Ciudad de México.- En agosto de 2017 Xóchitl Gálvez, entonces Jefa Delegacional de Miguel Hidalgo, reconocía que la violencia en esa demarcación se había desbocado, una problemática que atribuía a una responsabilidad compartida con el Gobierno de la Ciudad de México, y la cual exponía como acto de transparencia.
“Me sentía preocupada por cómo ha subido la violencia en la Miguel Hidalgo, subieron un 30 por ciento los homicidios, la mayoría fueron por arma de fuego, los asaltos también subieron, entonces decidí que sí es importante hacerlo público, porque muchas veces las cosas están en secreto y no se actúa”, expresó Gálvez en ese entonces a El Universal, según una nota publicada el 6 de agosto.
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Lejos de un bache, las cifras muestran que la entonces Delegación Miguel Hidalgo —el único gobierno que ha encabezado Xóchitl Gálvez— experimentó un crecimiento significativo en índices de violencia, particularmente en delitos del fuero común como homicidio doloso, feminicidio y asaltos, durante su gestión.
Los homicidios dolosos repuntaron un 88 por ciento en el 2016, el primer año completo de Xóchitl Gálvez como Delegada de la Miguel Hidalgo, ya que, de los 25 asesinatos registrados en 2015, al siguiente año ya eran 47, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En cuanto a los robos con violencia, estos delitos repuntaron en el año 2017, al crecer un 134 por ciento en comparación con el 2016. Otros delitos como abuso sexual, acoso sexual e incluso el narcomenudeo también registraron alzas.
Aunque, en cuanto a atribuciones de seguridad, las jefaturas delegaciones no tenían el mismo margen que las entidades federativas y de la Federación, sí contaban con responsabilidades y atribuciones.
De acuerdo con la Estructura Orgánica, dentro de las atribuciones de la Jefatura estaba: “ejecutar las Políticas Generales de Seguridad Pública que al efecto establezca el Jefe de Gobierno; coadyuvar con la dependencia de la administración Pública del Distrito Federal que resulte competente, en las tareas de seguridad pública y protección civil en la Delegación; así como formular, ejecutar y vigilar el Programa de Seguridad Pública de la Delegación en coordinación con las dependencias competentes”.
Durante su gestión, por ejemplo, vecinos de la colonia Escandón le reclamaron a la propia Gálvez los altos niveles de inseguridad. “Ladrón: si te cachamos nosotros sí haremos lo que Xóchitl Gálvez no hace”, se leía en una manta que los colonos desplegaron, molestos frente a la ola de robos y asaltos que se había desatado en la delegación, lo cual quedó documentado por el periódico Reforma al informar sobre las mantas que habían colocado vecinos del sector en las que exigían seguridad.
Xóchilt Gálvez inició su campaña electoral centrada en la problemática de la inseguridad, un tema que ha resaltado desde su precampaña. Para ello, eligió estratégicamente Fresnillo, Zacatecas, la ciudad con los mayores índices de inseguridad según el INEGI, como punto de partida. La abanderada de la Alianza Opositora prometió abordar la delincuencia con una política que recuerda a la estrategia de mano dura utilizada por Felipe Calderón en su sexenio.
“¡Se acabaron los abrazos a los criminales y la Ley será la Ley! ¡Se les acabaron los privilegios a los delincuentes; ¡quien la haga, la va a pagar! Seré una presidenta valiente. Para tener un México sin miedo, vamos a contener a las organizaciones criminales más violentas y agresivas de nuestro país”, expresó Gálvez, quien considera como “experiencia exitosa” la estrategia frontal utilizada en el sexenio calderonista que desencadenó una ola de violencia en el país durante casi 18 años.
Sin embargo, su experiencia en el combate de la inseguridad tampoco la coloca en la mejor posición para hablar de éxito.
La ahora candidata presidencial de la derecha estuvo al frente de la Delegación Miguel Hidalgo desde el 1 de octubre de 2015 hasta el 15 de marzo de 2018, seis meses antes de la conclusión de su periodo. A pesar de haber asegurado que no buscaría otro cargo antes de concluir su mandato, Gálvez renunció para postularse como senadora de la alianza PAN-PRD-MC en la Ciudad de México.
En el periodo de 2015 a 2018, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal también eran jefes delegacionales de Tlalpan y Cuauhtémoc, respectivamente.
En el año 2016, primer año completo de Xóchitl Gálvez como Delegada, los homicidios dolosos en esa demarcación totalizaron 47, lo cual representó un aumento del 88 por ciento en comparación con el año 2015, cuando se registraron 25 asesinatos. Estos datos provienen de una exhaustiva consulta y análisis realizados con la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Asimismo, en ese mismo año, los casos de abuso sexual experimentaron un incremento del 15.90 por ciento, ya que las carpetas de investigación por este delito pasaron de 88 en 2015 a 102 en el siguiente año. En cuanto al acoso sexual, en términos de denuncias, registró un aumento significativo del 375 por ciento, al pasar de cuatro casos en 2015 a al menos 19 denuncias.
