Redacción El Coahuilense
La protesta de trabajadores del Poder Judicial en el congreso local que ayer asistieron a la sesión, tuvo un episodio penoso: una serie de expresiones clasistas y humillantes, proferidas por uno de los manifestantes contra el diputado del PT, Antonio Flores Guerra, quien estalló de manera virulenta en tribuna.
Flores Guerra, no pudo contenerse y soltó una retahíla de reacciones inadmisibles hacia el inconforme, responsabilizándolo hasta de su seguridad.
Quizás Tony Flores debería saber que las manifestaciones son así, especialmente cuando son contra el poder que, en este caso, se representa en la autonombrada “cuarta transformación” de la que como petista forma parte; que el deber de quien está en el poder debe ser la tolerancia; que a la inconformidad con razón o sin ella, se le confronta con argumentos y que, cuando la cerrazón impera, lo mejor es dejar para otro momento el debate pues hay un piso desigual entre quien protesta (en este caso, nada más y nada menos que por perder su empleo y con ello el sustento de su familia) y quien promueve un cambio como en su caso respecto al tema judicial.
No hubo manera de que atendiera los llamados a la cordura desde la presidencia sin pericia ni autoridad del panista Alfredo Paredes y debió entrar a serenar las cosas el diputado del Verde, Jorge Valdés, quien planteaba ya no polarizar más la discusión que giraba en torno a la reforma del Poder Judicial.
La Reforma va en Coahuila
El episodio surgió en medio de las intervenciones, posicionamientos y propuestas sobre la Reforma al Poder Judicial y, como se anticipó ayer en este espacio, la diputada Luz Elena Morales Núñez, planteó ya una ruta para el debate al respecto.
Sin meterse a discutir una reforma constitucional ya promulgada el pasado domingo, lo que sigue en Coahuila es armonizar las disposiciones locales con las mejores condiciones para la impartición de justicia.
UAdeC, un extraño enemigo… en casa
Josué Garza Carrales, Oficial Mayor de la UAdeC, ha retomado la campaña por la rectoría y, en el último tramo de la gestión como alcalde de su suegro, José María Fraustro, decidió echar los últimos trozos de carne al asador, realizando eventos con funcionarios municipales.
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Lo está haciendo en lo que parece considerar su feudo personal, el Ateneo Fuente, donde apenas ayer presentó al empresario y funcionario municipal, Mario Mata, para impartir una conferencia sobre liderazgo.
Los cuestionamientos son varios, pero giran sobre un mismo asunto, de entrada: la distracción de sus funciones en la universidad como Oficial Mayor, para organizar eventos en una escuela de la que fue director, llevando al placeo a colaboradores de un familiar político.
En el círculo rojo se dice que fue una falta de respeto más al rector Octavio Pimentel quien, en sentido estricto es su jefe directo, pues al parecer ni siquiera corrió la atención del aviso y mucho menos de una invitación. Ni qué decir del hecho de que Josué retome campaña cuando el rector lleva poco más de un semestre en el cargo.
Pero sobretodo, andar organizando platiquitas con los cuates, usando a los estudiantes que deberían estar en clases, cuando su responsabilidad, que es llevar las relaciones laborales, deja mucho qué desear en un contexto que empieza a ser de agitación por la creación de un sindicato alterno con tintes políticos en la Unidad Torreón, lo que ha llevado a evaluar si no se trata de otro caso de enemigo en casa.
Casa llena por La Gran Huelga
El lanzamiento de la colección “La gran huelga” tuvo lleno total con una asistencia plural, en la que destacó la presencia de los alcaldes de Frontera, el morenista Roberto Piña y, el anfitrión, el priísta arteaguense Ramiro Durán. También a los diputados Alberto Hurtado, Antonio Attolini y Jorge Valdés; a la consejera electoral, Madeleyne Figueroa, así como a integrantes de cabildos, entre ellos, Lizbeth Ogazón, regidora electa en Ramos Arizpe.
La presentación corrió a cargo de la periodista Ana Lucía Castañuela; el doctor Víctor Manuel Sánchez; el maestro Abraham Nuncio Limón y la autora, Lilia E. Cárdenas Treviño, quienes dieron un contexto amplio sobre el movimiento huelguista ocurrido hace 50 años en las empresas Cinsa-Cifunsa.
Durante el evento se abrió un espacio para hacer un reconocimiento a Abraham Nuncio Limón, uno de los intelectuales de izquierda más reconocidos del norte del país.
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El alcalde de Arteaga, Ramiro Durán, tuvo una intervención en la que recordó el legado familiar de los Nuncio, que participaron activamente en la Reforma, la Revolución Mexicana, fundaron poblados y hasta dejaron un testimonio de su paso por San Antonio de las Alazanas, que es la localidad de origen del propio alcalde.
Para muchos de los asistentes que conocían la obra de Abraham Nuncio, fue una sorpresa que el pionero en el estudio de las relaciones de poder en el noreste de México y las elites empresariales, articulista fundador de La Jornada y director del Centro de Estudios Parlamentarios en la Universidad Autónoma de Nuevo León, tuviera esa prosapia y la referencia a San Antonio de las Alazanas, que él mismo mencionó en tono jocoso, como la presencia de sus antepasados que están en San Antonio de las Alazanas, “debidamente momificados”.
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