.V. tiene al menos dos contratos más por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores en los últimos dos años: para la organización de eventos nacionales, como la conmemoración del Día internacional de la mujer, y otros internacionales.
Dicha compañía aparece, además, con contratos millonarios asignados por otras dependencias del gobierno federal, como Fonatur, que, de acuerdo con el contrato 183/2020, pagó 100 millones de pesos por la logística de giras presidenciales, talleres, conferencias y demás actividades relacionadas con el Tren Maya, entre octubre de 2020 y diciembre de 2021.
México fue en 2021 anfitrión de las mesas de diálogo entre el presidente Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela, las cuales permanecen en pausa desde el año pasado. Con ello, nuestro país retomó el papel de mediador en la región, desde que encabezó el Grupo Contadora para la pacificación de Centroamérica en la década de los años 80.
La cancillería que actualmente encabeza Alicia Bárcena no reporta, sin embargo, gastos para las negociaciones entre Maduro y la oposición venezolana.
En cambio, la partida para las mesas de diálogo de este año entre el Ejército de Liberación Nacional y el gobierno de Gustavo Petro fue solicitada por la dirección general para América del Sur, responsable de la relación con Colombia.
Hasta el momento se han celebrado tres rondas de negociaciones para alcanzar el desmantelamiento del ELN. La primera en Caracas, Venezuela, la segunda en la Ciudad de México, la cual tuvo una duración de tres semanas, y la última en La Habana, Cuba, donde acudieron funcionarios mexicanos. La siguiente ronda está prevista para el 14 de agosto y de nuevo será en la capital venezolana.
La historia de México como acompañante de los procesos de paz de Colombia se remonta a 1992, cuando se adelantaron diálogos entre el gobierno del entonces presidente, César Gaviria, y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, que reunía a los tres rebeldes que existían en el país: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el ELN.
Las negociaciones habían iniciado en Venezuela, pero el golpe de Estado contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, en el llamado Caracazo, provocó que las delegaciones buscaran otra sede. Fue entonces que voltearon hacia México, país que organizó una mesa de diálogo en la ciudad de Tlaxcala.
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