Incluso delitos como el narcomenudeo tuvieron un incremento del 42.80 por ciento, pues pasaron de 42 a 52. En tanto que la categoría denominada “otros delitos que atentan contra la libertad personal” y otros “delitos del fuero común” tienen alzas de 44.68 y 41.29 por ciento, respectivamente.
Respecto al robo con violencia, delito que afecta de manera sensible a la Ciudad de México, en el año 2016, si bien no hubo un aumento general, ya que se registraron al menos 1031 robos con violencia de diferentes tipos en comparación con los 1190 de 2015; al analizar en detalle las modalidades de robo con violencia, se presentó un alza del 6.76 por ciento en el robo de autos con violencia, pasando de 133 casos en 2015 a 142 en 2016. Los robos de motocicleta con violencia también crecieron en un 52.17 por ciento, aumentando de 23 asaltos a 35. Por último, los asaltos en transporte individual subieron un 6.06 por ciento, registrando 175 casos en 2016 en contraste con los 165 del año anterior.
SE DISPARAN LOS ROBOS CON VIOLENCIA
La inseguridad en la demarcación se intensificó notoriamente en el siguiente año: 2017. Durante este periodo, el robo con violencia aumentó en un 134.33 por ciento, pasando de mil 31 asaltos reportados en 2015 a 2 mil 416 en 2017. Además, los casos de feminicidio se duplicaron, pasando de dos casos en 2016 a cuatro en el siguiente año.
Aunque el homicidio doloso mostraba una reducción del 10.63 por ciento en sus 47 carpetas de investigación con respecto a las 42 carpetas de investigación abiertas en 2016; la cifra aún era un 68 por ciento mayor que los 25 casos registrados en 2015. Incluso el narcomenudeo repuntó en un 263.46 por ciento, concentrando 189 carpetas de investigación en comparación con las 52 del 2016.
En cuanto a los asaltos, la Delegación Miguel Hidalgo registró un aumento en nueve de las 18 modalidades de robo con violencia documentadas por las autoridades. Destaca el incremento del robo con violencia a negocios en un 138.73 por ciento, con 265 casos registrados en 2017 frente a los 111 de 2016.
Los asaltos a personas mostraron un drástico crecimiento. El robo con violencia a transeúnte en espacio abierto al público aumentó un 325 por ciento, pasando de ocho casos en 2016 a 34 en el siguiente año. El robo a transeúnte en vía pública (calle) subió un 112.5 por ciento, con 1 mil 989 carpetas registradas en 2017 en comparación con las 936 reportadas en 2016.
Los asaltos en el transporte también fueron preocupantes. El robo con violencia en transporte individual creció un 54.85 por ciento, con 446 casos en 2017 comparados con los 175 de 2016. En transporte público colectivo aumentó un 134 por ciento, pasando de 50 casos en 2016 a 117 en 2017, y en transporte público individual (taxis) subió un 90.90 por ciento.
En cuanto al robo de automóviles de cuatro ruedas, se registró un aumento del 4.22 por ciento, pasando de 132 casos en 2016 a 142 en 2017, y el de motocicletas un 42.85 por ciento ya que de 35 motos robadas con violencia en 2016 subió a 50 en 2017.
EL MANDO ÚNICO ERA DEL JEFE DE GOBIERNO
Xóchitl Gálvez no dudaba en reconocer que existía un problema de inseguridad, pero enfatizaba que era en la Ciudad de México en general donde existía una crisis de inseguridad, pero afirmaba que le correspondía al Gobierno capitalino, en aquel entonces, encabezado por Miguel Mancera, atenderla.
“Esa (seguridad) es responsabilidad del Jefe de Gobierno, a mí lo que me toca es alumbrar las calles, que eso es en lo que estoy trabajando de manera importante, me toca que las calles estén limpias y ordenadas, Me toca trabajar con los jóvenes infractores, cosas que estamos haciendo ahorita tenemos”, expresó la entonces delegada en una conferencia ofrecida y mostrada en redes sociales en marzo de 2016.
En ese entonces, la delegada enfatizaba que la crisis de inseguridad en la Ciudad de México se manifestaba en el aumento significativo de delitos de alto impacto, situando los índices delictivos en niveles comparables a los de hace dos décadas y acusaba que la policía no se enfocaba en las tareas que verdaderamente corresponden a su competencia, sino que su atención se desviaba hacia infracciones menores, como multar camiones de cemento o intervenir en mudanzas, distrayendo a las fuerzas del orden de abordar problemas más urgentes.
