Redacción El Coahuilense
La apuesta en el negocio de la democracia es tener partido-franquicia. Así como el PVEM, el PT o MC, son en lo nacional, el de los partidos políticos locales es negocio, no en pocos casos bajo control unipersonal o de cúpula familiar.
Hoy aparece la edición impresa de El Coahuilense Noticias que se ocupa de mostrar a los profesionales de la creación-extinción de partiditos pues están en vías de concretar, conforme a las normas vigentes, sus registros locales.
La realización de asambleas inició el 1 de julio y ha pasado de noche para la opinión pública en un contexto postelectoral de relajamiento de las agendas políticas; una oportunidad inmejorable para auténticos profesionales del usufructo de siglas que, en una elección, o en el mejor de los casos dos, desaparecen por la falta de votos, pero luego de años de hacer uso de las prerrogativas.
La única excepción, hay que decirlo en justicia, es la de Unidad Democrática de Coahuila, el partido local más longevo de México que se ha mantenido activo desde 1996.
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Fuera de UDC, con unas siglas u otras, un breve grupo de activistas mayoritariamente presentados como de “izquierda” busca volver al feliz reparto presupuestal del que han gozado en los últimos 20 años.
¿Y qué pasa con el PT?
La búsqueda de registro implica a profesionales de la prerrogativa, excepto uno: Fernando Rodríguez, el amigo y operador de Ricardo Mejía Berdeja.
Fernando, originario de la Región Centro, ha acompañado a Mejía Berdeja en todas sus aventuras y proyectos políticos desde que siendo joven fue parte de México Nuevo, la organización creada por el excandidato a la gubernatura para sumar a los jóvenes de universidad privada al PRI, en los años noventa; lo siguió al PRD, a Convergencia-MC, a Morena y, finalmente al PT.
Por esa relación, el intento de Fernando Rodríguez por conseguir partido, a través de su asociación “México Avante”, ha generado expectación sobre el futuro de Mejía Berdeja en el PT.
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Y es que, en el contexto, no son pocos los integrantes de aquel Consejo Estatal morenista que están regresando poco a poco, silenciosamente, al partido guinda, luego de abandonar al extinto Armando Guadiana en 2023 para sumarse al auto nombrado “Tigre” en su aventura electoral que terminó dividiendo a la 4T coahuilense durante dos años, dos elecciones.
Auditorías de salida
Desde hace un par de semanas una preocupación comenzó a generar movimientos desesperados en diferentes municipios cuyos alcaldes han sido observados por fallas graves en sus gestiones, que no lograron la reelección.
El asunto no tiene distingo partidista, pues se trata del priista, Ramiro Durán, alcalde de Arteaga; de los panistas Pablo Salas, de General Cepeda y Mario Alberto Dávila, de Monclova; así como de la morenista Tania Flores, de Múzquiz, quienes se encuentran tratando de cuadrar números y solventar observaciones pasadas y comiéndose las uñas por las auditorías que faltan de concluirse.
La preocupación es tan grande que, al menos en el caso de Tania Flores, la morenista muzquense, se ha tratado de generar la idea de una persecución política ahí donde el desaseo y el desprecio por la ley han quedado como testimonio de lo que no debe ser.
Lejos de una transición tersa, la entrega-recepción con su sucesora, Laura Jiménez “Gachupina”, se anticipa extensión del conflictivo proceso electoral.
Capotear con la marca
Tania Flores explora la manera de colarse o apoyar la próxima dirigencia estatal de Morena, para mantenerse políticamente viva y desde el ser opositora, realizar su defensa política y mediática.
La marca de Morena es tan exitosa que propicia las condiciones para que en la opinión pública se tenga una mayor tolerancia a los excesos al posicionar discursos de persecución política emulando al presidente López Obrador.
Tania participa ya en la formación de un bloque para alcanzar la dirigencia estatal y con la mano alzada por aquello de que el nacional morenista decida que la dirigencia sea para una mujer por alternancia de género.
En tanto, otro que tiene la mano alzada es el alcalde de Francisco I Madero, Jonathan Ávalos, quien por ahora sigue emproblemándose con el tema seguridad y la ruptura que no logra superar con la policía municipal.
El conflicto con la policía empieza también a tomar forma de argumentación política pues el alcalde ha perfilado culpar al gobierno estatal, escalar el conflicto y con eso, sortear la salida y dar el gran salto por la dirigencia estatal.
Preocupación interna
La preocupación por el divisionismo interno y los posibles intentos de aprovecharse de la dirigencia para usufructo personal de alcaldes por salir, genera preocupación entre fundadores de Morena Coahuila y los viejos militantes de izquierdas.
El sábado tuvieron un encuentro en Monclova, para discutir la situación. Un “encuentro de reflexión” con la idea de propiciar condiciones de unidad y crecimiento del partido; y quieren hacerlo en octubre, para evitar el oportunismo de los alcaldes que dejarán de serlo en diciembre.
En la revisión de quienes podrían encabezar Morena, pidieron al saltillense, Juan Pablo Rodríguez Delgado, construir su postulación pero este rechazó el ofrecimiento haciendo llamados a la unidad así sea con los neomorenistas que han cobrado preponderancia.
Morena se ha vuelto faccioso y es notorio el divisionismo entre los grupos de Luis Fernando Salazar y Cecilia Guadiana, así como de ella con Antonio Attolini, quien ha construido su base partidista en el norte. En tanto, la presencia territorial de Cintia Cuevas y su grupo son vistos una vez más como bisagra, aunque se les percibe más próximos al senador electo.
Mañaneras de Attolini
Mientras el pleito se agudiza, Antonio Attolini continúa incrementando su presencia pública, con una estrategia definida: mantener sus críticas y señalamientos al alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda y ganar espacio en los medios.
Tan es así que, a partir de este lunes, Attolini iniciará sus conferencias mañaneras en Torreón.
Decidió llamarlas así, como López Obrador, pero en realidad será una conferencia de prensa semanal.
Román Alberto reacciona
Por su parte, el alcalde Román Alberto Cepeda, buscará esta semana recomponer relaciones, luego del periodo vacacional y la inasistencia a los actos del gobernador Manolo Jiménez que causaron ámpula en los corrillos políticos de Torreón, con onda expansiva a la capital.
Durante la semana se tiene previsto que el munícipe visite Saltillo y pernocte durante varios días, para dar seguimiento a proyectos de cierre de administración, perfilar gestiones para la próxima y tener acercamientos de carácter político.
Silencio en el PRI
En el PRI de Carlos Robles Loustaunau, a.k.a. “Don Carlos”, se metió freno. Tras el posicionamiento generado el día de la XXIV Asamblea Nacional, el partido gobernante entró en Coahuila en un prudente impasse en lo que se resuelven las cosas en el nacional.
En la disciplina partidista la línea sin ser explícita, se entiende. De ahí que haya sorprendido el artículo-posicionamiento—apología del ex dirigente estatal, Rodrigo Fuentes, a.k.a. “Rigo”, que circuló profusamente la semana pasada entre priistas, justificando la reelección de “Alito”, en una clara oposición a la postura fijada por su sucesor, el actual dirigente del partido.
“Rigo” parece decidido a meter ruido para hacerse notar como un emisario de la Ciudad de México, colgado del clavo incandescente de la dirigencia nacional. La cosa es que ha sido históricamente tan poco productivo que el sospechosismo da rienda suelta a la pregunta ¿de parte de quién?
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