Redacción El Coahuilense
Alrededor de 210 habitantes de la comunidad La Esperanza en el municipio de Chenalhó, regresaron este viernes a sus hogares tras huir el pasado 31 de julio de la violencia generada por un grupo armado vinculado al crimen organizado, confirmaron las autoridades comunitarias.
El delegado de Protección Civil de la zona, Inti Contreras Escamilla, aseguró que el regreso de las familias se genera después de que las autoridades estatales instalaron una Base de Operaciones Mixtas conformada por la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Policía Estatal.
“Las personas y familias de estas localidades estuvieron resguardadas aquí en la cabecera municipal con asistencia y atención médica de Protección Civil e IMSS Bienestar para su confort y estuvieran mientras resguardadas y con las necesidades básicas cubiertas, ahorita ya se dan las condiciones y regresan a sus domicilios”, informó el funcionario estatal.
Uno a uno los desplazados subieron a las unidades proporcionadas por la Secretaría de Protección Civil, las cuales eran resguardadas por elementos de la policía estatal durante los más de 40 kilómetros, desde la cabecera municipal hasta llegar a la escuela rural de la comunidad.
A pesar del miedo que persiste los pobladores decidieron regresar para intentar rescatar su patrimonio, luego de que las olas de violencia los obligaran a salir de sus hogares y desplazarse a otra región.
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“Teníamos miedo y salimos corriendo, es difícil (…) mi municipio de Chenalhó no nos apoyó, ellos ni siquiera se presentaron con nosotros ni siquiera nos dio un vaso de agua, nosotros solicitamos directo”, expuso una civil .
Habitantes de la comunidad afectada, esperan que las autoridades de los tres niveles de gobierno no los abandonen, ya que solicitaron vigilancia constante y ayuda humanitaria, debido a que ya no pueden acudir a los campos agrícolas por las constantes alarmadas que reciben de la presencia de hombres armados.
A finales del mes de julio, hombres armados vestidos con ropa negra cubiertos del rostro y con armas de grueso calibre, irrumpieron en las localidades de El Carmen y la Esperanza, abriendo fuego y tomaron el control del lugar, obligando así a los habitantes a buscar un refugio fuera de su comunidad.
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