Por Álvaro Delgado Gómez
Ricardo Salinas Pliego es el magnate de México que con mayor celeridad y eficacia se ha movido para cortejar a Donald Trump, más que Carlos Slim Helú, el más rico del país. Aunque éste asistió a la celebración de investidura, en Washington, el propietario del conglomerado Grupo Salinas tuvo mayor protagonismo, pese a su ausencia personal, como patrocinador económico de la cena que encabezó Donald Trump hijo, sin contar las relaciones no publicitadas que se han establecido.
El ansia de cercanía de Salinas Pliego con Trump se explica por los negocios que tiene en Estados Unidos, sobre todo las millonarias remesas de los migrantes y la eventual reactivación de Azteca América —su televisión para la comunidad mexicana que fracasó—, pero también lo excita su afinidad ideológica de extrema derecha y un proyecto político compartido para México, a cuyo Gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum aborrece y combate de manera abierta después de que con Andrés Manuel López Obrador no se cumplieron todos sus caprichos.
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Grupo Salinas desembolsó millones para el Hispanic Inaugural Ball 2025, un evento que formó parte de la toma de protesta de Trump, celebrado la noche del domingo 19, donde el hijo mayor del Presidente estadounidense se retrató con la delegación encabezada por Alejandro Valenzuela, el presidente de Banco Azteca que fue el vocero de Ernesto Zedillo para defender el Fobaproa, y Luis Echarte, el estadounidense de origen cubano que es el operador político personal de Salinas Pliego en ese país.
A pesar de que detesta al Gobierno de Sheinbaum, Salinas Pliego también tiene conexiones ahí: El embajador en Washington, Esteban Moctezuma, fue su empleado en Fundación Azteca, y los secretarios de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, y de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, comparten membresía en el Aspen Institute, asociación de origen estadounidense que agrupa a empresarios, académicos y opinadores.
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Así, el proyecto político-empresarial de Salinas Pliego para México está en marcha y, con el triunfo de Trump para un segundo periodo presidencial y su pretensión de un tercero, no debe descartarse que busque ser Presidente de la República en 2030. En edad, es nueve años menor que el estadounidense, posee una amplia red político-ideológica-mediática-intelectual, la oposición está devastada y urgen nuevos liderazgos.
El escenario nacional e internacional también es propicio para que Salinas Pliego, como parte de las figuras disruptivas de Javier Milei, su amigo, Jair Bolsonaro y Giorgia Meloni, emprenda un proyecto que sería bien visto por Trump, con quien comparte, además de evadir impuestos, ser misógino, sexista, escatológico, vulgar y de querer hacer lo que se le pega la gana, el mismo origen estadounidense.
La democracia explicada
En efecto, su padre de 92 años de edad, Ricardo Salinas Price, nació en Bryn Athyn, Pensilvania, la ciudad natal de su madre, Norah Price Waelchli, en cuya universidad estatal se graduó antes de trabajar con el regiomontano Hugo Salinas Rocha, abuelo de Salinas Pliego.
Las ideas de extrema derecha como las de Trump y de los oligarcas que lo rodean, como Elon Mosk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, también las tiene hasta por la herencia de Salinas Price, quien desde financió proyectos de clara tendencia fascista, como el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO), nacido en 1961 como fachada de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara que justamente, en 2015, le otorgaron el doctorado honoris causa a Salinas Pliego, “debido a su firme liderazgo y contribución al desarrollo de los negocios en México, Estados Unidos y los países latinoamericanos en donde operan las compañías de Grupo Salinas”.
Este reportero ha documentado, desde hace más de dos décadas, cómo Salinas Price ha glorificado la violencia de la extrema derecha de MURO y cómo financió también el Partido Nacionalista Mexicano y la Revista Nacional, cuyas jefaturas de Jorge Siegrits, Jorge Prieto Laurens y Agustín Navarro Vázquez tenían claras conductas fascistas.
En su libro de memorias Mis años en Elektra, cuya empresa nació para le evasión fiscal, como él mismo lo confiesa, Salinas Price hizo un tímido deslinde de las simpatías nazis de uno de sus protegidos en Revista Nacional: “Por otra parte, los artículos de Siegrits tomaban un carácter más y más filonazi, lo cual no me agradaba”.
No sólo eso: En Derecha, el más reciente libro de Alejandro Páez y yo, revelamos documentos oficiales de cómo MURO y sus mandos clandestinos actuaban también bajo las directrices de la CIA, cuyos dos jefes en México, identificados como agentes con los criptónimos de LIHUFF-1 y LIUFF-2, eran Adolfo Rudolf Wichtrich y Navarro Vázquez, amigo íntimo de Salinas Price.
También revelamos como MURO y sus mandos, secretos y públicos, mantenían vínculos con la Dirección Federal de Seguridad, la represiva policía política dirigida por Fernando Gutiérrez Barrios, Luis de la Barreda y Miguel Nazar Haro, que asesinaban, torturaban y desaparecían.
Navarro Vázquez, cuyo padre fue el primer rector de la ultraderechista UAG —sí, el del doctorado honoris causa a Salinas Pliego—, fue el fundador y director del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas (IISE), un organismo privado que reunió a representantes de la alta burguesía bancaria e industrial de México ligada al capital extranjero, entre ellos el propio Salinas Price.
Estos antecedentes familiares explican las posiciones ideológicas y políticas de Salinas Pliego, a menudo mezcladas con expresiones misóginas, sexistas y vulgares, y por qué ha impulsado la red propagandística internacional a través de Atlas Network cuyo primo, Roberto Salinas, es el director en América Latina.
Al frente de un conglomerado financiero, empresarial y mediático, Salinas Pliego es un poder fáctico que, ante la indigencia opositora, tiene la oportunidad de constituirse como la opción de la extrema derecha.
Salinas Pliego tiene todo el derecho de hacer con su dinero lo que se le pegue la gana y articular un proyecto político que deberá, eso sí, estar sujeto a las reglas legales y democráticas. Pero primero que pague lo que debe de impuestos: Más de 63 mil millones de pesos…
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