Ciudad de México.- La detención de Ismael “El Mayo” Zambada García, capo de la vieja escuela que nunca había pisado prisión hasta hoy, y de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, su compadre, ha estado marcada por una serie de cuestionamiento en torno a cómo Estados Unidos detuvo en su territorio a dos capos que cruzaron la frontera en una avioneta privada. El principal de ellos es si fue una captura o una entrega, una interrogante que se planteó el viernes con insistencia en la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las versiones encontradas sobre la forma en que Estados Unidos logró el arresto de los dos capos han marcado el hecho mismo. Algunos informes sugieren que ambos se entregaron voluntariamente, mientras que otros hablan de una captura mediante engaños o incluso un “secuestro” en territorio mexicano antes de ser arrestados en Estados Unidos. Frank A. Pérez, abogado de Zambada García, aseguró a Los Ángeles Times que su cliente “no se entregó voluntariamente, fue contra su voluntad”.
La posibilidad de que un mexicano acusado por EU sea secuestrado por agencias estadounidenses no es descabellada. En el año de 1990, el médico Humberto Álvarez Machain fue secuestrado en Guadalajara por policías mexicanos y agentes de la DEA, quienes lo trasladaron ilegalmente a Estados Unidos para someterlo a juicio por su supuesta participación en el asesinato del agente de la Agencia Antidrogas de EU, la DEA, Enrique “Kiki” Camarena perpetrado el 9 de febrero de 1985, un crimen por el que la DEA ha guardado resentimiento por años.
“Si fue un arresto, se estaría violando la soberanía mexicana porque lo que aparentemente sucedió es que esa operación se realizó desde México, porque desde México se tomó ese avión que llegó a Estados Unidos. Es una cuestión muy delicada porque esto muestra, en primer lugar, que no hay confianza por parte de las autoridades estadounidenses hacia las autoridades mexicanas. Lo hicieron completamente bajo sus reglas, en territorio mexicano, y llevaron a este personaje a Estados Unidos. Esto viola todo tipo de soberanía y además muestra una falta de confianza, de cooperación y de información con México. A mí me parece muy delicado. De cualquier forma, si fue una entrega, ¿por qué no lo hicieron directamente desde México en un avión que vino desde Hermosillo, Sonora, hacia Estados Unidos? Hay algo que no nos están explicando muy bien,” expresó Guadalupe Correa Cabrera, profesora-investigadora de Política y Gobierno y especialista en temas de seguridad, estudios fronterizos y relaciones México-Estados Unidos, en entrevista con SinEmbargo.
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El especialista en seguridad Edgar Guerra Blanco, investigador del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), coincidió en que la operación para arrestar a “El Mayo” Zambada, sugiere no solo una falta de confianza de las autoridades estadounidenses hacia las mexicanas, sino también una violación de la soberanía nacional.
“Esto tiene que ver, por supuesto, con el tema de la cooperación bilateral. En términos de soberanía, evidentemente esto tiene implicaciones que violan la soberanía nacional. Hasta donde se puede ver, hay una intromisión directa de las autoridades estadounidenses en territorio mexicano. Sabemos que, a partir del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se habían detenido este tipo de operativos, y entonces, si se confirma esto, pues hay una clara flagrancia a los acuerdos de cooperación bilateral y, evidentemente, incluso una violación a la soberanía nacional. Entonces, creo que es un tema tan importante,” señaló el analista.
México quedó excluido de la operación; las autoridades se enteraron casi al mismo tiempo que la población civil, como lo evidenciaron las respuestas de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y del Presidente López Obrador, cuyas expresiones mostraban una evidente molestia ante los hechos. Y es que no es la primera vez que ocurre.
—¿Sorprendió la noticia? —se le preguntó el viernes a Rosa Icela Rodríguez.
—Como a todos —respondió la Secretaria de Seguridad federal.
Normalmente una operación de este perfil y magnitud implicaría una estrecha colaboración entre ambos países, especialmente dada la larga historia en asuntos de seguridad y narcotráfico. Los analistas consultados indicaron que el hecho de que las autoridades mexicanas no estuvieran informadas sobre la captura de “El Mayo” Zambada, especialmente en el contexto de su relación con la DEA, representa un punto cúspide en las tensiones entre la agencia y el Presidente López Obrador.
Correa subrayó que tales acciones son una clara transgresión de los acuerdos bilaterales establecidos, mientras que Guerra enfatizó que es crucial esclarecer los detalles del operativo para entender plenamente el alcance de la intromisión.
