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Por Álvaro Delgado Gómez
Desde todos sus ámbitos de influencia empresarial, política y mediática, el magnate Claudio X. González y la cúpula del PRIAN han intensificado las presiones al partido Movimiento Ciudadano para que se sume a la coalición de la derecha, con ofertas diversas de recursos y posiciones, pero sólo han logrado un reiterado rechazo de sus mandos y el único que ha cedido es el gobernador Enrique Alfaro por razones estrictamente personales: Imponer como candidato en Jalisco a su incondicional Clemente Castañeda y su terror a perder ante Morena.
En la ofensiva para doblar a Dante Delgado, el fundador y jefe máximo del partido Movimiento Ciudadano, participan pública y soterradamente hace meses desde el propio Claudio X. González hasta el expresidente Vicente Fox, a cual más de burdos en sus conductas de capataces para persuadirlo de apoyar a los del PRIAN, pero al mismo tiempo paradójicamente avalando el sabotaje de éstos al gobierno de Nuevo León que encabeza Samuel García, quien también coincide en que con ellos ni a la esquina.
Es muy curiosa la manera que tiene el PRIAN de seducir a MC y su 7% de preferencias electorales: Con insultos y agresiones. Al mismo tiempo las ofertas incluyen, por ejemplo, que Salomón Chertorivski sea el candidato común a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Claro, la maniobra consiste en que, si Dante Delgado se niega a someterse a Claudio X. González, le harán pagar el costo político por la derrota en 2024, tal como se la imputaron en 2021.
Pero a estas alturas del sexenio, a menos de un año de las elecciones de 2024, no hay manera de que Delgado capitule en su plan estratégico de seguir siendo la “tercera vía” en la próxima elección, pese a que tampoco tiene entre sus filas a un candidato presidencial que eleve sus resultados a más de un dígito.
Ante el alcalde Luis Donaldo Colosio, que simplemente no ha crecido, y con Marcelo Ebrard, quien no tiene hasta ahora ninguna justificación para romper con Morena, a Delgado sólo le quedan como último recurso la senadora Patricia Mercado o el panista Javier Corral, tan anodina una figura como la otra.
Aún así, Dante Delgado no piensa ceder ante el PRIAN, porque su proyecto es ganar en 2030 con Samuel García o con el propio Colosio, haciendo crecer más aceleradamente a su partido mediante el transfuguismo y vaciamiento de los partidos tradicionales y Morena, como lo ha hecho desde que lo creó desde la cárcel.
La única variable no controlada por ahora en el plan de Delgado es el voluble gobernador Alfaro, quien repentinamente mudó de ser un contumaz detractor del PRIAN a un denodado aliancista, de la mano de Clemente Castañeda, coordinador de los senadores de MC y su incondicional desde que ambos estaban en el PRI.
Alfaro, quien controla toda la estructura de MC en Jalisco, quiere imponer a Castañeda como candidato a gobernador, pasando sobre el alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, quien tiene mayores preferencias electorales entre los jaliscienses y el apoyo de Delgado.
La abierta presión de Alfaro contra Dante para que MC se una al PRIAN obedece a que Castañeda no tiene el arrastre de Lemus y para no perder contra Morena necesita formalmente el respaldo de esos partidos en Jalisco que informalmente controla.
En cualquier escenario, Alfaro ha decidido estrechar la relación política con Claudio X. González para buscar someter a Dante Delgado y combatir en Jalisco y en todo México al enemigo que los une: Andrés Manuel López Obrador y Morena.
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