Redacción El Coahuilense
Durante la homilía del III Domingo del Tiempo Ordinario el Papa Francisco pidió no prescindir de la Palabra de Dios, que como un diálogo, conmueve el corazón, se imprime en el alma y la renueva con la paz de Jesús que nos hace preocuparnos por los demás.
“Pero me pregunto: ¿por qué para muchos de nosotros no sucede lo mismo? Muchas veces escuchamos la Palabra de Dios, nos entra por un oído y nos sale por otro, ¿Por qué? Tal vez porque como nos muestran estos testigos, es necesario no ser “sordos” a la Palabra. Es el riesgo que corremos, ya que abrumados por miles de palabras, no damos importancia a la Palabra de Dios, la oímos, pero no la escuchamos; la escuchamos, pero no la custodiamos; la custodiamos, pero no nos dejamos provocar por ella para cambiar; la leemos, pero no la hacemos oración, en cambio «debe acompañar la oración a la lectura de la Sagrada Escritura para que se entable diálogo entre Dios y el hombre»”.
“Hermanos y hermanas, el Domingo de la Palabra de Dios nos ayuda a volver con alegría a las fuentes de la fe”.
De igual modo, el papa Francisco aseguró que reza por la paz en Ecuador, durante los saludos tras la oración del ángelus en la plaza de San Pedro.
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