Casos anteriores como la investigación y captura del General Salvador Cienfuegos y la operación “Rápido y Furioso”, donde Estados Unidos llevó a cabo acciones en territorio mexicano sin informar adecuadamente a sus contrapartes, son botones de muestra que este tipo de acciones son recurrentes por parte de la agencia antidrogas.
“Esta afrenta no es de hoy, esta afrenta y estas prácticas, que violan cualquier intento de cooperación, no son de ahora, han sido de siempre. Por ejemplo, el caso Cienfuegos: hubo una investigación que se estuvo realizando en territorio mexicano sin el conocimiento de las autoridades mexicanas. La operación Rápido y Furioso, primero se dijo que no se sabía nada, después salió que sí. La investigación (contra AMLO) que fue filtrada a diferentes medios de comunicación, como ProPublica y Tim Golden. Estas filtraciones tienen que ver con el trabajo que hace la DEA y que no comunica a México. Esto es simplemente otra más de las acciones extra institucionales de la agencia antinarcóticos estadounidense”, señaló Correa Cabrera.
Edgar Guerra, al igual que Correa, considera que esta detención también tiene que ver con el tema electoral. “El tema electoral, por supuesto, es un tema fundamental para entender este movimiento en el ajedrez político de Estados Unidos y en el ajedrez geoestratégico regional. Sin duda alguna (la captura) va a ser un tema que va a estar presente de manera permanente y muy intensa en la opinión pública estadounidense y evidentemente también va a generar presiones al Gobierno mexicano”, expresó el analista.
Además de las implicaciones para la soberanía y la cooperación bilateral, Correa y Guerra señalaron que la detención de “El Mayo” Zambada podría influir en la reorganización del crimen organizado en México.
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No obstante, aunque la captura de líderes criminales genera un impacto inicial, ambos expertos sugieren que el impacto en la reconfiguración del Cártel de Sinaloa y en la violencia asociada será limitado, pues advirtieron que las estructuras delictivas tienden a reconfigurarse, manteniendo su operación a largo plazo.
“Desde mi punto de vista, la detención de los líderes, si bien coyunturalmente cimbran estructuras y dinámicas delictivas, lo cierto es que esto se estabiliza a mediano y largo plazo porque recordemos que la delincuencia vinculada al tráfico y producción de drogas es una delincuencia que funciona de forma sistémica, entonces, independientemente de si caen o no líderes, sean apresados o no, la dinámica delictiva continúa funcionando”, destacó Edgar Guerra.
Por su parte, la profesora Correa destacó que tanto el Cártel de Sinaloa como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han adoptado estructuras descentralizadas, operando a través de células o “franquicias” criminales que no dependen de un liderazgo centralizado y que dicha descentralización ha permitido que el Cártel de Sinaloa diversifique sus actividades y mantenga estabilidad, incluso con la detención de líderes clave.
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“Se han diversificado sus operaciones y así se ha descentralizado su operación. Entonces, realmente, como dijo Ismael ‘El Mayo’ Zambada en esta histórica entrevista que le hizo Julio Scherer, ‘A mí me arrestan y no va a pasar absolutamente nada’. No va a pasar nada y mucho menos con la estructura actual del Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. ¿Por qué? Porque la violencia se explica desde el punto de vista local y las redes de protección son a nivel local”, abundó Correa.
En cuanto a la sucesión de liderazgo dentro del Cártel, ambos expertos coincidieron en que es difícil predecir quién podría asumir el control del cártel. Correa no descarta que las facciones internas ya podrían estar preparadas para una transición, mientras que Guerra destaca la posibilidad de una reorganización más amplia dentro del Cártel, sin necesariamente desintegrarse.
“El hecho de que (los principales cabecillas) o estos líderes del cártel se encuentren ya en Estados Unidos presos, quizás no signifique el fin del Cártel de Sinaloa, pero quizás sí implique una reorganización interna. ¿Cuáles serían los sucesores? No podría aventurar una afirmación de esa naturaleza. Va a depender mucho de lo que ocurra en estas semanas o en estos días, pero yo insisto, no creo que haya una pulverización del cártel como tal, al menos en las siguientes semanas o meses. Ahí hay grupos todavía muy fuertes; se van dividiendo, hay una diferenciación de funciones, entonces estos grupos van a tratar de apoderarse de los liderazgos. Pero cuál va a ser el grupo que gane, difícilmente podría darte una respuesta en ese sentido”, detalló el investigador del Conacyt.
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