También argumentaba que el Nuevo Sistema de Justicia Penal contribuyó a la complejidad del problema, ejemplificando que, aunque se identificaba a un presunto delincuente, la falta de denuncia por parte de la víctima dificulta su procesamiento, resaltando la necesidad de contar con elementos de prueba adecuados bajo el nuevo marco legal.
Más adelante, Gálvez insistía en que uno de los principales conflictos era la falta de coordinación y hablaba de la presencia del crimen organizado:
“Hay una responsabilidad compartida, nosotros no tenemos el mando de la policía. En un momento dado, yo llegué como delegada y le pedí al jefe de Gobierno y a Hiram Almeida [secretario de Seguridad Pública] que me dieran el mando de la policía, yo tenía ganas de orquestar los operativos y de nombrar al director de la zona y a los jefes de sector, pero no fue posible, entonces sí trato de asistir a las reuniones de gabinete”, explicaba, según documenta El Universal.
Víctor Sánchez, doctor en Políticas Públicas por el CIDE y especialista en seguridad, explicó en entrevista con SinEmbargo que en cuanto a la responsabilidad de las autoridades locales, los jefes delegacionales como los alcaldes juegan un papel crucial en la seguridad de sus respectivas regiones o demarcaciones.
El especialista destacó que, aunque la Ciudad de México presenta particularidades debido a su lógica de centralismo y, aunque la atención suele centrarse en la Jefatura de Gobierno, los alcaldes también deben asumir la responsabilidad de prevenir y enfrentar delitos locales, dejando a las autoridades federales el manejo de casos relacionados con narcotráfico.
Fue en ese periodo – 2016 – cuando el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y hoy aliado en la campaña de Xóchilt, Miguel Ángel Mancera negaba tajantemente la presencia de grupos del narcotráfico en la capital a pesar de informes, detenciones de capos y eventos de alto impacto que se registraban en la capital.
El ahora Senador perredista insistía en que la capital del país no era “centro de operaciones” del crimen organizado incluso aún después de la detención del presunto capo sinaloense Dámaso López Núñez en la colonia Nueva Anzures, de la Delegación Miguel Hidalgo, en el año 2016.
Mientras el gobierno perredista de Mancera trataba de ocultar la presencia e incursión de los grandes cárteles de la droga; desde el extranjero, en el año 2015, un informe de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) ya identificaba a cinco cárteles de la droga en la capital: Los Beltrán Leyva, el Cártel del Golfo, Los Zetas, el Cártel de Sinaloa y células restantes de Los Caballeros Templarios.
“Los gobiernos locales son los primeros respondientes”, destacó el especialista.
Robos a mano armada, secuestros, robos de vehículos, fraudes con tarjetas de crédito eran parte de las principales preocupaciones que destacaba el gobierno de Estados Unidos.
La narrativa impulsada por el entonces Gobierno capitalino, que se extendió desde el 2015 hasta el final de su mandato, generó en su momento la indignación y rechazo de varios sectores, quienes reclamaban que no reconocer los problemas en la capital mexicana solo acrecentaba el problema.
A la par, crecían las denuncias ciudadanas, detenciones de capos, ejecuciones y actos violentos, como el “levantón” de 13 jóvenes del bar Heaven en 2013, el asesinato de cinco personas en la colonia Narvarte en 2015, entre otros, evidenciaban que los grupos del crimen organizado estaban presentes en la Ciudad de México.
Fue hasta que José Ramón Amieva, quien ocupó el cargo de Jefe de la Ciudad de México por al menos ocho meses en 2018, luego de que Miguel Ángel Mancera pidiera licencia para integrarse a la campaña presidencial de Por México al Frente, que reconoció que los grupos de narcomenudistas tenían potenciales alianzas con cárteles de la droga asentados en los estados de Jalisco, Morelos y Guerrero.
La Alcaldía Miguel Hidalgo ha sido identificada como una región de alta rentabilidad para organizaciones criminales, según explica el especialista Víctor Sánchez, pues es en esa demarcación a menudo una opción para organizaciones criminales de mayor envergadura.
Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, presunto integrante del Cártel de Sinaloa y de quien se mencionaba que disputaba parte del liderazgo de la misma organización a los “Chapitos”, los hijos de Joaquín Guzmán, El Chapo, fue detenido el pasado 2 de mayo por elementos del Ejército Mexicano que lo ubicaron en un edificio de departamentos de la colonia Nueva Anzures.
Antes que él, en esa misma demarcación habían sido detenidos otros prominentes presuntos integrantes del narcotráfico sinaloense, como Vicente Carrillo Leyva, hijo del fallecido capo Vicente Carrillo Fuentes y detenido en 2009, mientras hacía ejercicio en un parque de la colonia Bosques de las Lomas.
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